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Japón ha empezado este jueves a verter al Pacífico más de un millón de toneladas de agua contaminada procedente de la planta nuclear de Fukushima.

El Gobierno japonés decidió en 2021 que recurriría a este tipo de descarga controlada al mar como vía para deshacerse del agua contaminada que se acumulaba en las instalaciones nucleares. El espacio en los tanques de almacenamiento se estaba agotando ya y el vertido es un paso que el Ejecutivo considera fundamental para el desmantelamiento de Fukushima. El agua ha sido tratada para retirarle la mayor parte de los residuos radioactivos recurriendo a un proceso de depurado. El proceso, que se prolongará durante unos 30 años, está generando una oleada de protestas dentro y fuera del país.

La industria pesquera nipona ha rechazado el plan, asegurando que la medida impedirá que los pescadores de Fukushima puedan librarse del estigma radiactivo que pesa sobre sus capturas desde 2011. También se han posicionado contra el vertido algunos sectores de la sociedad nipona, voces de la comunidad científica internacional y organizaciones ecologistas como Greenpeace. Estos sectores y varios países vecinos, como China, consideran insuficientes las garantías de seguridad presentadas. De hecho, ha suspendido la importación de productos acuáticos de origen japonés.

Expira el acuerdo de pesca firmado entre la Unión Europea y Marruecos hace cuatro años. Desde esta medianoche, 47 embarcaciones andaluzas ya no podrán faenar en esos caladeros. No se espera alcanzar un nuevo pacto hasta que la justicia europea emita una sentencia definitiva sobre la legalidad de los acuerdos, que fueron declarados nulos en 2021 al considerar que la Comisión debería haber recabado el consentimiento del Frente Polisario como autoridad legítima.

España recurrió esa decisión y ahora todo depende, como decimos, de la sentencia definitiva del Tribunal General de la Unión Europea. Hoy, en la lonja de Barbate, pescadores gaditanos se han concentrado para denunciar su situación por la falta de trabajo, pero también por las algas invasoras que les impiden faenar.

A partir de esta medianoche, ningún pesquero europeo podrá faenar al sur del Estrecho. Termina el acuerdo entre Bruselas y Rabat que ha permitido desde 2019 a un centenar de buques españoles pescar en aguas de Marruecos y del Sáhara Occidental. Motivo que lleva al sector pesquero a preocuparse.

Expira el acuerdo de pesca firmado entre la Unión Europea y Marruecos hace cuatro años. Desde esta medianoche, 47 embarcaciones andaluzas ya no podrán faenar en esos caladeros. No se espera alcanzar un nuevo pacto hasta que la justicia europea emita una sentencia definitiva sobre la legalidad de los acuerdos, que fueron declarados nulos en 2021 al considerar que la Comisión debería haber recabado el consentimiento del Frente Polisario como autoridad legítima.

España recurrió esa decisión y ahora todo depende, como decimos, de la sentencia definitiva del Tribunal General de la Unión Europea. Hoy, en la lonja de Barbate, pescadores gaditanos se han concentrado para denunciar su situación por la falta de trabajo, pero también por las algas invasoras que les impiden faenar.

La falta de renovación del acuerdo pesquero entre la Unión Europea y Marruecos ha obligado a decenas de barcos españoles a modificar su actividad de los últimos meses. Gracias a ese pacto más de un centenar de buques comunitarios han podido faenar en aguas marroquíes y ahora, con las negociones entre Bruselas y Rabat pendientes de una sentencia europea, muchos pesqueros de nuestro país se quedan en una situación incierta. Tomás Pacheco, presidente de la Asociación Barbateña de Empresarios Pesqueros, ha confesado en Las Mañanas de RNE que están “a la espera de que nos den instrucciones.” Asegura que el “pescado que se que se captura en Marruecos es de mucha calidad” y piden “estar más arropados por parte de la administración española.”

El acuerdo de pesca actualmente vigente entre la Unión Europea y Marruecos expira este lunes 17 de julio. De este modo, los barcos europeos que llevan faenando en aguas de Marruecos y del Sáhara Occidental volverán a sus países de forma indefinida. El 70% de toda esa flota es española y deberá regresar al país en un contexto en el que España está en plena Presidencia del Consejo de la Unión Europea y, además, a pocos días de celebrar las elecciones generales del 23 de julio.

Foto: GETTY

Hoy en Por tres razones conocemosla Almadraba de Barbate, en Cádiz. Conocemos las figuras clave de La Almadraba, con Miguel Muñoz, primer capitán de la almadraba de Barbate, que es quien decide cuándo salir al mar y hacer la 'levantá', junto al tercer capitán, Raúl Delgado. El buzo es una de las figuras más importantes porque es los ojos del capitán en el agua, y es quien se engarga de darles el disparo a los atunes para que sufran menos en el proceso. Nos lo cuenta Juan Diego Benítez, jefe de los buzos.

El “ronqueo” del atún, llamado así por el sonido que hace el cuchillo al atravesar la espina dorsal del atún, lo conoceremos en Conil de la Frontera, tras él, el despiece del pescado, que nos enseñará con maestría Alberto Sánchez, director de Marketing de Petaca Chico. Conocemos la cantidad de partes del atún que hay y para que se usa cada una. Le acompañan Juan Saucedo, maestro ronqueador y Mario García, ganchero.

Como no puede faltar el ensayo, probamos el atún con Jesús Sánchez, jefe de cocina del restaurante Cooking Almadraba, donde vemos cómo es un producto muy versátil con los tres platos que prepara el chef: un croissant, un guiso y presentado en crudo.