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El papa pide "ir más allá de las cómodas certezas" para entrar en el misterio de la Resurrección

  • La Vigilia Pascual simboliza la espera a la Resurrección de Jesús
  • Durante la ceremonia ha bautizado a seis mujeres y cuatro hombres

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Vigilia del Sábado Santo
Vigilia del Sábado Santo.

El Papa Francisco ha pedido imitar a las mujeres que eran discípulas de Jesús e "ir más allá de las cómodas certezas", de la "pereza" y de "la indiferencia" para entrar en el Misterio de la Resurrección, "que hace pasar de la muerte a la vida".

Así lo ha expresado durante la misa de la Vigilia Pascual celebrada en la basílica de San Pedro, que simboliza para los católicos la espera a la Resurrección de Jesús.

El Obispo de Roma -que ha concelebrado la misa con otros 40 cardenales, 30 obispos y más de 350 sacerdotes- ha reflexionado sobre la experiencia de las discípulas de Jesús porque las mujeres "fueron las primeras que vieron el sepulcro vacío y fueron las primeras en entrar".

"No se puede vivir la Pascua sin entrar en el misterio. No es un hecho intelectual, no es sólo conocer, leer... Es más, es mucho más", ha dicho el papa.

En este sentido, Francisco ha resaltado que las mujeres "no permanecieron prisioneras del miedo y del dolor, sino que salieron con las primeras luces del alba con el corazón ungido de amor".

"Sin adorar no se puede entrar en el misterio"

Por ello, ha pedido a los católicos que tengan sobre todo "humildad" y que reconozcan que son "pecadores con necesidad de perdón".

"Para entrar en el misterio se necesita humildad, la humildad de rebajarse, de apearse del pedestal de nuestro yo, tan orgulloso, de nuestra presunción; la humildad para darle una nueva dimensión a la propia estima, reconociendo lo que realmente somos: criaturas con virtudes y defectos, pecadores necesitados de perdón", ha detallado.

Para el pontífice, la humildad es "rebajarse" y reconocer la "impotencia" a través de la adoración y "vaciándonos de las propias idolatrías". "Sin adorar no se puede entrar en el misterio", ha sentenciado en este sentido.

Finalmente, Francisco ha relatado que entrar en el misterio exige "no tener miedo de la realidad: no cerrarse en uno mismo, no huir ante lo que no entendemos, no cerrar los ojos frente a los problemas, no negarlos, no eliminar los interrogantes".

El papa bautiza a seis mujeres y cuatro hombres

La ceremonia, una de las más antiguas de la tradición cristiana, ha comenzado con la bendición del fuego y el encendido del cirio pascual, símbolo de Cristo, "Luz del Mundo", y posteriormente también del agua para los bautismos.

El papa Francisco ha realizado con un punzón una incisión sobre el cirio pascual, grabando una cruz, la primera y la última letra del alfabeto griego -alfa y omega- y la cifra de este año, 2015.

Después se ha realizado la procesión hacia el altar mayor, en total silencio encabezada por el diácono portando el cirio y seguida por el pontífice así como por diferentes miembros del clero. Una vez en el altar mayor, y tras la bendición del papa, el diácono ha proclamado el llamado Exultet, el anuncio de la Pascua.

Siguiendo la tradición de los primeros años de la Iglesia cuando los catecúmenos, los adultos que aspiran a convertirse al cristianismo a través del bautismo, eran bautizados, Francisco ha bautizado y dado la comunión a diez personas.

Los nuevos cristianos a los que ha bautizado el papa ha sido seis mujeres y cuatro hombres: la camboyana Champa Buceti, de 13 años, y que recibirá el nombre de María, cuatro italianos, tres albaneses, la pintora portuguesa Helena Lobato, de 45 años, y una mujer de Kenia.