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Hoy se cumple el décimo aniversario del comienzo de una serie de protestas que devinieron en peor conflicto internacional del siglo XXI: diez años desde que esos primeros manifestantes fueron violentamente reprimidos por el régimen de Bachar al Assad, en lo que fue el inicio de la guerra de Siria. Francico Otero, coordinador general de Médicos sin Fronteras en este país, ha hablado en Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso sobre la "dramática" situación que vive la población siria, con millones de desplazados viviendo en campos "en condiciones extremas", y castigados, todavía más, por la pandemia. Otero también ha llamado la atención sobre la inacción de la comunidad internacional para que pueda ponerse fin a un conflico que está afectando también psicológicamente a la población civil, que después de diez años huyendo de los combates y que "hoy día no tienen una perspectiva de futuro". El cooperante ha asegurado que, pese a la complicada situación, y al "riesgo" que asumen desde su organización, no se han planteado abandonar el país.

Los diez años de guerra en Siria han dejado un país destrozado, que se ha convertido en el escenario donde las grandes potencias miden sus fuerzas: Irán y Rusia apoyan a Al Asad, mientras Estados Unidos, Israel, Arabia Saudí y Turquía están en contra. La consecuencia más dramática son las víctimas civiles. La guerra deja alrededor de medio millón de muertos y ha provocado el mayor éxodo desde la Segunda Guerra Munidal, con más de once millones de desplazados, dentro o fuera de sus fronteras.

Foto: Imagen de archivo (14/12/2016) que muestra a varias personas mientras inspeccionan una calle cubierta de escombros en un barrio del este de Alepo (EFE/STR)

Siria lleva diez años inmersa en una guerra que parece no tener fin. Lo que empezó siendo una guerra civil contra Bachar al Asad ha desembocado en un enfrentamiento entre diversas potencias, que miden sus fuerzas en el escenario sirio. Irán y Rusia están con Al Asad, mientras que Estados Unidos, Israel, Arabia Saudí y Turquía están en su contra. Pero la consecuencia más dramática son las víctimas civiles. La guerra deja medio millón de muertos y ha provocado el mayor éxodo desde la Segunda Guerra Mundial: 5,6 millones de sirios han tenido que huir de país y 6,7 millones son deplazados forzosos en el interior del país.

Foto: Imagen de archivo (21/02/2016) de varios curiosos congregados en el lugar tras un atentado doble perpetrado en la ciudad siria de Homs (EFE/STR)

El Pentágono ha lanzado el primer ataque militar de la Administración de Joe Biden en Siria. Estados Unidos ha bombardeado instalaciones de milicias respaldadas por Irán, que días antes habrían atacado en Irak objetivos de la coalición. El Pentágono lanza dos mensajes: una advertencia a Irán de que Estados Unidos protegerá a los suyos en la zona y un mensaje de contención. Una respuesta muy diferente a la de Donald Trump, que hace un año ordenó matar al general más poderoso de Irán. 

FOTO: SAUL LOEB / AFP

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ha confirmado el ataque llevado a cabo por el Ejército estadounidense en el este de Siria. Fue él quien aconsejó al presidente del país, Joe Biden, que se realizara esta incursión contra campamentos de milicias proiraníes en la frontera de Siria con Irak. La operación se hizo en respuesta a recientes ataques de milicianos contra personal estadounidense y de la alianza internacional que opera en Irak. Se trata de la primera vez que la Administración Biden ordena un ataque calificado como ofensivo en Oriente Medio.

FOTO:  REUTERS/Jonathan Ernst

Cuando estamos a punto de cumplir una década de guerra en Libia, miramos hoy a Idlib, el último bastión de los rebeldes en el noroeste de Siria. Centenares de miles de ciudadanos que huyeron de los combates malviven en la región, muchos de ellos mujeres y niños, hacinados en campos de refugiados en condiciones muy precarias. En los últimos días, las inundaciones han empeorado la situación, como nos cuenta en este reportaje nuestra corresponsal en Oriente Próximo, Cristina Sánchez.

Hace 10 años que empezó a florecer una revolución. El mundo árabe despertó, y el detonante fue una tragedia. Mohamed Bouazizi, un vendedor ambulante, se prendió fuego delante de una oficina gubernamental en Túnez como protesta porque la policía le confiscó sus productos.

Desde entonces la movilización social se multiplicó y cruzó fronteras. Fue el nacimiento de la Primavera Árabe, aunque su efecto no fue el mismo en todos los países. En marzo Siria cumplirá 10 años del conflicto más cruento del siglo XXI. En Yemen ya son seis.

En Egipto el régimen de Al Sisi se ha demostrado tan brutal como el de Mubarak. Libia es un caos de milicias enfrentadas que han fragmentado al país y tan solo Túnez ha alcanzado cierta estabilidad aunque la situación política y económica siguen deteriorándose allí donde nació la revolución. Hay quien dice que de la primavera se pasó al invierno árabe.

  • En el campo de Roj se encuentran confinadas Luna Fernández y Yolanda Martínez con trece menores a su cargo
  • Son conversas al islam y esperan en un limbo jurídico una decisión sobre su posible repatriación

En Siria, miles de yihadistas del Daesh y sus familiares esperan en un limbo jurídico una decisión sobre su futuro. Muchos son europeos pero sus países se resisten a su repatriación. Un equipo de Televisión ha entrado en una de las cárceles donde se hacinan desde la caída del autoprocalmado califato.