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Champions 2017 | Atlético

El Atlético se encomienda a un milagro

  • Los de Simeone son terceros de grupo a cuatro del Chelsea y cinco de la Roma
  • Necesitan ganar sus dos partidos y que uno de su rivales pinche ante el Qarabag
  • Los colchoneros jugarán en el Wanda ante la Roma y en Londres ante el Chelsea
  • Crónica del Atlético 1-1 Qarabag, por Rubén Heras

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El Atlético se encomienda a un milagro
El defensa brasileño del Atlético de Madrid Filipe Luis se lamenta durante el partido ante el Qarabag.

El Atlético de Madrid tiene prácticamente imposible su clasificación para los octavos de final de la Champions League tras empatar en su estadio ante el Qarabag azerbayano y tirar por la borda la oportunidad de depender de si mismo para conseguir estar entre los dieciseis mejores del continente europeo. De nuevo, y tal como le ocurre en Liga, el Atlético adoleció de falta de puntería y con un juego pobre no consiguió doblegar a un equipo teóricamente inferior pero que en la práctica con consiguió derrotar.

Las posibilidades de los rojiblancos, terceros del grupo C, pasan por ganar los dos partidos que le restan y que Roma o Chelsea empaten o pierdan ante el Qarabag. De ahí lo complicado para el conjunto rojiblanco. Se antoja difícil que el Chelsea en su visita al Qarabag o la Roma en su encuentro en el Olímpico ante los euroasiáticos no ganen. Los rojiblancos deben recibir en su estadio a la Roma y después viajar a Stamford Bridge para enfrentarse al Chelsea.

El capitán Gabi dijo que "a día de hoy la Europa League es una mierda, pero me ha dado mucho. Si nos toca jugarla, iremos a ganarla, como siempre". Esta circunstancia hubiera sido impensable al comienzo de la temporada.

Más allá de los resultados hay ciertas claves que ayudan a entender la crisis atlética.

Falta de gol

Una victoria en sus últimos ocho partidos oficiales han mermado de confianza al Atlético. Se nota en sus encuentros más recientes, sin seguridad ni determinación. Frente al Qarabag, el equipo realizó 35 remates y consiguió solo un gol. Al Atlético le cuesta mucho marcar, hace demasiado tiempo que el equipo rojiblanco no mete miedo a las defensas rivales, que viven relativamente cómodas.

El 'Cholo' no ha dado con la tecla para elegir al compañero que esté al lado de Griezmann y ni Gameiro, ni Torres, ni Vietto es el delantero que el club y los aficionados reclaman. Solo Correa con cuatro tantos esta temporada parece funcionar algo más pero sus números tampoco ayudan al equipo.

Fragilidad defensiva

El Atlético estaba acostumbrado a rentabilizar como ninguno sus goles y un solo tanto suyo en cualquier partido significaba practicamente la victoria. Este año, a pesar de adelantarse ante Chelsea, Barcelona y Villarreal no consiguió la victoria y su meta Oblak ha sido casi siempre el mejor de su equipo. Centrales como Godín, hace un par de temporadas, jugador clave y un baluarte defensivo, está lejos de su mejor nivel y este año no ha convertido su área en territorio inexpugnable para los delanteros.

El Atlético ha encajado un gol en los dos partidos ante el Qarabag y dos ante el Chelsea en su estadio mientras dejó la portería a cero ante la Roma en el mejor partido de los colchoneros este año. En Liga ha recibido seis tantos, que a pesar de no ser muchos, unidos a su falta de gol colocan al equipo en una situación complicada.

El Qarabag volvió a castigar los problemas del Atlético de Madrid en la defensa del balón durante la presente temporada. Como ya sucediera el pasado sábado ante el Villarreal y como viene siendo una tónica habitual durante toda la temporada, el Qarabag se adelantó en un saque de esquina que cabeceó el español Míchel Madera a la red.

Sin rastro de Griezmann

Cuando un equipo no funciona siempre están sus estrellas, y la del Atlético hace tiempo que se ha difuminado. El francés solo lleva tres goles esta temporada-dos en Liga y uno en Champions- y no está apareciendo cuando el equipo más le necesita. El 'principito' fue el protagonista de los rumores veraniegos por su posible marcha del equipo, que de no haber sido por la sación FIFA que impidió fichar al club, probablemente hubiera fichado por otro equipo.

No solo por la falta de gol, sino también a la hora de construir, el galo no está teniendo el arranque de temporada soñado y su equipo lo acusa de forma notable.

Sanción del TAS

La sanción que impidió al Atlético reforzarse en verano ha hecho mucho daño al equipo rojiblanco. La plantilla tenía agujeros que necesitaba tapar, porque ya el año pasado llegó con la lengua fuera a final de temporada. El club necesitaba reforzar algunas posiciones y ha tenido que resolverlo con lo que tenía sin mucho éxito hasta el momento.

El agotamiento de algunos jugadores, tras varios años de rendir al máximo nivel ha puesto en evidencia la urgencia de la renovación que no ha podido producirse. La llegada de Vitolo y Costa a partir de Enero puede servir de revulsivo para el equipo pero puede llegar demasiado tarde si los rojiblancos no enderezan el rumbo de su juego.

Poca creación en el centro del campo

Simeone nunca se ha puesto como objetivo el control de los paritdos a través de la posesión ya que la intensidad de su fútbol y su solidez defensiva, unido a la efectividad hicieron de su equipo un rival difícil de batir. Que no disputes la posesión al Real Madrid, al Barça o al Bayern es algo que entra dentro de los parámetros normales, pero ante un rival como el Qarabag el Atlético tenía demasiados argumentos para conseguir el control del juego a través del centro del campo.

Las ausencias de Koke y Carrasco han lastrado a su zona de creación dejando la iniciativa del juego a sus rivales, que como en el partido de Vigo fue abrumadoramente superior, y cortocircuitando la fluidez entre su centro del campo y los delanteros. Sin centro del campo no se genera fútbol se dan argumentos a los rivales para generarte peligro.

Cambio de estadio

Simeone dijo tras el estreno con victoria en su nuevo estadio que “los partidos van a ser tremendos. Parece el circo romano cuando la gente se engacha. Me emociona”. Pero transcurridos varios encuentros futbolistas como Filipe Luis han reconocido que todavía se encuentran en el Metropolitano como si jugaran en un campo neutral.

El Calderón intimidaba y el Atlético vivía como pez en el agua. Daba la impresión de ser casi inexpugnable. Los rivales juegan, de momento, más cómodos en el Metropolitano, un estadio impresionante pero todavía sin alma, más frío.