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Hace cuarenta años que el VIH y el sida se encuentran entre nosotros. Una pandemia que aún no ha finalizado y que ha dejado 26 millones de muertes en todo el planeta. Cada año se diagnostican cerca de 3.500 casos en España y alrededor de un millón y medio en el mundo. Sin embargo, las perspectivas para los que la padecen son muy distintas en la actualidad. Aún no se ha encontado una vacuna, pero existen tratamientos que lo convierten en indetectable e intransmisible, además de los antirretrovirales que permiten su pevención. En el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, en las Mañanas de RNE entrevistamos a François Vanni, directora de Relaciones Externas del Fondo Mundial para la lucha contra el sida, la tuberculosis y la malaria. Según Vanni, la pandemia del covid ha sido devastadora para el VIH, pues ha comportado un importante descenso en las pruebas diagnósticas y en los programas de prevención, lo que provocará un aumento de casos en el futuro.

Han pasado 40 años desde que se detectó el primer caso de SIDA y aún no se ha hallado una vacuna. 250 españoles están participando en un ensayo clínico a nivel internacional con el fin de encontrar una cura. Sudáfrica es uno de los países más afectados por este virus y la situación provocada por la COVID-19 solo ha logrado empeorar su situación y que haya más personas que requieren atención.

Con la muerte del cantante Freddie Mercury por SIDA nació una nueva forma de afrontar la enfermedad, especialmente entre el colectivo homosexual. En aquellos años ser positivo en VIH era quedar señalado. Un temor inicial ante el diagnóstico es inevitable, pero hoy vivir con el VIH es posible gracias a los avances científicos. Un virus que sigue siendo mortal: casi 38 millones de personas han perdido la vida a causa del SIDA.

Hoy se cumplen 40 años desde que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU describieran cinco casos de neumonía en hombres jóvenes homosexuales de Los Ángeles. Esos cinco hombres murieron por lo que más tarde se identificaría como SIDA. Desde aquel 5 de junio, han fallecido por esta enfermedad infecciosa cerca de 35 millones de personas en todo el mundo. Y, casi tanto como los muertos, pesa el estigma que ha dejado la enfermedad. Lo cuenta Juan Carlos Soriano.

La COVID-19 ha concentrado los esfuerzos sanitarios y económicos del mundo y eso ha hecho que se hayan interrumpido programas de lucha contra el hambre, o de prevención de enfermedades como el sida, la malaria o la tuberculosis en los países más pobres. Allí, muchos enfermos han dejado de recibir las pastillas de su tratamiento financiadas por los gobiernos y ONG lo que comporta un gran riesgo porque su enfermedad puede agravarse y porque si contrae COVID tiene el doble de posibilidades de que sea muy grave. La pandemia ha hecho retroceder una década la lucha contra el sida en África, advierte ONUSIDA. Otro tanto ocurre con la tuberculosis o la malaria. Como consecuencia, aumentarán un 35 % las muertes por malaria, un 20 % por tuberculosis y un 5 % por sida, durante los próximos cinco años. Y a los 700 millones de personas que sufren hambre en el mundo podrían sumarse hasta 132 millones más por el descenso de las donaciones, advierte un ex director de la FAO. Los expertos apuntan que el coronavirus ha disparado la desigualdad sanitaria en el mundo y todos acabaremos pagando las consecuencias. Según Oxfam, con el dinero que han ganado las 10 personas más ricas del mundo en lo que va de pandemia se podría erradicar la pobreza y pagar la vacuna para todos. [Última hora coronavirus]

Fotos: EFE/EPA/KIM LUDBROOK/Archivo

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VIH y SIDA

La Coordinadora Estatal de VIH SIDA (CESIDA), nos alerta del impacto de la crisis sanitaria de la "COVID-19" en la respuesta al VIH y el SIDA. La situación que estamos viviendo, dificulta el acceso a la atención primaria y ha supuesto una paralización de la puesta en marcha de herramientas preventivas, para luchar contra el VIH y el SIDA. Recordamos que, desde el inicio de la enfermedad, allá por el año 1981 son más de 35 millones de vidas las que se han perdido y algunos expertos señalan que esa cifra se ha quedado corta hace tiempo. Aunque se ha avanzado mucho con la administración de medicamentos antirretrovirales, sigue siendo necesario hacer esfuerzos tanto en la investigación como en la prevención. Hablamos con dos representantes de "CESIDA" de todas estas cuestiones.