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'La protectora', un cómic que continúa la historia de 'Otra vuelta de tuerca' de Henry James

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Viñetas de 'La protectora', de Keko
Viñetas de 'La protectora', de Keko

Keko (José Antonio Godoy) (Madrid, 1963)

Estudió en la Escuela de Artes y Oficios y trabajó para las revistas 'Madriz' y 'Metal Hurlant' en plena crisis ya de la industria nacional, desarrollando los guiones de Mique Beltrán en 'Livingston contra Fumake' (1987), y Ramón de España en 'Brendan Beckett: El Amor Duele' (1997), además de historietas propias como La isla de los perros (1986) y la erótica ¡Voraz! (1991). Posteriormente, se ha dedicado sobre todo a la ilustración, aunque ha publicado historietas como 'Nosotros Somos los Muertos', que en 2006 serían recopiladas bajo el título 'La casa del muerto'. También destacan sus Almanaques ilustrados, todo un derroche de diseño e imaginación. Su álbum '4 botas' obtuvo el Premio a la mejor obra del 2002 en el 21º Salón Internacional del Cómic de Barcelona. Sus últimas obras están editadas por Edicions de Ponent. Keko colabora habitualmente con el guionista Felipe Hernández Cava, uno de los grandes del cómic español.

Hay que tener mucho valor para hacer una continuación de una de las indiscutibles obras maestras de la literatura universal (Otra vuelta de tuerca, de Henry James), y mucho talento para salir airoso de la empresa. Y Keko ha demostrado en La protectora (Edicions de Ponent) que está sobrado de ambas cosas, consiguiendo uno de los cómics más inquietantes y atractivos del año, tanto por su asombroso guión (que nos inquieta sobremanera a la vez que nos ofrece tantas incógnitas como la novela) como por su dibujo (todo un alarde de experimentación).

Aunque Keko confiesa que algo de miedo sintió al enfrentarse a este ambicioso proyecto: "Este miedo lo tuve constantemente presente mientras preparaba la historia; llegué incluso a obsesionarme con la idea de que el propio James, que no tenía nada mejor que hacer allá en el Parnaso literario, bajaba y me vigilaba desde un rincón y me maldecía por "tocar" su obra. La cosa empezó a funcionar cuando me di cuenta de que sólo podría sacar adelante lo que me había propuesto si ignoraba esa voz y actuaba desde la más absoluta falta de respeto por el autor y su novela".

Una novela decisiva en la historia de la literatura, como comenta Keko: "Lo cambió todo. Hasta entonces, el lector podía confiar en la veracidad de lo que le contaba un narrador en primera persona. A partir de esta novela ya sabemos que la realidad no existe, que sólo hay puntos de vista. Que los fantasmas viven dentro de nosotros y queremos que los demás los vean como si fueran los suyos propios".

¿Qué pasó después de 'Otra vuelta de tuerca'?

"La historia, comenta Keko, arranca a partir del final de la novela de James. La niña, Flora, ha sido llevada a la casa de su tío en la ciudad tras la desgracia ocurrida en la mansión de Bly. Más que una secuela de Otra vuelta de tuerca, que también podría decirse que lo es, me interesó hacerme estas preguntas: ¿Quién es el señor de Bly? ¿Por qué no deseaba ser molestado y quedarse completamente al margen de todo lo relacionado con sus sobrinos, más allá de su mero mantenimiento? ¿Qué podría ocurrir cuando Flora vuelve con su tío?"

A pesar del espectacular e innovador dibujo, para Keko lo más complicado de este arriesgado proyecto ha sido escribir la historia: "Estuve dándole vueltas a la tuerca hasta que temí haberla pasado de rosca (perdón por el chiste malo). En cuanto tuve más o menos claro lo que quería contar, el estilo no fue un problema porque adapté la historia a mi estilo y no al contrario. Llevo ya demasiado tiempo en esto de las viñetas como para saber que la versatilidad es un camino que me está vedado".

"He intentado que la historia, si no en la forma, al menos fuera fiel en el fondo a la novela de James, asegura Keko, una obra que ha tenido infinidad de lecturas. En esto no he tenido que esforzarme demasiado porque creo que la ambigüedad es una constante en mis historietas y, por tanto, me siento muy cercano al espíritu de la novela. Creo que ese diálogo con el lector se produce porque prefiero siempre hacer preguntas a dar respuestas".

Un escenario inquietante

Si la historia nos atrapa desde las primeras viñetas, el dibujo nos envuelve con un aire misterioso y sobrenatural que contribuye a crear la atmósfera perfecta. Unas imágenes con las que Keko vuelve a demostrar su dominio de la iluminación, y que ha creado con diversas técnicas, entre las que destaca el uso del ordenador.

"Casi me avergüenza decir que apenas ha habido trabajo de documentación en este tebeo. No hay una localización concreta en lugares reales, ni en un año determinado, aunque la aparición del metro sugiera que nos encontramos a principios del siglo XX en algo parecido a Londres. No hay un solo edificio o lugar reconocible porque todos los que aparecen en el tebeo son engendros creados con trozos de fotografías de lugares diversos".

"Una explicación, aparte de mi indómita holgazanería (y mi resistencia a convertirme en un verdadero profesional de la historieta), podría ser la fascinación que siento por las películas de serie B en blanco y negro de los cuarenta, en concreto por aquellas obras maestras de Val Lewton y Tourneur o por las películas que hizo Fritz Lang con Edward G. Robinson en esos años.

"Me interesa más crear atmósferas, edificios de sombras, que recrear fielmente lugares o épocas concretas. Para este trabajo frankensteiniano del cortapega el ordenador es una herramienta maravillosa. Lástima que no dibuje solo".

"Me dan miedo los niños que saben hablar como personas mayores. Que han sido corrompidos por las palabras"

Keko ha conseguido que la niña protagonista nos inquiete e incluso atemorice más que los supuestos fantasmas: "Es el lenguaje. Me dan mucho miedo los niños que saben hablar como personas mayores, que han sido corrompidos por la palabras".

"Me encomiendo a Will Eisner y Alberto Breccia"

Keko confiesa que no ha querido volver a ver otras aproximaciones la la obra de Henry James, como las películas Los inocentes, de Jack Clayton, o Los últimos juegos prohibidos, protagonizada por Marlon Brando. Por cierto que la novela también es el germen de Los otros de Amenábar.

Y en cuanto a los autores que más le han influido en su trabajo lo tiene claro: "Bufff, tantos que al final puede que ninguno en especial. Pero siempre que me pongo a dibujar me encomiendo y pido protección a Will Eisner y Alberto Breccia".

Actualmente trabaja en un nuevo proyecto: "Mientras reposo en un sanatorio tras este doloroso parto, sigo dibujando con guiones de Hernández Cava historias de "Bob Deler" y miro fijamente a los fantasmas del jardín por si tienen algo que contarme".

Y no podíamos despedir esta entrevista sin preguntarle que si cree en los fantasmas:

"Sólo en los de carne y hueso. Bueno, y un poco también en los de sábana y cadena con bola tan queridos al mundo del tebeo".