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El relevo de Marcelino Iglesias en el Gobierno de Aragón tiene nombre de mujer

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Los relevos al frente de los dos partidos mayoritarios marcan estos comicios autonómicos en la comunidad autónoma de Aragón.

Por primera vez en más de una década, el actual presidente aragonés, Marcelino Iglesias, no estará al frente de la candidatura del PSOE y su lugar lo ocupará Eva Almunia.

Iglesias, que ahora se ocupa de la Secretaría de Organización del PSOE, anunció hace unos meses que no aspiraría a la reelección, lo que abre un nuevo panorama político en esta región.

Eva Almunia, quien ha ocupado cargos de relevancia en el Gobierno de Zapatero, regresó hace un año a la política autonómica como sucesora de Iglesias, quien se ha mostrado como el principal aval de su paisana –ambos son oscenses-.

En el otro lado, el PP también ha apostado por la renovación con rostro femenino: en este caso, por la expresidenta del Congreso Luisa Fernanda Rudi, que releva al frente de la candidatura y del partido a Gustavo Alcalde.

El hecho de que Rudi fuese alcaldesa de Zaragoza durante cinco años (1995-2000) podría suponer una circunstancia importante para que los populares incrementen sus votos en la provincia que más peso tiene en número de escaños.

Pactos necesarios

Sin embargo, ni unos ni otros tendrán fácil que su candidato pueda gobernar en solitario ya que, desde el inicio de la democracia, ningún partido ha logrado mayoría absoluta y siempre han sido necesarios los acuerdos con formaciones 'bisagra'.

Las últimas encuestas confirman esa tendencia. Según el último barómetro del CIS, el PSOE conseguiría 27 escaños frente a los 26 del PP. El Partido Aragonesista sumaría siete diputados, Chunta Aragonesista cuatro e Izquierda Unida, tres.

Sin embargo, el sondeo elaborado por A + M para el Herado de Aragón el pasado mes de febrero da 28 escaños al PP, 25 al PSOE, siete al PAR, tres a CHA y cuatro a IU.

Estos datos son muy cercanos al sondeo de Sigma Dos publicado por el diario

El Mundo

el domingo 24 de abril, por el cual el PP lograría el 40,4% de los votos, los que le supondría entre 30 y 28 escaños; , el PSOE obtendría el 33,8% de los sufragios (25-24 escaños), el PAR lograría el 7,8% de los votos (6 escaños); Chunta Aragonesista sumaría el 7,7% de los votos (4 escaños); e Izquierda Unida alcanzaría el 5,4% de los votos (4-3 escaños).

El PAR tiene la llave

Tradicionalmente,  el Partido Aragonés (PAR) es quien ha tenido en su mano la llave de la gobernabilidad.

La formación que preside José Ángel Biel –que también es el candidato a la presidencia- ha permitido al PSOE gobernar en las tres últimas legislaturas.

La buena relación entre Iglesias y Biel ha sido una de las bases de este acuerdo aunque la ausencia del primero plantea dudas sobre si se mantendrá la fidelidad del PAR.

Y es que los regionalistas ya mantuvieron entre 1987 y 1999 acuerdos con el PP al frente del Gobierno Aragonés.

La grave crisis interna que ha vivido el PAR en los últimos tiempos -incluido casos de corrupción como el de La Muela- hace que sea difícil prever hacia dónde se dirigirá su apoyo tras los comicios.

Pero lo ajustado de las encuestas hace que, por primera vez en mucho tiempo, los otros dos partidos con representación en el palacio de la Aljafería –sede de las Cortes de Aragón- tengan opciones a la hora de propiciar la gobernabilidad.

Chunta Aragonesista -que también presenta a una mujer como candidata, Nieves Ibeas- ya ha pactado en el pasado con los socialistas en ayuntamientos como el de Zaragoza, con lo que cual no sería descartable un acuerdo entre ambos a nivel regional.

En cuanto a Izquierda Unida,  que vuelve a presentar a Adolfo Barrena, podría experimentar un importante incremento en número de escaños, según las encuestas, lo que podría resultar decisivo de cara a una coalición de izquierdas al frente del Gobierno aragonés.

Más difícil sería que PAR e Izquierda Unida entraran juntos en un pacto, toda vez que el partido que encabeza Barrena ha mostrado públicamente sus difenrencias con los regionalistas.

El trasvase, motivo de polémica

En cuanto a los asuntos de debate, el trasvase del Ebro, las infraestructuras y, especialmente, la situación económica han centrado el discurso de los partidos durante los últimos meses y serán temas recurrentes durante la campaña.

En lo referente al trasvase, Eva Almunia ha mostrado su oposición rotunda y ha insistido en que el PP aragonés se pliega a los intereses de la Comunidad Valenciana y de Murcia en este asunto.

"El PP es trasvasista por naturaleza y no ha evolucionado", ha declarado la candidata socialista. Una opinión que coincide con la del PAR, quien ha advertido del peligro de resucitar un trasvase "que lleva derogado seis años".

El Partido Popular ha negado estas acusaciones y ha asegurado que en su programa no está incluida ninguna de las propuestas que, en ese sentido, ha planteado el PP valenciano, descartando un nuevo trasvase.

Tanto Chunta como Izquierda Unida también se han mostrado frontalmente opuestos a la posibilidad de trasvasar más agua del Ebro con destino a Levante.

En cuanto a la situación económica, el Partido Popular ha criticado con dureza el incremento del desempleo en la región en los dos últimos años, y ha asegurado que Aragón tiene los mismos problemas que cuando el PSOE llegó al poder, doce años atrás.

Por su parte, el PSOE asegura que los populares llevarán a cabo recortes en el Estado del Bienestar y promete un equilibrio entre el crecimiento económico y la contención del gasto.

Empleo, desarrollo económico e infraestructuras también figuran como asuntos destacados en las propuestas electorales de PAR, Chunta e Izquierda Unida.

Lo que parece casi seguro es que será una mujer quien, por vez primera, estará al frente de las Cortes de Aragón, abriendo una nueva etapa en la historia de Aragón.