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Aumenta el riesgo de pobreza en España mientras Europa recupera los niveles previos a la crisis

  • El 28,6% de los españoles estaban en esta situación en 2015, según Eurostat
  • De los 119 millones de europeos vulnerables, más de 13 millones son españoles
  • Solo en Grecia y Chipre ha crecido más la pobreza en los últimos siete años

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Un hombre sin hogar pide limosna en Hamburgo (Alemania)
Un hombre sin hogar pide limosna en Hamburgo (Alemania).

España es el tercer país europeo donde más ha aumentado el riesgo de pobreza y exclusión social, después de Grecia y Chipre, con un incremento de 4,8 puntos entre 2008 y 2015. Esto significa que mientras el 23,8% de la población española era vulnerable entonces, el año pasado el 28,6% de los españoles estaban en riesgo de pobreza y exclusión.

Según la encuesta publicada este lunes por Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, con motivo del Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza (17 de octubre), estos datos contrastan con la media registrada en el último año en toda la UE, que recuperó niveles anteriores a la crisis.

En total, son 15 Estados miembros en los que la tasa de riesgo ha aumentado en ese periodo, con Grecia en primera posición con un aumento de 7,6 puntos porcentuales (de un 28,1% a un 35,7%). En Chipre, se ha incrementado en 5,6 puntos.

Por el contrario, los países que más han reducido el riesgo de pobreza en su población son Polonia, que lo ha rebajado en 7,1 puntos, de un 30,5% a un 23,4 ; y Rumanía, que ha bajado su tasa en 6,9 puntos porcentuales.

España empeora en todos los indicadores de pobreza

Si en 2008 había casi 116 millones de pobres en Europa, en 2015 los ciudadanos más vulnerables alcanzaban casi los 119 millones, lo que supone que el 23,7% de la población del continente estaba en riesgo de pobreza y exclusión. En España, en el mismo periodo se habría pasado de casi 10,8 millones a más de 13 millones.

Para evaluar el riesgo de pobreza o exclusión, Eurostat maneja el concepto conocido como Arope, que implica cumplir los siguientes requisitos: tener ingresos bajos; presentar cuatro indicadores de pobreza relativa como no poder comer carne o pescado tres veces a la semana, no tener teléfono, no poder poner la calefacción y no ir de vacaciones; y poca intensidad de empleo, lo que supone que, aun teniendo trabajo, no se cubra, por ejemplo, una jornada completa.

En el caso de España, en 2015 hubo más personas que cumplieron alguno de los tres requisitos en comparación a 2008. Así, un 22,1% se encontraba en situación de "pobreza monetaria" (19,8% en 2008), un 6,4% sufría una privación material grave (3,6% en 2008) y un 15,4% vivía en un hogar con fuerte desempleo (6,6 en 2008).

Paro español

Atendiendo a las distintas causas para entender el concepto de pobreza, el desempleo pesa especialmente en la estadística española.

Si la media europea de personas menores de 60 años que viven en hogares con baja intensidad de empleo es del 10,5%, España registra el segundo peor dato, con el 15,4%. Sólo le supera Grecia, que contabiliza el 16,8%.

Además, España es uno de los países europeos donde una de cada cinco personas estaba en riesgo de pobreza con respecto a la renta media considerada en el país como límite de vulnerabilidad, pues el 22,1% de la población no llega ni de lejos a ese baremo. Sólo están peor que España países como Rumanía (con más del 25%), Letonia (22,5%) y Lituania (22,2%).

Esto conlleva, por ejemplo, que en España el riesgo de pobreza en un hogar con dos adultos y dos niños está en un ingreso anual de 16.823 euros en 2015, cuando en 2008 era de 17.597, una renta sensiblemente inferior a los más de 44.000 en un hogar similar en Luxemburgo, los casi 30.000 de Finlandia y los alrededor de 27.000 en una familia en Bélgica y Francia. En todos estos países la renta media de esos hogares tipo subió sensiblemente en esos años.