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El Banco de España eleva su previsión de crecimiento en 2017 al 2,5% y rebaja la de paro al 17,7%

  • Señala que la economía se desacelerará hasta crecer un 2% en 2019
  • Se cumplirá con el déficit en 2016, pero no en los siguientes tres años
  • El organismo no contabiliza las últimas subidas de impuestos aprobadas
  • La tasa de paro media caerá al 16,3% en 2018 y al 15% en 2019
  • Difieren de las hechas por el Ejecutivo: 15,6% y 13,8% respectivamente

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La sede del Banco de España en Madrid
La sede del Banco de España en Madrid.

El Banco de España ha elevado dos décimas su previsión de crecimiento económico para 2017, hasta el 2,5%, respecto a la formulada el pasado mes de septiembre. Así consta en las últimas proyecciones macroeconómicas hechas públicas este miércoles por la institución, un documento en el que también mejora su estimación de paro (que se situará de media en el 17,7%), pero mantiene que el país no cumplirá con el objetivo de déficit público, que será del 3,6%, cinco décimas más del comprometido con Bruselas (si bien hay que señalar que las proyecciones no incorporan las subidas de impuestos aprobadas por el Consejo de Ministros el pasado día 2 de diciembre).

Respecto al crecimiento económico, el organismo prevé que la fase de expansión de la economía se prolongue "durante los próximos tres años", apoyada en los estímulos monetarios y en los progresos realizados en la corrección de algunos de los principales desequilibrios, como el desendeudamiento de los agentes privados y la recuperación de la competitividad exterior.

Sin embargo, la institución avisa de que la economía española se desacelerará de forma "moderada" en los próximos tres años en un contexto de aumento del precio del petróleo, que "limitará el poder de compra" de los consumidores; de poco margen para que se abarate el coste del crédito; y de un abandono del tono expansivo que ha tenido la política fiscal en los últimos dos años, lo que hará que "cesen algunos de los impulsos que la economía ha recibido en la etapa reciente". El incremento del PIB será del 2,1% y el 2% en 2018 y 2019, más de un punto por debajo del de 2015 y 2016 (3,2% en ambos casos) e inferior a la previsión del Gobierno, que lo eleva al 2,4%.

Desde el punto de vista de la composición de la demanda agregada, se espera que el avance del PIB siga sustentándose en el gasto interno -"se prevé que el consumo de los hogares continúe mostrando ritmos de avance relativamente elevados (...), [pero] se proyecta una desaceleración"-, mientras que la contribución de la demanda exterior neta continuaría siendo positiva, "aunque decreciente a lo largo del horizonte de proyección".

En cuanto a los riesgos que rodean el escenario central de crecimiento del PIB, el Banco de España considera que predominan los de índole negativa, principalmente en relación con el contexto exterior. En concreto, el organismo señala las incertidumbres acerca del rumbo de las políticas -en especial en Estados Unidos tras la victoria de Donald Trump- o la salida de Reino Unido de la UE. No obstante, en el ámbito interno, el organismo señala que la constitución del nuevo Gobierno en España ha comenzado a disipar incertidumbres acerca del curso futuro de las políticas económicas.

Mejora la previsión de paro y de déficit

El Banco de España sostiene que el empleo continuará creciendo "a tasas elevadas", si bien señala que "el ritmo de creación de puestos de trabajo sería también inferior al del último bienio" al proyectarse una desaceleración de la actividad. Así, la tasa de paro media se situará este año en el 19,6%, caerá al 17,7% el año que viene, bajará al 16,3% en 2018 y será del 15% en 2019. Como en el caso del PIB, vuelve a ser en los años 2018 y 2019 cuando el organismo se diferencia más de las previsiones macro del Gobierno (.PDF), que considera que la tasa será entonces del 15,6% y del 13,8%, respectivamente.

En relación con la política fiscal, el Banco de España considera que se han producido novedades en esta dirección, con la aprobación de varias medidas de ajuste presupuestario. "La reanudación de la consolidación presupuestaria, que podría comportar un menor dinamismo de la actividad a corto plazo, resulta prioritaria para mitigar las vulnerabilidades de la economía española ante eventuales cambios en las condiciones de financiación en los mercados internacionales", señala.

Así, el déficit público se reduciría hasta el 4,4% del PIB este año (dos décimas menos que el objetivo) -lo que refleja los efectos de la reintroducción de los pagos mínimos a cuenta del Impuesto de Sociedades sobre el conjunto de los ingresos públicos-, para caer al 3,6% en 2017, al 3,2% en 2018 y 2,8% en 2019. Es decir, que España no cumpliría con los objetivos comprometidos con Bruselas en el próximo trienio. En este punto cabe señalar, no obstante, que estas proyecciones no incorporan las subidas de impuestos aprobadas por el Consejo de Ministros el pasado 2 de diciembre.

En relación con el IPC, el Banco de España estima que 2016 cerrará con una caída media de los precios del -0,3%. Ya en el año 2017 registrarían un incremento del 1,6% en 2017, "reflejando el notable repunte del componente energético". En el bienio posterior, se esperan avances en términos de las medias anuales del 1,5% en 2018 y del 1,7% en 2019.