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La Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha acusado a Israel de impedir este martes la entrada de las primeras vacunas contra la COVID-19 a la Franja de Gaza, una primera remesa de 2.000 dosis de las 10.000 de la vacuna Sputnik V recibidas de Rusia.

Las autoridades israelíes reconocen que no han dado aún el permiso. La decisión depende del Consejo Nacional de Seguridad israelí, un organismo del gobierno presidido por Benjamín Netanyahu.

Israel controla todas las entradas y salidas desde Cisjordania a Gaza, así como la mayor parte de su costa, aparte de la estrecha frontera que comunica la franja con Egipto por el sur. Ambos países, Israel y Egipto, mantienen un bloqueo de Gaza desde que Hamás ganó las elecciones allí en 2007.

Hasta el momento Gaza, con dos millones de habitantes, ha detectado casi 55.000 casos de coronavirus, de los que unos 2.300 continúan activos, con 538 fallecidos. En Cisjordania (3 millones de habitantes) se han registrado 168.000 casos y 1.936 fallecidos.

Diversas organizaciones internacionales, como la ONU, y ONG locales han exigido a Israel responsabilidad como "potencia ocupante" en la vacunación de la población palestina.

Foto: Una mujer con mascarilla pasa ante una pintada en Gaza. REUTERS/Mohammed Salem

El Tribunal Penal Internacional también podría juzgar a políticos y militares israelíes por sus acciones en los territorios palestinos. La Corte se declaró hace unos días competente para investigar crímenes de guerra en Palestina. El primer ministro Netanyahu califica de antisemita al tribunal, al que no reconoce. La Corte de La Haya extiende así su jurisdicción a los territorios ocupados por Israel desde 1967, es decir, Cisjordania, Gaza y Jerusalén Este. El Tribunal también podrá investigar lo que sucede en las colonias judías en Cisjordania, como ésta de Har Homa. Más de medio siglo de asentamientos, considerados ilegales por la mayor parte de la comunidad internacional. Pero, la Corte también abre la puerta a investigar atrocidades cometidas por los palestinos.

Foto: REUTERS/Suhaib Salem/File Photo

Israel, líder mundial en vacunación, ha enviado a los palestinos 2.000 dosis de la vacuna de Moderna después de inmunizar a casi dos millones de sus ciudadanos. La ministra de Sanidad palestina ha sido de las primeras en vacunarse, junto a ella, algunos sanitarios que trabajan en primera línea contra el coronavirus, el plan según ha detallado el director de Salud de Ramala continuará con la inmunización de los mayores y a los enfermos graves. El problema es que por ahora sólo tienen 2.000 dosis e Israel tiene previsto suministrarles 3.000 más en los próximos días. A mediados de febrero mes comenzará la vacunación del resto de la población tanto en Cisjordania como en la Franja de Gaza. Esa es al menos la intención de la Autoridad Palestina que depende en gran medida de la ayuda internacional para inocular a su población. Desde Naciones Unidas piden a Israel que cumpla sus obligaciones como potencia ocupante y suministre vacunas a los cinco millones de palestinos. El gobierno israelí rechaza tal obligación y prioriza la inoculación de su población. A Israel no le faltan vacunas y casi dos millones de israelíes ya han recibido las dos dosis, pero sabe que su plan para derrotar al virus podría fracasar si no consigue la ansiada inmunidad de rebaño y sin vacunar a los más de 140.000 palestinos que a diario cruzan Cisjordania para trabajar en Israel. [Última hora coronavirus]

Foto: EFE/EPA/ALAA BADARNEH

En nuestro espacio Miradas al mundo, nos detenemos en Gaza, por la segunda entrega de la serie de reportajes de nuestra corresponsal en Oriente próximo Cristina Sánchez sobre la vida diaria las mujeres palestinas en la franja. Hoy ponemos el foco sobre la infancia, sobre las dificultades que tienen que sortear las niñas para crecer; la guerra, el bloqueo y las discriminaciones por ser mujer.

Viajamos hoy a Gaza, para conocer la situación de las mujeres en un territorio que suele ser descrito como la "mayor cárcel a cielo abierto del mundo." Las palestinas que viven en la franja se enfrentan a númerosos retos -económicos, sociales, de educación, de igualdad- además de la pandemia que ha golpeado con fuerza la zona. En las próximas semanas, nuestra corresponsal en Oriente Próximo, Cristina Sánchez, nos acerca su realidad en una serie de reportajes, que también estarán disponibles en nuestra web.

Nadie recuerda en Belén una Navidad como ésta. Ni rastro de los miles de turistas de otros años en la plaza del Pesebre. Sin los turistas no hay dinero en una ciudad en la que el 85% de la actividad económica gira en torno al turismo. Cada año tres millones y medio de turistas visitaban Belén pero sin turistas, la principal fuente de ingresos de la ciudad, la mayoría de comercios y hoteles están cerrados desde hace meses. Hasta 30 establecimientos han tenido que echar el cierre. El presidente de los hoteleros espera que la pandemia termine pronto y los turistas vuelvan a llenar las calles de Belén. [Última hora del coronavirus] Foto: HAZEM BADER/AFP

En la ciudad palestina de Belén las Navidades también son atípicas este año. Si lo habitual en estas fechas era ver las calles llenas de visitantes extranjeros, ahora están vacías por la pandemia. Se mantienen las celebraciones religiosas, aunque con medidas de seguridad.

Foto: EFE/ Abed Al Hashlamoun

El presidente palestino, Mahmud Abás, conocía el acuerdo entre Marruecos e Israel el mismo día que recibía a la ministra española de Exteriores, Arancha González Laya. Desde su entorno condenan la normalización de relaciones, que llega después de las de Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Sudán.

Países árabes que en los últimos meses han reconocido al estado hebreo y están estableciendo relaciones diplomáticas, acuerdos económicos y comerciales. Algo que enfurece a los palestinos, que se sienten traicionados por sus propios hermanos. Desde Gaza, Hamás lo califica como un "pecado político".

Todo lo contrario para el primer ministro israelí, que lo califica de acuerdo histórico. Benjamín Netanyahu se apunta un tanto más, gracias a su amigo Donald Trump, y cuando más lo necesita, con un gobierno al borde de la ruptura y en pleno juicio por corrupción.

Egipto, Baréin y Emiratos ya han dado la bienvenida al acuerdo entre Marruecos e Israel. También Omán, que podría ser el siguiente país árabe que dé el paso y decida establecer relaciones diplomáticas con Israel. Lo que supondría un revés más para los palestinos, que se sienten cada vez más aislados. Algunos esperan, aunque sin muchas esperanzas, a que algo cambie con la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca.

Más de 130 organizaciones internacionales están realizando una campaña para pedir a la empresa española Construcciones y Auxiliar Ferrocarilles (CAF) que abandone el proyecto para la ampliación del tren ligero de Jerusalén, que supondrá la expropiación de tierras palestiunas en la zona ocupada por Israel y que unirá varios asentamientos ilegales. CAF ganó la adjudicación de la obra gracias a un consorcio con la constructora israelí Shapir. En junio Naciones Unidas incluyó a la empresa israelí en una lista negra de 112 empresas que se lucran a partir de las actividades llevadas a cabo en territorio ocupado. Empresas que vulneran muchas resoluciones de la ONU, las Convenciones de Ginebra de crímnes de guerra y los Derechos Humanos en relación con la Ocupación del Territorio Palesitno. Pero es que además algunas empresas internacionales se retiraron del proyecto y los trabajadores a través del comité de CAF han pedido que se retire el proyecto. Mañana domingo 29 de noviembre es el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino. https://bdsmovement.net/es/news/dile-caf-que-se-baje-del-tren-israeli-del-apartheid

Invitados; Alys Samson Estapé BNC Europea Campaigns Coordinator; Santiago González Vallejo, economista, Comité de Solidaridad con la Causa Árabe; Unai Martínez secretario general de la Federación de Industrias del sindicato ELA. 

¿Qué tienen en común la primera mujer que conduce un taxi en Gaza y un grupo de niñas que aprenden boxeo en un gimnasio? Que todas rompen barreras y se introducen en actividades hasta ahora exclusivamente masculinas en la sociedad palestina.  Reciben críticas pero no les importa: solo quieren ser libres.

La ocupación israelí y la libertad son dos de los temas habituales del primer grupo de rap de mujeres palestinas. Se llama Ettijah y está formado por cuatro chicas que llenan sus canciones de letras reivindicativas y que viven en un campo de refugiados creado hace medio siglo al sur de Belén. "El rap es la vía más rápida y sencilla para decir lo que sienten", cuenta una de las cantantes a TVE.

En la relación entre Israel y Palestina una de las etapas más violentas fue la que se conoció como Segunda Intifada. Tuvo un alto coste humano, social y económico y algunas de sus consecuencias se siguen notando. Este martes se cumplen 20 años de su inicio. La visita a esta explanada de las mezquitas por parte del entonces líder del Likud Ariel Sharon desató la ira de los palestinos.  Comenzaron entonces sangrientos enfrentamientos en los que se cometieron todo tipo de atrocidades por parte del ejército israelí y por parte de los palestinos, con atentados suicidas. 

Murieron más de 5.000 personas, la mayoría palestinos y civiles. Algunos apuntaron a todo un plan trazado por el entonces líder palestino Yaser Arafat. Otros consideran que el levantamiento era inevitable tras los fracasos de paz de Camp David y los Acuerdos de Oslo. En cinco largos años de Intifada, Sharon terminó siendo primer ministro, y la muerte de Arafat supuso un vuelco en la dirigencia palestina, que se fracturó entre Al Fatah y Hamás.

Otra de las consecuencias de aquella segunda Intifada fue la construcción de vallas y muros. Israel los considera imprescindibles para su seguridad. Para los palestinos y buena parte de la comunidad internacional simbolizan un régimen de segregación, de "apartheid".