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Calderón apela por "una nueva Europa más fuerte" y reclama fortalecer el cortafuegos del FMI

  • Insta a Estados Unidos y Canadá a que contribuyan a este cortafuegos
  • El presidente de México no aclara la cuantía que aportará su país al fondo

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Felipe Calderón en una rueda de prensa en Los Cabos (México)
El presidente de México, Felipe Calderón, durante una rueda de prensa en Los Cabos (México).

El presidente de MéxicoFelipe Calderón, ha  hecho un llamamiento para apostar por "una nueva Europa más  fuerte". Para ello, ha exhortado a las mayores economías del mundo, en  el marco de la cumbre del G-20 que se celebra este lunes en Los Cabos  (México), a que refuercen el cortafuegos del Fondo Monetario  Internacional (FMI), en vistas a un posible agravamiento de la crisis de  la deuda que azota a la eurozona.

"Quiero ver palabras y promesas que estén orientadas a una nueva  Europa más fuerte, una Europa del siglo XXI", ha declarado Calderón,  quien, sin embargo, no espera que se sellen "acuerdos específicos" en  esta línea.

Calderón, asimismo, ha enfatizado en que el G-20 ha de estar  preparado para cualquier escenario resultante de las elecciones  generales que se celebran este domingo en Grecia y que podrían  determinar el devenir de la Unión Europea (UE) y de la zona euro.

Así pues, el mandatario mexicano ha pedido que se parapete la  crisis europea a través de un fortalecimiento del colchón financiero  instaurado por el FMI en abril de 430.000 millones de dólares (340.200  millones de euros).

Colaboración de EE.UU. y Canadá

A su juicio, este ha de ser el objetivo primordial de la cumbre,  razón por la cual ha instado a Estados Unidos y a Canadá a que  contribuyan a este cortafuegos. En este sentido, Calderón tampoco ha  aclarado la cuantía que aportará al fondo, al igual que las demás  potencias emergentes como Brasil, China o Rusia.

En teoría, México debería superar los 8.000 millones de dólares  (6.330 millones de euros), si bien la horquilla en la que se mueve varía  de los 1.000 millones de dólares (algo más de 791 millones de euros) a  los 10.000 millones de dólares (casi 8.000 millones de euros), la cifra  máxima a la que está dispuesto a llegar el Gobierno de Brasil.