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Casi todos sabemos lo que significa para el medio ambiente la extracción de recursos fósiles, las emisiones de estas fuentes de energía o la basura tecnológica, pero hay otra basura que generamos cuando navegamos en la red o usamos aplicaciones informáticas, que no se ve, y tiene que ver tanto con las energía utilizada en por el hardware que posibilita las casi infinitas operaciones en Internet, como el que consume cualquier software, en menor o mayor medida. Este último está siendo un nuevo campo de investigación para informáticos y ambientalistas del que se habla menos. ¿Te imaginas una etiqueta de consumo al lado de la aplicación que quieres instalarte en tu móvil? Con los coches o los electrodomésticos no tienes que imaginarlo porque ya existe. 

Todas las acciones que hacemos en la red consumen recursos, energía, y por tanto aportan centímetros al diámetro de pisada de la huella de carbono y en este pastel cualquier trozo importaGreenpeace prevé que las emisiones de efecto invernadero del sector informático alcancen el 14% de las emisiones mundiales en 2040.

Este raportaje cuenta con los testimonios de Joana Moll, artista e investigadora; Coral Calero, doctora en Informática, investigadora del impacto del software en el medioambiente y miembro del grupo de investigación Alarcos; Enrique Onieva, investigador en Inteligencia Artificial, Ciencia de Datos y profesor en la Universidad de Deusto; y Tatiana Nuño, responsable de la Campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace España.

En el informe anual de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), El Estado del Clima Global, ha puesto de manifiesto la necesidad de acometer medidas urgentes para paliar los efectos del cambio climático. Un documento "aterrador", en palabras de su secretario general, António Guterres. Un escenario que no ha mejorado en el año de la pandemia y que buscará soluciones este jueves y viernes en una cumbre virtual sobre el cambio climático.

Las exploraciones de minería radiactiva estarán prohibidas con la nueva Ley del Cambio Climático. Una empresa australiana lleva casi diez años tratando de instalar una mina de uranio a cielo abierto en Retortillo, un pueblo de Salamanca. La ley no le afectaría, pero la empresa todavía tiene que recibir el visto bueno del Consejo de Seguridad Nuclear. Los vecinos están divididos. Algunos tienen miedo de que el proyecto de construir una mina de uranio a cielo abierto y una planta para su tratamiento acabe con su forma de vida.

La ley prohibirá nuevos proyectos de explotación de minerales radiactivos a partir de su entrada en vigor, pero no afectaría a este. La empresa minera se ampara en los 120 permisos que ya tiene de varias administraciones entre los que se incluye el de impacto medioambiental. Solo les faltan los del Consejo de Seguridad Nuclear. Si su informe fuese negativo, impediría la autorización del ministerio de Transición Ecológica, que es el que tiene la última palabra. Hace cuatro años que estudian el caso en el Consejo de Seguridad Nuclear. Su presidente ha denunciado presiones por parte de la empresa para que emitan ya un veredicto. La empresa recuerda los 94 millones de euros que ya han invertido en la zona y los 450 puestos de trabajo directos que creará. Además, asegura que los residuos que generará apenas tendrán carga radiactiva.

La ley de cambio climático era aprobada ayer en la Cámara Baja. Ahora va camino del Senado. En Las Mañanas de RNELas Mañanas de RNE el catedrático de ecología y miembro del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU, José Manuel Moreno, ha señalado que el retraso en su aprobación ha sido malo "para el mundo" y ha criticado la falta de apoyo unánime de la cámara debido a que la ley "no se va a poder cambiar". "Nos va a dar la posibilidad de incorporarnos a algo que es imparable", ha afirmado el catedrático. "El hecho de que hayamos retrasado más de una década esta ley, supone que hemos perdido un tiempo precioso [...] Si no tuviésemos el paraguas de la UE, [...] hoy estaríamos en una situación muy complicada", ha añadido en referencia a la actuación de España en este término dentro de la unión e insta al país a "coger el toro por los cuernos" para situarse en la vanguarda, por su dependencia del clima para la economía. "Es una revolución. En la medida en que quitemos combustiones de nuestras ciudades, se va a vivir mucho mejor", ha sentenciado. Miles de personas fallecen en las ciudades debido a la contaminación, ha recordado el catedrático, por lo que afirma que esta "abre la espita para un mundo diferente".

Un equipo de investigadores del Grupo de Ingeniería Geomática y Oceanográfica (GeoOcean) y del Grupo de Meteorología y Computación de la Universidad de Cantabria están implicados en el proyecto “Machine learning for advanced coastal storm surge predictions” para desarrollar herramientas de predicción del nivel del mar con técnicas estadísticas e inteligencia artificial en Nueva Zelanda. Se trata de una iniciativa financiada a través de la convocatoria ENDEAVOUR 2019 del Ministerio de Innovación del Gobierno del país oceánico, y en la que la UC recibe la financiación a través de la Fundación Leonardo Torres Quevedo.

A lo largo de 18 meses, los científicos trabajarán en colaboración con el Servicio Meteorológico de este país (MetService) y con la Universidad neozelandesa de Waikato. En una primera fase se realizará un análisis de los datos históricos climáticos, tanto de la atmósfera (campos de presión y viento) como del nivel del mar (mareógrafo y modelo numérico), para después anali

España sigue avanzando hacia un futuro más verde y la hoja de ruta la va a marcar la ley de ambio climático que, tras años de retrasos, está dando sus últimos pasos en el Parlamento. El borrador se aprueba hoy en la Comisión del Congreso, después pasará al Senado y podría entrar en vigor este mismo mes. El camino hasta aquí no ha sido fácil. Ha habido muchas críticas por la falta de ambición del proyecto. De hecho se han presentado más de 700 enmiendas, aunque parece que al final va a salir adelante con bastante consenso.

La ley proponeincrementar las inversiones en energías renovables, acabar con los combustibles fósiles y fija como objetivo final que dentro de 30 años toda la energía proceda de fuentes renovables. Se ha cifrado en 23 el porcentaje de reducción emisiones de gases de efecto invernadero de cara a 2030 y en un 42 % la penetración de energías renovables en consumo de energía final para ese año.

Fernando Valladares, investigador del CSIC, ha asegurado que la ley “se queda corta”, pero subraya que es necesario un marco jurídico que "cuanto antes arranque, mejor para todos”.

“La Ley de Cambio Climático es mucho mejor que un cambio climático sin ley”, ha admitido.

El aumento de temperaturas y el avance de la desertificación como consecuencia del cambio climático desafía la estabilidad de un planeta Tierra que suma con la globalización los ingredientes perfectos para la proliferación de nuevos virus o la expansión de los ya existentes. Esta situación no es una novedad y ya ha dejado su impronta en lugares como España donde, en los últimos tiempos, se han registrado casos de dengue o del virus del Nilo Occidental impensables hace décadas. El avance de especies residuales y la transmisión a través de vectores como los mosquitos son solo algunas de las alertas que deberían servir para, como indican los científicos, tomar muy en serio el Acuerdo de París antes de que sea demasiado tarde.