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John Terry se declara no culpable ante las acusaciones de racismo

  • Como máximo se enfrenta a una multa de 2.500 libras (3.075 euros)
  • Ashley Cole y John Obi Mikel no serán finalmente citados como testigos

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John Terry, capitán del Chelsea y jugador de la selección inglesa llegando al Tribunal de Westminster (Londres).
John Terry, capitán del Chelsea y jugador de la selección inglesa llegando al Tribunal de Westminster (Londres).

El capitán del Chelsea, John Terry, se ha declarado no culpable de las acusaciones de comportamiento racista que pesan sobre él en la primera jornada del juicio por haber insultado supuestamente a su compatriota Anton Ferdinand, jugador del QPR.

El internacional inglés ha comparecido ante un tribunal de Westminster (Londres) en un proceso que durará cinco días y en el que se enfrenta, como máximo, a una multa de 2.500 libras (3.075 euros).

El defensa de 31 años llamó a Ferdinand, hermano del jugador del Manchester United Rio Ferdinand, "puto negro de mierda" durante un encuentro de la liga inglesa el pasado 31 de octubre. Dos compañeros de equipo de Terry, el inglés Ashley Cole y el nigeriano John Obi Mikel, que estaban a pocos metros del defensa cuando supuestamente se produjo el insulto, no serán finalmente citados como testigos por ninguna de las partes.

En diciembre, la fiscalía británica presentó una acusación contra el inglés por un "delito de alteración del orden público con agravante racial", y basó sus argumento en un vídeo en el que aparece Terry dirigiéndose a su compatriota en términos supuestamente racistas.

El juicio se aplazó hasta después de la Eurocopa

Una vez comenzado el proceso, el juez aceptó una petición de la directiva del Chelsea para que aplazara el juicio hasta la conclusión de la Eurocopade Polonia y Ucrania. El hecho de que el defensa no pudiera ser declarado culpable antes del torneo facilitó que fuera incluido en la lista de 23 jugadores que representaron a Inglaterra en el europeo.

Aún así, la Federación inglesa de fútbol (FA), decidió retirarle el brazalete de capitán de la selección que había lucido hasta entonces a raíz de las acusaciones de racismo, una medida que precipitó la marcha del hasta entonces técnico del combinado inglés, el italiano Fabio Capello.

El exseleccionador consideró que el máximo organismo del fútbol inglés había tomado la decisión de destituir a Terry en contra de su criterio, y presentó su dimisión el 8 de febrero.