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Sullana, entre panes y ataúdes

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Pueblo de Dios - Sullana, entre panes y ataúdes

Las estadísticas de criminalidad y delincuencia sitúan a Sullana como la segunda ciudad más peligrosa de Perú. La violencia es especialmente dura en los asentamientos humanos. El último se ha producido hace apenas un año junto a los terrenos del colegio San José Obrero que gestionan los hermanos maristas. Familias enteras han puesto sus esteras y han ocupado la tierra con la idea de que algún día llegarán a ser los dueños legítimos.

Estas infraviviendas amontonadas son el caldo de cultivo apropiado para la proliferación de pandillas juveniles, prostitución, droga y delincuencia favorecida por la desestructuración familiar.

El Centro Educativo y Parroquial San José Obrero atiende desde 1973 a los niños y jóvenes del asentamiento humano El Obrero. Sus puertas están siempre abiertas para los vecinos del barrio. Las familias de los más de mil alumnos de este colegio proceden de los sectores de pobreza y extrema pobreza de la ciudad. Aquí no se limitan a dar clases, este centro es, además de un colegio, un lugar de producción. Los alumnos fabrican ataúdes en el taller de carpintería para obtener una fuente de ingresos que ayude a sus familias y, al mismo tiempo, para ofrecer una caja digna a las personas sin recursos que viven en el barrio. El área de panadería también elabora dulces y pan que dan trabajo a más de 60 personas (familiares, alumnos y ex alumnos) encargadas de repartir los productos que salen del horno por toda la ciudad. Al frente de esta singular inciativa pedagógica y productiva se encuentra el hermano Félix. Un marista español que lleva misionando por Perú toda su vida y que cuenta con la ayuda y el apoyo de la ong SED.