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Austria y Alemania abren sus fronteras a más de 10.000 refugiados procedentes de Hungría

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Miles de refugiados han entrado ya en Austria

Miles de refugiados viajan este sábado hacia Austria y Alemania después de que Hungría fletase la pasada madrugada autobuses para trasladarlos a la frontera, ante la crisis migratoria que vive Europa.

El Ministerio de Interior austriaco estima que recibirán unos 10.000 refugiados de Oriente Medio a lo largo de la jornada. Alemania espera que desde allí se desplacen hasta sus fronteras "de 5.000 a 7.000" inmigrantes, ha anunciado la Policía federal.

Los primeros trenes ya han partido de Viena con cientos de hombres, mujeres y niños, y tienen como destino Baviera y Frankfurt.

La llegada de los refugiados a Austria y Alemania

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  • Celebran haber cruzado la frontera con Austria

    Celebran haber cruzado la frontera con Austria

    Los refugiados lograron cruzar la frontera con Austria hasta Nickelsdorf. Son alrededor de 3.000 refugiados.  

  • Unos llegan en autobus, y otros a pie a Austria

    Unos llegan en autobus, y otros a pie a Austria

    Los refugiados también han llegado caminando hasta Nickelsdorf, pasada la frontera entre Hungría y Austria. 

Solidaridad tras semanas de sufrimiento

El primer tren que ha llegado a la estación de tren de Westbahnhof de Viena, con 400 refugiados a bordo, ha sido recibido un caluroso y emocionado aplauso.

Innumerables voluntarios han acudido a esperarles y ayudarles, entre ellos intérpretes a las lenguas árabe, farsi y kurda, así como personal de organizaciones de ayuda que repartían agua, alimentos, ropa de abrigo y mantas entre los agotados aspirantes de asilo.

Los primeros refugiados llegados guardaron un minuto de silencio y dedicaron un rezo en memoria del Aylan Kurdi, el niño kurdo-sirio de tres años que murió en una playa turca y cuya imagen se convirtió en símbolo de la tragedia de los refugiados sirios.

También se recordó a los 71 refugiados hallados muertos en un camión abandonado en Austria, cuyas identidades aún no se han esclarecido, así como los fallecidos recientemente en el Mediterráneo cerca de Libia.

Después de ese primer convoy han empezado a llegar a Viena decenas de autobuses con refugiados. Muchos ya han partido hacia Alemania, el destino final de un viaje que muchos emprendieron hace un mes en condiciones inhumanas para huir de los conflictos que viven sus países.

Entre los recién llegados está Majid, que portaba un cartel que decía en inglés "Gracias, Austria", y que indicó a Efe que los países árabes del Golfo Pérsico "deberían aprender del humanismo de Europa". "Países como Arabia Saudí y Qatar han cerrado sus fronteras y no aceptan a los refugiados sirios", ha criticado.

Alemania, esperada última parada

A pesar del visible cansancio, la gran mayoría de los recién llegados quieren continuar viaje hacia Alemania, país que aseguró que no devolverá a los refugiados sirios al Estado por el que entraron en la Unión Europea, tal como exige la norma comunitaria.

Uno de los muchos ejemplos es Teima, de 22 años, que, agotada, explica a Efe que sigue rumbo a la ciudad alemana de Hamburgo con Amir, su hijo de dos años.

Teima, también siria, relata que ha viajado con unos primos desde Turquía y que su marido la aguarda en esa ciudad del norte de Alemania.

El ambiente del lugar es calmado aunque multitudinario. La Policía vigila la zona y trata de informar a los recien llegados en lo posible. "El problema es que tenemos pocos traductores, la gente tiene miedo y todos quieren salir de aquí lo antes posible, muchos incluso preguntan si pueden ya subirse a un tren rumbo a Alemania", explica a Efe un agente austriaco.

Asam, un joven sirio, explica a Efe que en Hungría la policía lo maltrató, a pesar de tener un billete de tren de Budapest a Múnich. "Quiero ir hasta Noruega, ya que mi hermana vive allí. El viaje ha sido muy largo, un mes; en Serbia nos trataron bien, pero en Hungría fue terrible", asegura el joven en inglés, que con tono preocupado insiste una y otra vez en la misma pregunta: "¿nos van a tomar huellas (dactilares) en Austria, nos van a tomar huellas?".

Los refugiados prefieren no ser registrados para poder llegar a Alemania o un país escandinavo, donde las tasas de aceptación de asilo son muy superiores al resto de Europa. En Hungría, que ha recibido alrededor de 160.000 inmigrantes en lo que va de año, casi nadie recibe asilo, mientras que en Suecia la tasa de aceptación supera el 70%.

Una dura travesía

La mayoría de los refugiados tienen detrás de sí una dura travesía, pues llegaron a Hungría por la llamada "ruta de los Balcanes", que pasa por Grecia, Macedonia, Serbia y Hungría.

En ese último país pasaron días esperando en la estación de ferrocarriles Keleti para poder subir a un tren que los llevase hacia Europa occidental.

Ayer, una parte de ellos se cansó de esperar y partió hacia el mediodía a pie en una marcha hacia la frontera austríaca, a más de 200 kilómetros de la capital húngara.

Anoche, cuando se encontraban a unos 27 kilómetros de Budapest, el Gobierno húngaro anunció que ponía a su disposición los autobuses necesarios para trasladar a la frontera a los refugiados varados en el país, aunque no a los internados en los centros de acogida.

Posteriormente Austria y Alemania dieron entonces luz verde para la entrada y el paso de los refugiados en sus territorios, una decisión que alivia, aunque sea con un poco de esperanza, la situación de estas personas.