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"La tarifa eléctrica está agotada" como fuente de financiación de nuevas tecnologías, según los expertos

  • El consumidor de energía eléctrica ha financiado el 90% de ese esfuerzo
  • Avisan que se ha invertido poco en investigación y mucho en desarrollo
  • Proponen sustituir el actual mercado de derechos de emisión por impuestos
  • Los retos abiertos por el Acuerdo de París obligan a replantear la estrategia española

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Billetes en un enchufe

El 90% del esfuerzo de financiación de nuevas tecnologías energéticas recae en España en el consumidor de energía eléctrica y ese modelo, según los expertos, “está agotado” y no podrá sostener los esfuerzos crecientes que habrá que hacer para avanzar en las energías limpias y cumplir los objetivos de reducción de emisiones fijados en el Acuerdo de París.

Esa es una de las debilidades de España de cara a la nueva etapa abierta por la cumbre del pasado diciembre, según ha advertido Jorge Sanz, experto en energía y ex director general de Política Energética, en el Encuentro Energético organizado este miércoles por el IESE y Deloitte.

Según Sanz, la estrategia energética española se ha financiado, mayoritariamente a través del consumo eléctrico, ”lo que ha supuesto subir la tarifa eléctrica un 70% desde 2007 hasta ahora” y ese sistema se ha agotado, por lo que habrá que buscar fuentes alternativas de financiación.

Poca inversión en investigación y demasiada en desarrollo

A juicio de este experto, otro error de la política energética nacional ha sido invertir “poco” en investigación de nuevas energías y perfeccionamiento de las existentes, mientras se apostaba todo al desarrollo de nuevas tecnologías, muchas de ellas, aún en fases muy iniciales.

“Hemos sido poco selectivos, no hemos discriminado entre tecnologías maduras y no maduras, hemos ido a por todas las tecnologías”, ha explicado.

Además, señala que, al no crear patentes ni prototipos, España se ha limitado a pagar por las que aplicaba. “Somos pagadores de tecnología. Hemos generado valor añadido, pero mucho se ha ido fuera porque no venía de España. Sí hemos construido, hemos experimentado, hemos aprendido cómo instalar, hemos conseguido resultados brutales en las economías de escala. Eso es importante, pero lo hemos hecho en fase más inicial de la curva de aprendizaje de estas tecnologías, y eso nos ha costado muchísimo en términos de dinero”, ha añadido.

Sin embargo, todos los participantes en el panel del encuentro dedicado al panorama abierto en el sector energético por el Acuerdo de París han coincidido en que la mejora de la eficiencia energética y la apuesta por la investigación y la innovación será fundamental para alcanzar unos objetivos que deberá marcarse cada país.

Eficiencia energética y reemplazo del carbón por el gas

"Va a ser muy difícil. Empezamos un un mix energético muy, muy intensivo en combustibles fósiles. Ahora el 86% de demanda de energía primaria se satisface con combustibles fósiles y sólo el 14% con hidroeléctrica, nuclear y renovables", ha recordado Luis Aires, presidente ejecutivo de British Petroleum España y Portugal.

El primer objetivo sería, según este directivo, trabajar en eficiencia energética. "La Agencia Interncional de la Energía estima que el 50% de la reducción de emisiones podría venir a través de más eficiencia energética en procesos productivos, hogares, motores, combustibles que consumimos, que pueden llevar a reducción de consumos y mayor eficiencia", ha enumerado.

Además, Aires apunta otra importante vía de reducción de emisiones: la sustitución del carbón por el gas natural."El 35%de las emisiones viene de la producción de electricidad y está asociado al uso intensivo de carbón para producir electricidad", mientras que el gas natural "emite el 50% de carbono que el carbón" para producir la misma cantidad de energía, explica.

"Un cambio de un 1% en el mix de sustitución de carbón en la producción de electricidad sería equivalente a un aumento del 11% de energías renovables, que parten de una base muy baja", ha concluido el presidente de BP España.

Sustituir el mercado de derechos de emisión por impuestos

En cuanto a las formas de actuar para regular la demanda de energía -y así controlar las emisiones contaminantes-, Jorge Sanz ha recordado que aquí se ha creado un mercado de derechos de emisión, cuyo “objetivo es internalizar el coste medioambiental –el coste de emitir CO2 a la atmósfera- en los precios de todos los productos que en su cadena de valor utilizan la energía”.

Pero esa vía, añade este experto, fija el coste por cantidades y no por precios, lo que ha hecho que sea “insuficiente”.

“Es difícil concretar el verdadero daño ambiental, el coste que tiene emitir CO2 a la atmósfera. Los estudios más recientes de la Comisión Europea y la Agencia de Medio Ambiente apuntan a que está entre 20 y 30 dólares por tonelada de CO2, y con el sistema actual estamos en 7 dólares”, explica Sanz, quien justifica esa diferencia en que el actual diseño del mercado de emisiones “es tremendamente sensible al ciclo económico y al precio que decide quien pone las cantidades”.

Además, indica que en este tipo de instrumentos por cantidades, los pagos se concentran en la generación energética y “se dejan fuera sectores como la industria y el transporte”.

“En transporte, como asignamos cantidades y no se puede identificar a quién imponer la obligación, pues se queda fuera y a la industria tampoco, porque tenemos el problema de que se vayan fuera, perdamos competitividad…”, ha señalado, antes de instar a que se abra un debate para cambiar a un sistema de precios.

Esa “migración” hacia una política que grave las emisiones por precios se aplicaría a través de impuestos. “Se podría empezar por unos impuestos a la generación eléctrica, el consumo de hidrocarburos y el del gas, por emitir CO2 , SOX, NOX y aquellos gases que generan daño ambiental y que podemos cuantificar”, ha propuesto Sanz.