¡Empieza la fiesta!

El sonido del cohete, el famoso chupinazo, y el "¡pamplonesas! ¡pamploneses!" con el que la concejala del PSN Maite Esporrín se ha dirigido a la multitud concentrada en torno a la plaza del ayuntamiento, han bastado para desatar en Pamplona la euforia colectiva. Un sentimiento festivo que no admitirá relajo en los próximos nueve días;  "204 horas de alegría y una oportunidad inmejorable para reír, disfrutar y compartir", en palabras de la alcaldesa Yolanda Barcina.

Pañuelo en mano y champán o vino dispuestos para refrescar el gaznate, miles de hombres y mujeres de toda condición y procedencia han convertido el fondo de la plaza del ayuntamiento de Pamplona y las calles adyacentes en un mar rojo de olas triangulares tan sólo sosegadas cuando las manecillas del reloj de la casa consistorial han marcado las doce del mediodía. Y entonces, toda la ciudad ha dado un vuelco en un instante.

Esporrín salió al balcón de la Casa Consistorial segundos antes de que dieran las doce del mediodía. Una vez que la edil socialista prendió la mecha del "chupinazo",  el resto de miembros de la corporación fueron prendiendo sucesivos  cohetes desde el balcón, mientras por la puerta principal de la Casa  Consistorial salía a la calle la banda de gaiteros del Ayuntamiento.

Empieza la fiesta y, como cada año, Pamplona no dará tregua al aburrimiento hasta el próximo 14 de julio.  El inicio de las fiestas se ha desarrollado con normalidad. Mañana, día grande, los pamploneses de dentro y de fuera rendirán honores a su patrón acompañando en procesión a la imagen de San Fermín por las calles del casco antiguo pamplonés.