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Miguel Brieva analiza con ironía la crisis económica y ecológica en 'Memorias de la tierra'

Por

MIGUEL BRIEVA (1974)

Autor de las revistas 'Dinero' y Propuestas para no hacer'. Co-editor y co-autor de 'La vida La muerte', 'El niño Carajaula' y 'Om2: informe sobre el estado actual del objeto maravilloso'. Colaborador en 'El Jueves', 'La Vanguardia', 'El País', 'Rolling Stone', 'Ajoblanco', 'Mondo Bruto', 'NSLM', 'Recto', 'Tos' y 'Generación XXI'. Reservoir Books ha publicado sus trabajos 'Bienvenido al mundo: enciclopedia universal Clismón', 'Dinero' y 'El otro mundo'

En estos momentos en los que nadie parece tener ni idea de cómo salir de la crisis, Miguel Brieva nos sorprende con un torbellino de ideas en forma de libro: Memorias de la tierra (El otro mundo 2) (Reservoir Books, Mondadori) en el que utiliza su visión crítica y filosófica y su afilado sentido de la ironía para que nos demos cuenta de los errores que nos han llevado a la situación actual. E intenta aportar ideas para sobrellevar mejor un futuro que parece muy negro. El autor se centra sobre todo en las nefastas consecuencias que nuestra forma de vida está teniendo en la ecología.

"Mi trabajo, asegura, ha ido virando de una cosa más humorística, irónica y crítica a tener un  matiz más constructivo, más de esforzarse en imaginar escenarios  posibles de salida de la crisis que en incidir una y otra vez en el  desastre cotidiano que cada vez es más evidente, por lo que cada vez es  más redundante satirizarlo".

Aún así confiesa que: "La salida está difícil. El sistema en el que vivimos  está al borde del colapso y saldremos de él en dos o tres décadas. El  problema es que pasemos de esta a una situación aún peor. Por eso es  muy importante que espabilemos y hagamos un esfuerzo por salirnos del  sistema en nuestra propia mente y empezar a hablar de otro modo de vida. Nos enfrentamos a un decrecimiento por el colapso del sistema y la crisis energética y la cuestión es tratar de afrontar esta  transición de la manera más colectiva y cabal posible. La esperanza es  lo último que se pierde".

"Somos yonkis del consumo"

Miguel no confía en fórmulas mágicas: "Hablar de un nuevo modelo económico preconcebido es algo ingenuo, creo que ese modelo va a salir más de soluciones puntuales que se van a ir dando a las cosas. Pero hay cosas seguras como que vamos a tener que vivir de un modo más sencillo".

"Podemos vivir mejor consumiendo mucho menos, moviéndonos mucho menos, en una escala más local. No es un retroceso histórico sino llevar una forma más sosegada de vida. Lo ideal es que eso pudiera llegar a las instituciones, pero es complicado porque están muy viciadas, por lo que debemos confiar más en movimientos de toma de conciencia de la gente, como el 15-M y otros que ya llevan muchos años".

"En torno a ese tipo de organizaciones podemos probar nuevas fórmulas como grupos de consumo alternativos y cosas así para salir del embrollo en el que nos hemos metido. Yo trato a mi manera de prescindir de cosas superfluas. Es un proceso de  desintoxicación como el de un yonki. Somos  Yonkis y tenemos que  salirnos de esa sociedad de consumo descontrolado".

"Habrá quién necesite  pasar por la metadona o renunciar al coche pero a cambio podrá comprarse la  pantalla plana. Es un proceso complejo que pasa por cada uno. Cosa tan  evidentes como mandar el coche a tomar por saco o prescindir de los  pequeños gadgets de los móviles. Tratar de hacer una criba de lo que es  esencial y lo que es superfluo".

"Ahora que estamos en crisis y vamos a ir perdiendo poder adquisitivo va a  ser un buen momento para darnos cuenta de que casi todo lo que consumimos es muy superfluo  y de apreciar lo que realmente vale la pena. Yo veo que hay gente que  ya está tomando consciencia. De momento son una minoría pero pienso que  esa actitud se va a ir contagiando poco a poco".

La tierra vista por un extraterrestre

Memorias de la tierra es una recopilación de sus trabajos publicados durante los dos últimos años en 'El País' y 'El Jueves' y numeroso material inédito. El libro está narrado por un extraterrestre porque según Miguel: "Es un personaje que me sirve de nexo entre las historias y al no ser de la tierra, aporta un punto de vista neutral".

"El extraterrestre estaría en el lugar al que podríamos llegar nosotros si saliéramos de nosotros mismos y nos parásemos a pensar. Una persona sin nuestros tics y nuestros mitos y que puede analizar la sociedad humana como nosotros, por ejemplo, analizamos a las hormigas. Con una neutralidad científica y aséptica. Y a la vez con la capacidad de empatizar con esta especie que somos nosotros".

"Los medios de comunicación son como monstruos"

Como en anteriores trabajos, Brieva crítica el papel de los medios de comunicación y la publicidad: "Son como monstruos. Son lo que hace que la gente tolere este mundo delirante. Si no existieran, el mundo habría cambiado ya. Son como dosis de entretenimiento embrutecedor que hace que la gente se quede como un cervatillo cuando le deslumbran los faros de un coche en una carretera por la noche. No tengo mucha esperanza ni en las instituciones ni en los medios de comunicación. Son parte del sistema".

Por eso prefiere confiar más en gente que utiliza el cerebro, a los que ha dado un espacio en el libro, incluyendo sus reflexiones al final de cada capítulo: "Las voces a las que doy cabida son de personas que casi no aparecen en los medios. Son gente que piensa, gente que ha  escrito, ecólogos, científicos, pensadores… Son voces bastante  minoritarias aunque llevan décadas prediciendo lo que está pasando".

"Gente como Guy Debord que, pese a estar en la marginalidad del  pensamiento, son las voces más claras del último medio siglo. Pensé que si  estamos en un momento chungo que gente de los años 60  ya estaba prediciendo podemos sospechar que  las predicciones que hacemos ahora pueden cumplirse dentro de 20 o 30  años. Y esas predicciones son incluso más catastróficas. Así que creo que  merece la pena pensar en ello".

"Todos deberíamos ocuparnos más de temas como la ecología y lo que nos depara el futuro, al margen de nuestro  oficio. Empezando por los publicistas, que deberían dejar de hacer  publicidad. Hay que ocuparse de que las cosas creativas, como los libros o los cómics, busquen ensanchar el horizonte, que no sean sólo un producto para  vender. Creo que todo lo que no sea imaginar estos futuros posibles es como  remar en contra, pero eso ya que cada uno decida".

Viñetas evocadoras

Entre las fabulosas ilustraciones del libro destaca la portada: "Es un dibujo que me parecía evocador, asegura Miguel. El lector ve sus propios pies sobre una hojarasca de la que sale  un ojo que es como el ojo de la tierra que te devuelve la mirada. En un  principio planteé el libro como si estuviera escrito por la propia  tierra, pero luego me pareció más interesante la idea del extraterrestre  y menos ñono.  Pero la portada habla de eso".

También destaca un dibujo que critica el excesivo lujo y desmesura de los transatlánticos, algo muy de actualidad estos días. "Esta sociedad potencia todo el rato la individualidad para que todo el mundo acabe haciendo lo mismo, como estos transatlánticos que son como hormigueros flotantes. Estaría bien hacer un esfuerzo cada uno por darnos cuenta de qué es la individualidad. Y si pasa por hacer lo que hacen los demás podíamos empezar a sospechar. Es lo que pasa con esas colmenillas acuáticas".

Un apasionado de los cómics

El sobresaliente aspecto gráfico del libro, con impresionantes ilustraciones y una cuidada composición de las páginas hacen que las imágenes nos impacten al primer vistazo, algo que Brieva confiesa haber aprendido de los clásicos: "A mí me gustan mucho los cómics y siempre he apreciado el esmero y el  trabajo que tiene detrás, gente como Windsor McCay (Little Nemo in  Slumberland)  o Moebius… Ahora se han abierto otras maneras de dibujar  más rápidas, más informales, que yo también aprecio, pero lo fundamental es que haya un buen guión. Desde niño me  han gustado los libros ilustrados y he disfrutado de esos dibujos que te  sumergen en otros mundos bien acabados".

"Aún así, confiesa, soy bastante rápido, no aboceto mucho las páginas, voy con la tinta directamente y  los textos no los escribo antes, sino directamente sobre la viñeta. Es  una conjunción de esmero y chapuza lo que yo hago. Y tengo un toque  retro porque uso mucho material de referencia antiguo y porque  ahora la estética en general, la moda el cine... tiene a lo retro. Parece que hemos llegado a un callejón sin salida. Es como que la  imaginación no puede avanzar porque no vemos futuro. Y por eso se tiende  a echar la vista atrás. Y como Internet es un catálogo tan intenso, yo  trabajo mucho con imágenes de ahora y de todas las épocas".

En cuanto al cómic autobiográfico, tan de moda actualmente, asegura que: "Uno de los pilares de nuestro modo de vida es el narcisismo y habría que empezar a pensar más en los demás y menos en nosotros mismos. Es cierto que gente como Robert Crumb, ha acabado hablando de muchas cosas a través de hablar de sí mismo, pero es una corriente que tiende al ombliguismo y a la intrascendencia. No me parece mal como género pero pienso que uno tiene que esforzarse más para ordeñarse a sí mismo para sacar algo que realmente valga la pena. Porque para eso prefiero leerme un cómic de toda la vida como Valerian o algo de Johann Sfar que es un tío que está haciendo cosas muy buenas a nivel narrativo".

Y tampoco se considera un pionero en hablar de temas como la ecología: "Ha habido gente que ha defendido la ecología mediante el cómic como el propio Crumb o El Roto… Lo que pasa es que hasta hace apenas once años, cuando yo empecé a publicar, abordar temas sociales o políticos era casi una marcianada. Ahora es una cuota de mercado que se empieza a abrir porque hay un interés y también negocio".

Brieva es uno de los diseñadores e ilustradores más solicitados y tiene numerosos proyectos: "Actualmente hago trabajos de diseño, que es de lo que vivo; preparo un libro personal con una editorial pequeña, colaboro con revistas… y toco con un grupo de música que tengo en Sevilla que se llama Las buenas noches, con el que ya he sacado un par de discos. Y quiero escribir un tercer volumen de El otro mundo que esta vez sería en forma de historieta. Lo que pasa que eso son palabras mayores. A ver si reúno energía para eso".

Mientras podemos disfrutar de Memorias de la tierra, una nueva demostración de que Brieva es uno de los autores de cómics con más talento de la actualidad.