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Más de 800 iraquíes, en su mayoría civiles, murieron en abril por el terrorismo, la violencia y la guerra. Es el último balance de Naciones Unidas. Hoy mismo ha habido explosiones en Bagdad. La misión de la ONU en Irak también cree que han sido asesinados 300 hombres de la minoría yazidí secuestrados en agosto por el Estado Islámico. También ha denunciado que 1.500 mujeres y niñas secuestradas por el Estado Islámico son utilizadas como esclavas sexuales. 

Túnez es el país que más yihadistas exporta a Siria e Irak. Según las autoridades, unos 3000 tunecinos se unieron al Estado Islámico, y ahora unos 500 han regresado. Ellos constituyen el mayor peligro de inestabilidad para Túnez, el país que mejor parado había salido de las primaveras árabes, pero que comparte frontera con dos vecinos inestables, Argelia y sobre todo Libia.

Una investigación encargada por la ONU revela que el grupo yihadista autodenominado Estado Islámico podría haber cometido un genocidio contra la minoría yazidí en Irak. El informe relata una larga lista de atrocidades que incluyen asesinatos, torturas, secuestros, conversiones religiosas obligatorias, reclutamiento de niños y esclavitud sexual durante el rápido avance de los yihadistas en el norte de Irak en 2014. La ONU habla de genocidio porque cree que los ataques deliberados contra los yazidíes pretendían eliminar por completo a esta antigua comunidad. Hablamos de ello con Jesús Núñez, codirector del Instituto de Estudios sobre Conflictos y Acción Humanitaria (Iecah) (19/03/15).

La batalla por Tikrit, en Irak, entra en un momento clave. El avance se está haciendo sin precipitación debido a las minas y bombas colocadas en calles, vehículos y edificios. Los yihadistas del Estado Islámico ofrecen todavía resistencia a la mayor operación del gobierno iraquí por recuperar territorio.