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'Shang-Chi, maestro del Kung-Fu': cuando Marvel mezcló a Bruce Lee con James Bond

  • Se publica completa, por primera vez, la mítica colección del personaje de los 70
  • Destaca la etapa de Doug Moench y Paul Gulacy, que mezcla espionaje y artes marciales

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Fragmento de una portada de 'Shang-Chi, maestro del Kung-Fu'
Fragmento de una portada de 'Shang-Chi, maestro del Kung-Fu'

Con motivo de la colección Marvel Limited Edition, que recupera clásicos de Marvel de los 70, ya os hemos comentado que en esa época la editorial buscó nuevos temas alejados de los superhéroes, como el terror (Drácula, Hombre Lobo) o la literatura (Conan el Bárbaro,El Hombre de Bronce). En esa época también hacían furor las artes marciales gracias a las películas de Bruce Lee y la serie Kung-Fu, protagonizada por David Carradine. De ahí salió la serie Shang-Chi Maestro del Kung-Fu, que ahora Panini recupera en varios tomos de la mencionada colección y cuya etapa más recordada fue la de Dogh Moench y Paul Gulacy.

La idea para la colección la tuvieron el guionista SteveEnglehart y el dibujante Jim Starlin cuando veían un episodio de la serie Kung-Fu. Enseguida fueron con la idea al entonces editor de Marvel, Roy Thomas, que les dio luz verde pero con una condición, que icorporasen a la historia al villano Fu-Manchu, de las novelas de Sax Rohmer, que ya había servido de inspiración para villanos de Marvel como El Mandarín o Garra Amarilla. Y es que la editorial acababa de comprar los derechos de los personajes y no sabían muy bien qué hacer con ellos.

Shang-Chi con Clive Reston y Black Jack Tarr
Shang-Chi con Clive Reston y Black Jack Tarr

Shang-Chi con Clive Reston y Black Jack Tarr

La otra gran inspiración para el personaje fue Bruce Lee, que en aquella época estaba en la cima de su fama gracias a películas como Karate a muerte en Bangkok (1971), Operación dragón (1973) o la serie The Green Hornet (1966-67). Lo curioso es que Lee fue la primera elección para protagonizar la serie Kung-Fu, pero los productores no sabían si la gente iba a aceptar a un protagonista chino, por lo que finalmente eligieron a David Carradine.

Así fue como, en diciembre de 1973, el personaje aparecía en Special Marvel Edition nº 15, que solo tardó dos números en cambiar su título por el de The hands of Shang-Chi, Master of Kung-Fu, para que comprobéis que fue un éxito inmediato. Además de que enseguida tuvo Giant-sizes (los especiales de la época) y dio pie a otras colecciones del mismo género, ya míticas, como Puño de Hierro (Iron Fist), de Chris Claremont y John Byrne; y los seriales de Los Hijos del Tigre Blanco en Deadly Hands of Kung-Fu (revista en blanco y negro dedicada a las artes marciales) dibujados por George Pérez. Todos ellos autores jóvenes que cambiarían la historia del cómic en los años siguientes.

Ilustración de Shang-Chi, de Paul Gulacy
Ilustración de Shang-Chi, de Paul Gulacy

Ilustración de Shang-Chi, de Paul Gulacy

El hijo de Fu-Manchú

El protagonista, Shang-Chi, era hijo de Fu Manchú, el malvado villano creado por Sax Rohmer en 1912 y que fue llevado al cine en numerosas ocasiones, destacando las películas interpretadas por dos mitos del terror, Boris Karloff y Christopher Lee.

En el primer número de la serie Shang-Chi es enviado por su padre a una misión y descubre que no es el filántropo que decía ser, sino uno de los villanos más peligrosos del mundo, por lo que acabará uniéndose a sus enemigos, los británicos Sir Nayland Smith (el cerebro) y Black Jack Tarr (el músculo).

Fragmento de la portada de 'Special Marvel Edition nº 15', la primera aparición de Shang-Chi

Fragmento de la portada de 'Special Marvel Edition nº 15', la primera aparición de Shang-Chi

En los primeros números, Shang-Chi se limitaba a evitar la venganza de su padre, que le obligaba a defenderse pese a la filosofía pacifista del personaje (en eso se parecía mucho a la serie de televisión). Destacaron los primeros números con buenos guiones de Englehart y los estupendos dibujos de Jim Starlin. Como cuenta el guionista en la introducción de este tomo, el nombre del personaje salió de unir las palabras “Shang” (crecimiento y avance) y “Chi” (el espíritu).

Pero después de solo dos números Starlin decidió dejar la serie (para crear personajes como Warlock o Thanos, uno de los grandes villanos de Marvel, que será el enemigo de Los Vengadores en sus dos próximas películas). Y Englehart no tardaría en seguir sus pasos.

Para sustituirlos primero llegó un joven dibujante que había impresionado al mismísimo Stan Lee por su dinamismo, y cuya mayor influencia era Jim Steranko. Se trataba de Paul Gulacy. Enseguida se le uniría el guionista Doug Moench que, tras unos números en los que el protagonista seguía forcejeando su padre, cambiaría radicalmente de rumbo, mezclando las artes marciales con el género de espías.

Portada del primer tomo de 'Shang-Chi, maestro del Kung-Fu'
Portada del primer tomo de 'Shang-Chi, maestro del Kung-Fu'

Portada del primer tomo de 'Shang-Chi, maestro del Kung-Fu'

Kung-Fú y 007

Los nuevos guionista y dibujante conectaron desde el primer momento y descubrieron que otra de las cosas que les apasionaba eran las películas de James Bond y las historias de espionaje internacional. Por eso decidieron que Sir Nayland Smith y Black Jack Tarr fueran jefazos del MI-6, organización con la que Shang-Chi comenzaría a colaborar, sin dejar de lado la amenaza constante de su padre (Fu-Manchú). Fue la tercera gran influencia que terminó de definir al personaje (tras la serie Kung-Fu y las películas de Bruce Lee)

Fue entonces cuando la serie alcanzó sus cotas de mayor calidad y popularidad, siendo (visualmente) lo más cercano a una película que publicaba Marvel en esa época. Aunque a la vez tenía una gran profundidad, sobre todo por los textos de pensamiento del protagonista (algo que era muy habitual en la época y que actualmente prácticamente ha desaparecido).

Además se añadieron un montón de nuevos personajes como Clive Reston (hijo de James Bond y nieto de Sherlock Holmes) y Leiko Wu (el gran amor de Shang-Chi); y llamativos villanos (Carlton Velcro, Puños de navaja, Mordillo). Y Shang-Chi, con su tradicional traje de Kung-Fu (rojo) o luchando a pecho descubierto, se convertiría en uno de los símbolos de Marvel.

Portada del segundo tomo de 'Shang-Chi, maestro del Kung-Fu'

Portada del segundo tomo de 'Shang-Chi, maestro del Kung-Fu'

Y Shang-Chi se convirtió en Bruce Lee

En este tomo y los siguientes podemos comprobar la evolución gráfica de Paul Gulacy, desde su llegada a Marvel (como un talentoso novato) hasta su consagración como uno de los dibujantes más dinámicos de la historia del cómic, y de los que mejor dominaba el tiempo (alargándolo o acortándolo según creyera conveniente)

Destacar su forma de plasmar los movimientos de Kárate y su influencia cinematográfica (llevaría cosas como el traveling o el zoom a los cómics), lo que le da ese dinamismo, y que también hace que utilice a actores como modelo para sus personajes. El caso más destacado es el de Bruce Lee, que usó como modelo para Shang-Chi, con lo cual, el actor que no pudo protagonizar Kung-Fu acabaría dando su rostro a un gran personaje de los cómics.

Además daría a Fu Manchú los rasgos de Christopher Lee (el gran actor protagonizó tres películas del personaje en los 60) y otros de los protagonistas de la serie se parecerían a actores como Marlon Brando, Marlene Dietrich, Sean Connery o David Niven.

Con los trepidantes guiones de Moench y los alucinantes dibujos de Gulacy, la serie se convertiría en un clásico instantáneo que sigue figurando entre lo mejorcito del catálogo de Marvel. Además, guionista y dibujante se harían amigos y, desde entonces, colaborarían juntos en numerosas ocasiones.

Páginas en blanco y negro de 'Shang-Chi, maestro del Kung-Fu'

Páginas en blanco y negro de 'Shang-Chi, maestro del Kung-Fu'

La primera vez que se publica íntegra en España

Destacar también esta edición porque será la primera vez que se publique la colección de forma íntegra en España, a color y respetando el formato original. También se respeta el nombre del villano, Fu-Manchú, ya que Marvel había perdido los derechos de los personajes de Rohmer.

Además, de esta forma no sólo disfrutaremos de la etapa de Gulacy sino también de otras que están casi a la misma altura, como las dibujadas por Gene Day (un gran dibujante y narrador con páginas muy barrocas, pero llenas de movimiento) y Mike Zeck (famoso después por El Capitán América o Secret Wars).

Viñetas en las que se ve  la influencia de Steranko y el dominio del tiempo de Paul Gulacy

Viñetas en las que se ve la influencia de Steranko y el dominio del tiempo de Paul Gulacy

En 1983, en el número 120, Moench decidió abandonar la colección debido a la falta de ideas. Shang-Chi solo le sobreviviría 5 números, hasta el 125, cuando Marvel decidió cerrarla en 1983.

La pena es que después de esta colección de los 70 y 80, Marvel no supiera que hacer con el personaje que, desde entonces, aparece por ahí de vez en cuando colaborando con los Vengadores, Héroes de alquiler, y cosas por el estilo que no le pegan nada. Además de haber perdido su uniforme, su traje rojo de kárate (aunque casi siempre terminaba luchando a pecho descubierto)

Resumiendo, uno de los mejores cómics de la historia de Marvel por primera vez en edición integral. Otra joya de la colección Marvel Unlimited Edition.

Ilustración de Paul Gulacy de 'Shang-Chi, maestro del Kung-Fu',
Ilustración de Paul Gulacy de 'Shang-Chi, maestro del Kung-F

Ilustración de Paul Gulacy de 'Shang-Chi, maestro del Kung-Fu',