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El Rey y los Príncipes de Asturias visitan la capilla ardiente de Francisco Ayala

  • La Reina visitó el domicilio de Ayala el martes para dar el pésame
  • El Rey y los Príncipes han coincidido con el presidente del Gobierno
  • La incineración será al mediodía en la más estricta intimidad

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Personajes del mundo de la cultura, políticos y ciudadanos de a pie despiden en la capilla ardiente a Ayala

Los Príncipes han visitado esta mañana, minutos después de que lo hiciera el Rey, la capilla ardiente del escritor Francisco Ayala, instalada en el tanatorio del Parque de San Isidro, donde han dado el pésame a la familia del autorfallecido el martes en su domicilio de Madrid a los 103 años.

Los Príncipes, al igual que ha hecho Don Juan Carlos, han estado con la viuda, Carolyn Richmond, y el resto de su familia en la sala donde ha estado abierta la capilla ardiente desde las nueve de la mañana y han abandonado el tanatorio sin hacer declaraciones.

Muere el escritor Francisco Ayala en Madrid a los 103 años

La Reina, según fuentes próximas a la familia, visitó el domicilio de Ayala el martes para dar el pésame a Richmond y este miércoles no ha podido acompañar al Rey al encontrarse de viaje en Palencia.

Tanto el Rey como los Príncipes han coincidido en su visita con el presidente del Gobierno, que ha llegado a la capilla ardiente de Ayala acompañado de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, en una jornada en la que son incesantes los testimonios de pésame y recuerdo hacia el gran escritor.

La ministra de Cultura, Ángeles González Sinde, ha recordado la amplia trayectoria de Francisco Ayala y ha dicho que ha sido un testigo privilegiado de la España del siglo 20.

La capilla ardiente, que se instaló el martes a las siete de la tarde, ha sido reabierta en la mañana del miércoles a las nueve y lo estará hasta el mediodía, hora a partir de la que se celebrará la incineración, en un lugar que la familia no ha querido hacer público porque quiere que la ceremonia, cumpliendo los deseos del escritor, sea en la más estricta intimidad.