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Arshavin, el invitado sorpresa que se convirtió en protagonista de la fiesta

  • Ha recibido el premio a mejor jugador en los dos últimos partidos de la Eurocopa
  • Le comparan con Beckham por su gusto por la moda y es amigo de Vladimir Putin
  • El Barcelona le sigue de cerca y podría ficharle para la próxima temporada

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El gran partido de Arshavin en los cuartos de final contra Holanda le ha convertido en una emergente estrella del fútbol.
El gran partido de Arshavin en los cuartos de final contra Holanda le ha convertido en una emergente estrella del fútbol.

Las orillas de las principales calles de Viena están decoradas con grandes carteles publicitarios con las estrellas de la Eurocopa.  Los coches circulan ante el gesto serio y la mirada supervisora de Cristiano Ronaldo, de Ballack o de Villa, todos ellos, líderes de sus selecciones y nombres propios del fútbol mundial.

Junto con sus fotos, también luce la de un chico ruso de ojos azules y cara de niño bueno, que hasta hace un par de semanas era un desconocido, pero que ahora es capaz de eclipsar a todos los demás. Es Andrei Arshavin, el jugador que luce el 10 de Rusia y que desquició a la defensa de Holanda que, hasta que se cruzaron en su camino, eran los favoritos para ganar la Eurocopa.

Dicen que a las fiestas la gente importante siempre llega tarde. Él se perdió el primer partido y llegó sin hacer mucho ruido, pero un par de semanas más tarde, con el campeonato en su recta final, es el invitado sorpresa al que todo el mundo quiere conocer. Le persiguen las cámaras, llena páginas de periódicos y revistas especializadas y le llueven los piropos.

"Todavía no sé pronunciar bien su nombre, pero es increíble lo que ha hecho". Así resumía Zinedine Zidane lo que había visto hacer a Arshavin en su partido contra Holanda. Sus cambios de ritmo y su velocidad con el balón en los pies desequilibraron el partido. Jugó como si de un enganche argentino se tratara, filtrando todas las jugadas de ataque de su equipo. Al final, Rusia dio la sorpresa y se coló entre los cuatro mejores del continente. A él le dieron el premio a mejor jugador del partido, pero como ya hizo contra Suecia en el que también se lo otorgaron, Arshavin no bajó a recogerlo.

Estrella fuera del campo

Los focos le persiguen desde entonces, pero él, que no se lleva bien con la prensa, los regatea como si defensas rivales. Sólo habla para dejar caer que le encantaría jugar en el Barcelona, que le viene siguiendo y podría cerrar su fichaje este verano.

Sería el salto que necesita después de conquistar la liga rusa. En 2006 y 2007 fue elegido mejor jugador de la liga de su país y esta última temporada también fue designado mejor futbolista de la UEFA.

A sus 27 años, Arshavin es toda una celebridad en su país y algunos periódicos deportivos amigos de las comparaciones 'express' le han bautizado como el "Beckham ruso" por su tirón mediático y su gusto por la moda. Se graduó hace dos años en diseño de moda y abrió su propia marca de ropa.  Su tirón es tal que incluso lo ha aprovechado el propio Vladimir Putin,  también nacido en San Petesburgo e hincha del Zenit, que ha contado en varias ocasiones con su apoyo en público.

El borrón de su currículum

Arshavin no es un jugador especialmente problemático, pero tiene dos borrones que empañan su currículum deportivo. Dos manchas por las que ha perdido la capitanía de la selección y la del Zenit de San Petesburgo. Perdió el brazalete de su equipo por una juerga nocturna antes de un partido y el de la selección por una fea patada a destiempo contra Andorra en la fase de clasificación, el partido por cuya sanción retrasó su aparición en esta Eurocopa.

Ha jugado 37 veces con Rusia, en las que ha marcado 13 goles. Pequeño pero cuadrado de espaldas, lleva sobre sus hombros el protagonismo de la previa a la semifinal. Se perdió el partido contra España de hace poco más de 15 días y ahora es el llamado a cambiar el signo con el que terminó esa tarde. 

Es el "coco" ruso, y este jueves tiene su gran oportunidad para rematar el sueño que vive. El del niño que creció en un humilde barrio de San Petesburgo, sin padre y con muchos problemas económicos, que ahora, 20 años más tarde, puede conseguir que su cartel le haga sombra al del propio Cristiano Ronaldo. Puede destaparse una estrella o quedarse en un destello. En breve saldremos de dudas. Mientras, sigue siendo el invitado más solicitado de la fiesta más exclusiva del fútbol europeo.

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