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Jaber Albakr, el refugiado sirio detenido en la madrugada del lunes en Alemania ante la sospecha de que planeba un atentado inminente, se ha suicidado en la prisión de Leipzig en la que estaba recluido, según ha informado el Gobierno de estado federado de Sajonia. El ministro de Justicia del estado, Sebastian Gemkow, ha explicado en rueda de prensa que Albakr, de 22 años, se colgó de los barrotes de su celda con una camisa. "No debió haber pasado, pero lamentablemente ocurrió", ha dicho Gemkow, quien ha asegurado que los psicólogos no detectaron un "fuerte riesgo de suicidio".

El diario Der Spiegel, en cambio, asegura que el detenido se encontraba baja vigilancia y había comenzado una huelga de hambre. La noticia del suicidio ha sido recibida con desconcierto: "¿Qué ha vuelto a pasar en Sajonia? Tremendo", ha señalado en su cuenta de Twitter el diputado socialdemócrata Johannes Kahrs.

Cuatro hombres de nacionalidad marroquí han sido detenidos, dos de ellos en Ceuta y Altea (Alicante) y otros dos en las ciudades marroquíes de Tetuán y Castillejos, en una operación conjunta de las policías de España y Marruecos contra el terrorismo yihadista. Los detenidos integraban dos células yihadistas que actuaban de forma coordinada y en colaboración directa con la organización terrorista Estado Islámico (EI).

El padre de Ahmad Khan Rahami, sospechoso de participar en los recientes ataques con bomba en Nueva York, con un saldo de 29 heridos, y Nueva Jersey, advirtió ya en 2014 a las autoridades estadounidenses que su hijo era terrorista, un extremo que ha confirmado el FBI. Además, la Fiscalía ha acusado a Ahmad de uso de armas de destrucción masiva, entre otros cargos, y la Casa Blanca ya habla de "acto terrorista".

Agentes federales tomaron nota de la declaración del padre, Mohammed Rahami, y la denuncia se trasladó al Grupo de Intervención contra el Terrorismo que dirige la oficina del FBI de la ciudad de Newark. Los agentes abrieron entonces lo que se conoce como una "evaluación", el primer paso para una investigación del FBI, y se entrevistó al padre de nuevo, aunque en esta ocasión se desdijo y alegó que hizo el comentario porque "estaba enfadado" con su hijo.

Por otro lado, se ha sabido que la esposa de Rahami se marchó de Estados Unidos días antes de los ataques, mientras que su madre viajó a Turquía hace tres semanas y aún no ha regresado al país. El canal de televisión Fox News ha asegurado que la esposa del sospechoso se encuentra retenida en Emiratos Árabes Unidos y que los servicios de inteligencia quieren hablar con ella para determinar hasta qué punto conocía los planes de Rahami.