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La Casa Blanca anuncia medidas para evitar que las multinacionales eludan pagar impuestos

  • Se quiere evitar adquisiciones de empresas extranjeras para trasladar el capital
  • En los últimos seis años, ha habido unas 25 operaciones de este tipo
  • Las nuevas medidas tendrán efecto desde este mes, pero no serán retroactivas

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El Gobierno estadounidense ha anunciado un paquete de medidas para limitar las posibilidades de que las grandes empresas esquiven el pago de impuestos en EE.UU. a través de la adquisición de compañías extranjeras, operaciones que les permiten acceder a condiciones tributarias más favorables en su propio país y por las que también pueden trasladar sus sedes fiscales a otros países.

Las medidas han sido aprobadas como órdenes ejecutivas de la Administración Obama, ante la imposibilidad de lograr un acuerdo entre Demócratas y Republicanos en el Congreso, enfrentados desde hace años por la defición de un sistema fiscal, tanto por cuántos impuestos establecer como por cómo emplear el dinero recaudado.

Límites a la ingeniería fiscal

"Estas primeras medidas concretas suponen un sustancial avance en la restricción de las técnicas creativas empleadas para evitar el pago de impuestos, tanto en términos de reducir significativamente los beneficios económicos de las inversiones como, cuando sea posible, impedir esa operaciones", ha afirmado en un comunicado el secretario del Tesoro, Jack Lew.

En la misma línea y con el mismo objetivo, el pasado mes de junio, la UE aprobó endurecer sus normas para evitar que los grupos de empresas aprovechen las asimetrías entre las reglas fiscales nacionales para escapar al pago de impuestos. Y la semana pasada, la OCDE publicó una lista de recomendaciones para dificultar esas maniobras de ingeniería fiscal.

Ahora, la Casa Blanca ha dado sus primeros pasos enfocados, sobre todo, a limitar el uso de la norma estadounidense que permite retrasar el pago de impuestos por los beneficios que estén fuera del país hasta que esos fondos sean repatriados. Muchas empresas eludían esa tributación utilizando esos fondos para préstamos, algo que no podrán hacer a partir de ahora.

Además, se dificultará reestructurar las divisiones extranjeras para que no se controlen desde EE.UU. , lo que ha facilitado hasta ahora que sus beneficios no se consideraran estadounidenses y, por tanto, sujetos a imposición en ese país.

También se han elevado los límites de propiedad exigidos a una empresa estadounidense sobre su filial extranjera para que sus beneficios empresariales puedan aplazar la tributación hasta su repatriación a Estados Unidos.

Pese a las medidas anunciadas, el propio Gobierno estadounidense reconoce que no podrá frenarse este tipo de actividades sin una reforma integral del sistema tributario, algo que solo puede llevar a cabo el Congreso.

Más de 20 operaciones en seis años

La Administración del presidente Barack Obama ha criticado la tendencia creciente por parte de grandes compañías de realizar este tipo de acciones.

Desde 2008, se han realizado unas 25 operaciones de este tipo, según Reuters, y en los últimos meses, varias empresas -como la de instrumental médico Medtronic y la de alimentación Chiquita- han optado por esta táctica y establecido su sede fiscal en Irlanda tras sendas adquisiciones de empresas locales.

Y hace unas semanas, la compañía de comida rápida Burger King -hasta ahora con sede en Miami- anunció un acuerdo para adquirir la empresa de cafeterías Tim Hortons de Canadá, lo que le permitirá instalar su sede fiscal al otro lado de la frontera, donde los impuestos son mucho menores.

Sin efecto retroactivo

Estas medidas se aplicará desde este mismo mes de septiembre, pero no serán retroactivas, como pedían algunos legisladores demócratas.

Eso ha despertado dudas sobre si podrán aplicarse sobre operaciones anunciadas, pero no completadas, como la compra de Tim Hortons por Burger King o la de la irlandesa Covidien por Medtronic.

En una rueda de prensa, un portavoz del Tesoro ha señalado que "si las operaciones están cerradas a día de hoy, no están sujetas a esto; si se van a cerrar mañana o más tarde, entonces sí están afectadas".

El presidente Obama, muy crítico con este tipo de tácticas de las grandes empresas, ha asegurado en un comunicado que este primer paso anunciado por el Tesoro "desanimará a las compañías a sacar ventajas de inversiones corporativas, trasladando sobre el papel su residencia fiscal al exterior para evitar pagar lo que justamente le corresponde aquí, en casa".

"Aunque no hay sustituto posible para la acción en el Congreso, mi Administración actuará donde pueda para proteger los avances que el pueblo estadounidense ha trabajado tanto para conseguir", ha advertido el presidente de EE.UU., Barack Obama, al instar a los legisladores a actuar.

Como era de esperar, estas acciones no fueron bien recibidas por los republicanos, que controlan la Cámara de Representantes. Poco después del anuncio del Tesoro, el presidente de la Cámara, el republicano John Boehner, ha criticado que EE.UU. tenga "la tasa corporativa más alta del mundo desarrollado", actualmente en torno al 35%, y ha subrayado que la respuesta pasa por "simplificar el sistema fiscal".