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Enrique Rivero: "'Pozoamargo' es una película sobre la culpa y nuestro lado oscuro"

  • El mejicano dirige a Natalia de Molina y al debutante Jesús Gallego
  • La película consiguió el premio Nuevas Olas en el Festival de Cine de Sevilla

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Tráiler de 'Pozoamargo'

Enrique Rivero (México, 1976) nos sorprendió con sus dos primeras películas Parque vía (2008), con la que ganó el Festival de Cine de Locarno, y Mai Morire (2012), con la que también se paseó por festivales de todo el mundo. Y ahora vuelve a hacerlo con una de las historias más duras y más auténticas del año: Pozoamargo, una coproducción hispano-mexicana protagonizada por Natalia de Molina y el debutante Jesús Gallego. Una cinta que ya puede verse en los cines.

Cartel de 'Pozoamargo'
Cartel de 'Pozoamargo'

Cartel de 'Pozoamargo'

La película narra la historia de un hombre que, tras contagiarle una enfermedad venérea a su mujer embarazada, e incapaz de enfrentarse a lo ocurrido, decide esconderse en el pueblo manchego de Pozoamargo. Allí inicia una nueva vida trabajando como jornalero, hasta que conoce a una explosiva joven (Natalia de Molina), una tentación irresistible que lo conducirá de cabeza al infierno.

Mi idea original era explorar el sentimiento de culpa –asegura Enrique Rivero- aunque luego fui derivando hacia ese lado oscuro que todos tenemos y que intentamos ocultar, incluso a nosotros mismos”.

La película explora sobre todo la culpa que produce el deseo sexual: “Cuando escribía el guion, se fue convirtiendo un tratado sobre la culpa en el mundo occidental, en el que la religión judeocristiana nos impone normas de comportamiento que, en el caso de incumplirlas, nos hacen sentir fatal. Esa es la parte religiosa y social de la película. Y creo que si alguien se siente mal con su sexualidad, normalmente tiene que ver con las enseñanzas de la religión católica, algo que no pasa en otros aspectos de nuestra existencia”.

Fotograma de 'Pozoamargo'
Fotograma de 'Pozoamargo'

Fotograma de 'Pozoamargo'

Un descenso a los infiernos

Siguiendo con símiles católicos, la historia es un auténtico calvario para el protagonista que se acentúa con el inhóspito paisaje que le rodea, una fotografía tan bella como dura y unos planos muy medidos que convierten el visionado de la película en una auténtica experiencia.

Quería que fuese una película muy sensorial –nos cuenta Enrique-. La culpa es un sentimiento muy difícil de mostrar en pantalla y no es nada agradable. No queremos verlo. Pero gracias a esa fotografía, a ese paisaje que tiene una fuerza tremenda, a la interpretación de Jesús, y a esa cotidianidad de los pueblos tan auténtica, tan salvaje, creo que he conseguido mostrar ese sentimiento”.

“Podemos calificarlo de descenso a los infiernos –añade el director- porque en el fondo el protagonista es un cobarde, un antihéroe incapaz de enfrentarse a sus problemas. No tiene esperanza de redención; lo único que le queda es intentar no volver a cometer los mismos errores”.

El director ha prescindido de cualquier artificio, buscando la autenticidad y hacer una película de "sensaciones". Por eso no hay música que decore las emociones. Además, un giro argumental le permite rodar la segunda parte de la película en blanco y negro.

Fotograma de 'Pozoamargo'
Fotograma de 'Pozoamargo'

Fotograma de 'Pozoamargo'

Una actriz frente a la naturalidad de un pintor

En apenas tres años Natalia de Molina se ha convertido en una de las actrices más respetadas de nuestro cine, gracias a películas como Vivir es fácil con los ojos cerrados (Goya a la Actriz Revelación, 2013) y Techo y comida (Goya a la Mejor Actriz, 2015). Y en Pozoamargo es la única actriz profesional que, además interpreta a la tentación, una lolita sin complejos que hará recaer al protagonista en el pecado.

“Quería una actriz –asegura Enrique- que transmitiese esa tentación, ese deseo, y que tuviese el valor para protagonizar secuencias sexuales muy subidas de tono. Cuando conocía a Natalia en el Festival de Cine de Sevilla de hace unos años, me pareció perfecta para el papel, y cuando comenzamos a trabajar en la película hicimos un pequeño casting. Pero eso sólo me hizo reafirmarme en que Natalia era la actriz perfecta para el papel, es fantástica”.

Pero que el que más nos sorprende de la película es Jesús Gallego, un pintor de Pozoamargo que es capaz de retransmitir casi cualquier cosa con la mirada, sobre todo la culpa. “Desde que lo conocí –asegura Enrique- su fuerza, su expresividad, su presencia, me parecieron tan poderosas que decidí escribir el guion con el como protagonista. Todo lo escribí pensando en él”.

“Esa relación entre Natalia y Jesús –continúa el director- es una de las cosas más auténticas de la película. Ambos se admiraban mutuamente y se sentían muy cómodos trabajando juntos, lo que era muy importante en unos papeles tan intensos. De hecho, tras la película Natalia y yo hemos insistido a Jesús para que se meta a actor pero creo que él prefiere seguir siendo pintor”.

Fotograma de 'Pozoamargo'
Fotograma de 'Pozoamargo'

Fotograma de 'Pozoamargo'

Pozoamargo

Pozoamargo (Cuenca), un pueblo que tiene 120 habitantes en invierno, no es sólo el escenario de la película sino un personaje más, ya que sus paisajes acentúan la angustia por la que atraviesa el personaje. “Escogí ese pueblo porque cuando me vine a España a vivir, hace ya muchos años, era donde residía mi madre. Y era el lugar perfecto para escabullirse y pasar un tiempo desapercibido”.

“Además –continúa el director- visualmente me ha dado todas las herramientas necesarias para contar una historia tan dura. Entre la fotógrafa Gris Jordana y yo le dimos muchas vueltas porque queríamos que el paisaje, el sol y la luz natural, tuvieran mucha importancia narrativa. Ese escenario, esa naturaleza, son fundamentales para la historia porque no me la puedo imaginar en ningún otro sitio”.

Casi todos los habitantes del pueblo han colaborado de alguna forma en la película –asegura Enrique- Están muy orgullosos de haber participado; aunque son gente muy tímida y no se acercaban a proponerme cosas, sí se les veía muy expectantes para ver cómo podían colaborar. Por eso quiero corresponderles haciendo algún pase de la película”.

Otro de los protagonistas de la película es un cerdo. “Eso no estaba en el guion, lo añadí cuando llegué al pueblo y me dijeron que tenían un cerdo al que cuidaban entre todos y que cuando engordaba, también se lo comían entre todos”.

Tras tres dramas bastante intensos, Enrique promete cambiar de registro: “Ya estoy escribiendo mi próxima película que va a ser una comedia. Va a ser un giro de 180 grados en mi trayectoria”.

Fotograma de 'Pozoamargo'
Fotograma de 'Pozoamargo'

Fotograma de 'Pozoamargo'