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Comienza el juicio por la muerte de Politkovskaya

  • Un jurado popular decidirá sobre los acusados de asesinar a la periodista rusa
  • En el mismo juicio se dilucidan dos casos diferentes
  • El proceso tiene lugar en el Tribunal Militar de Moscú

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Este lunes 17 de noviembre, se celebra en el Tribunal Militar de Moscú la segunda y última vista preliminar del juicio por el asesinato de la periodista Anna Politkovskaya. Este tribunal tendrá que decidir si las vistas se celebrarán a puerta cerrada o no, pero ya se sabe, casi con toda seguridad, que el juez decidirá que no sean públicas. Al día siguiente, ya estará configurado el jurado popular, con lo que ya podrá dar comienzo enseguida el juicio.

"Nosotros quisiéramos que el proceso fuera abierto, para que cualquier persona pudiera asistir y sacar sus propias conclusiones", nos dice Anna Stavitskaya, una de las abogadas de la familia Politkovskaya en el despacho de la capital rusa en el que ultiman los preparativos, una oficina diminuta en la que no guardan ningún original de los documentos que están relacionados con el caso. "Cuestión de seguridad", nos comentan allí.

Es un caso complicado y difícil de entender en muchas de sus aristas, al margen incluso- de las interferencias que pueda haber desde el poder, algo que reconocen los mismos abogados de la acusación.  Porque hay dudas sobre las condiciones en las que pueden llegar a encontrarse los 12 miembros del jurado popular. 

Como abogada, nos asegura Anna, "el jurado popular es la forma de justicia mejor creada por los juristas. Estoy convencida de que quienes forman parte de uno, se involucran y atienden con seriedad a las pruebas", pero esta letrada no puede evitar mostrar ciertos temores en este caso en concreto. 

Los acusados han podido elegir y han rechazado ser juzgados por los tres jueces habituales: "Todo aquel que entiende más o menos de nuestra jurisprudencia, sabe que dirigirse al tribunal habitual significa, en un 99%, que el veredicto será de culpabilidad y que, por tanto, si hay jurado popular, se puede luchar".

Tres acusados

Habrá tres acusados -todos se declaran inocentes- en el banquillo: Yabrail e Ibrahim Mahmúdov -por encubrimiento y participación-, hermanos del supuesto autor material, Ruslam  Mahmúdov, que está en busca y captura internacional.

El tercer hombre entre los acusados: Sergei Jadzhikurbanov, ex oficial de la brigada contra el crimen organizado de la policía de Moscú, quien presuntamente les habría pagado por obtener información y cometer el crimen.

Y, en esto, una de las grandes contrariedades de este proceso, difícil de explicar incluso para los abogados que intervienen. En principio, había un cuarto acusado, Pavel Ryagúzov, teniente coronel al servicio del FSB, los servicios secretos rusos. Llegó a aparecer en el sumario como el hombre que ofreció información sobre el domicilio de Politkóvskaya, donde la asesinaron. Pero, finalmente, fue sacado de la lista de acusados.

Dos casos en el mismo juicio

Sin embargo, sí estará junto a ellos, aunque sólo por participar, junto con el ex policía Jadzhikurbanov en el secuestro de un empresario. Es decir, que se juzgarán dos casos diferentes al mismo tiempo. Además, el juicio se celebra en el Tribunal Militar de Moscú, precisamente, porque Ryagúzov es ex militar. "Nosotros, la parte que representa a la víctima", nos dice Anna Stavistskaya, "tenemos muchas preguntas".

El sumario establece que Pavel Ryagúzov  no tiene nada que ver con el asesinato de Anna. El jurado va a ver que una de las personas que están en el banquillo no tiene oficialmente nada que ver con el asesinato de Politkóvskaya, sino con otro caso, aparte de que no están ni los autores intelectuales ni quien apretó el gatillo.

Stavitskaya alude a las grandes lagunas que aparecen en el sumario, precisamente, relacionadas con la autoría intelectual del homicidio. Pero nada al margen de la legalidad. "Sin embargo, reconocemos que desde el punto de vista del sentido común, todo sueña muy extraño", concluye la abogada.

Apelación a Estrasburgo

La letrada reconoce que un veredicto de culpabilidad para los tres encausados daría casi por zanjado el caso. Es por lo que ya han apelado al Tribunal Europeo de Derechos Humanos, para que el proceso no finalice a medias: "Desde el principio, hemos tenido bastante claro que la muerte de Anna Politkóvskaya está relacionada con su actividad profesional, porque criticó mucho al poder y no se puede excluir el motivo político".

Todos, en este proceso, saben que hay mucho en juego. Por esa razón, cualquier circunstancia es digna de ser considerada. 

Días antes de la primera vista preliminar, el pasado septiembre, una de las abogadas de la familia Politkóvskaya, Karina Moskalenko, que reside en Estrasburgo porque allí lleva otros casos por torturas en Chechenia, en defensa del ex magnate ruso encarcelado en Siberia Mijail Jodorkovski, etc- ingresó en un hospital de la ciudad francesa, junto a su familia, por supuesto envenenamiento por mercurio.

La policía francesa, en principio, descartó esa posibilidad, pero, en cualquier caso, surge una pregunta: ¿Hay razones para estar algo asustados? Anna Stavitskaya lo tiene claro: "Pasará lo que tenga que pasar. Es inútil malgastar la vida temiendo que te va a pasar algo".