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El botiquín del verano

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Ejemplo de botiquín para una excursión de montaña
Ejemplo de botiquín para una excursión de montaña.

Las vacaciones en el campo, la playa o en destinos exóticos pueden verse ensombrecidas por algunos problemas leves de salud. Las molestias gastrointestinales, quemaduras, urticaria e insolaciones no deben llevarnos a Urgencias pero pueden estropearnos el descanso estival.

Entre los problemas más habituales durante el verano se encuentran los trastornos gastrointestinales, diarreas y estreñimiento. Estas complicaciones están ocasionadas por el descuido de nuestros hábitos de alimentación y por la ingesta de comidas, a veces en mal estado debido al calor, y de agua que no siempre está potabilizada o a la que nuestro organismo no está acostumbrado.

Para hacer frente a la diarrea, conviene tener siempre a mano un antidiarreico y algún suero de rehidratación oral. Si se padece estreñimiento, un laxante puede ser de gran ayuda.

También son frecuentes las quemaduras provocadas por una exposición excesiva al sol, los estados febriles y dolores de cabeza, causados por las insolaciones, y las reacciones de la piel al contacto con insectos y medusas, que pueden provocar urticaria.

La mayoría de estas complicaciones son leves y se resuelven en unos días, pero pueden estropearnos las vacaciones si no estamos preparados.

Más vale prevenir

Para evitar complicaciones gastrointestinales es recomendable ingerir alimentos sólo en establecimientos que ofrezcan garantías de higiene y calidad.

También es conveniente beber agua embotellada y, si viajamos a destinos exóticos, evitar los zumos naturales a no ser que se preparen a nuestra vista. Por supuesto, hay que "evitar la exposición al sol en las horas de más calor, entre las 12 de la mañana y las 6 de la tarde, y aplicarnos un protector solar adecuado a nuestro tipo de piel", añade Rafael García Gutiérrez, director general de la Asociación para el Autocuidado de la Salud (anefp).

Además de estas medidas sencillas para prevenir posibles complicaciones, conviene llevar siempre un pequeño botiquín de viaje que incluya los productos básicos para tratar estas pequeñas dolencias y un termómetro. "En primer lugar se debe incluir material de cura como gasas, algodón, tiritas, vendas y alcohol", explica el director de anefp.

El botiquín es algo que debe tenerse siempre a mano y, por lo tanto, no podemos dejarlo en casa cuando salimos de viaje. "No debemos ir cargados de medicamentos, pero sí debemos llevar lo necesario para atender cualquier dolencia menor que pueda surgirnos", matiza García Gutiérrez, sobre todo si viajamos con niños.

La Asociación para el Autocuidado de la Salud recomienda llevar analgésicos -para los dolores de cabeza y musculares-, antiácidos -para los problemas de acidez e indigestión-, soluciones de rehidratación oral -para las deshidrataciones y diarreas-, repelentes de insectos para evitar picaduras y, sobre todo "un protector solar adecuado para nuestro tipo de piel, que evite quemaduras y problemas serios de salud".

También son habituales los mareos cuando se viaja en coche, por lo que recomiendan llevar productos para prevenirlos (se pueden obtener en forma de comprimidos, chicles y supositorios, e incluso en jarabe para los más pequeños).

Consulte con su farmacéutico

A la hora de preparar el botiquín de viaje debemos contar siempre con el consejo de un farmacéutico. Este profesional sanitario nos proporcionará toda la información para elaborar el botiquín más adecuado a nuestras necesidades y destino vacacional. Además, nos asesorará sobre el uso correcto de los medicamentos, especialmente cuándo, cómo y durante cuánto tiempo tomarlos.

Los medicamentos que se deben incluir en un botiquín básico de viaje "se pueden obtener en una farmacia sin necesidad de receta médica, ya que están destinados precisamente a la prevención y el alivio de dolencias leves", aclara García Gutiérrez.

No obstante, aunque no precisen de receta, estos fármacos tienen las mismas garantías de calidad, seguridad y eficacia que los medicamentos de prescripción, y también pueden tener efectos secundarios, por lo que es imprescindible consultar siempre con un farmacéutico antes de usarlos.

Vacaciones en el extranjero

Más del 75% de las personas que realizan viajes de corta duración a zonas tropicales o subtropicales padecen algún trastorno de salud según el Ministerio de Sanidad.

A los problemas habituales de cambios de hábitos deben añadirse las condiciones de higiene del país de destino, que no siempre son las más óptimas, las dificultades para acceder a los servicios sanitarios o el alcance de la red farmacéutica.

Existe la posibilidad de que el medicamento que estamos acostumbrados a tomar para tratar los dolores o la fiebre, por ejemplo, no esté disponible o se comercialice con otro nombre, por lo que es aconsejable conocer el principio activo, por ejemplo la aspirina es el nombre comercial del ácido acetilsalicílico.

En estos casos es aconsejable llevar consigo aquellos medicamentos sin receta médica que puedan sernos de utilidad.

Además, si desconocemos las condiciones sanitarias del país al que viajamos, es recomendable consultar a nuestro médico de cabecera.

También podemos consultar la página web del Ministerio de Sanidad, en la que las autoridades sanitarias informan sobre qué vacunas están recomendadas para las personas que van a visitar países con condiciones sanitarias deficientes.