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El primer ministro británico, Boris Johnson, ha anunciado que en las fiestas navideñas confinarán la ciudad de Londres y dos regiones colindantes. Duras medidas que entran en vigor este mismo domingo porque el virus ha cambiado, ha dicho, y ahora es mucho más contagioso.

[Coronavirus: última hora en directo]

En la imagen, viandantes pasan junto a un anuncio del Gobierno británico sobre el coronavirus. FOTO: NEIL HALL / EFE

Johnson confina Londres y endurece las medidas ante el avance de una variante de coronavirus más contagiosa. Así lo ha anunciado el primer ministro Boris Johnson esta tarde tras una reunión de urgencia con sus asesores médicos. En las últimas horas se han registrado 27.000 casos y ya se rebasan los 2.000.000 de contagios. Además, la deteccion de una nueva variante del virus obliga al Ejecutivo británico a alterar drásticamente los planes previstos para las fiestas. Esta se transmite a mayor velocidad, aunque según el asesor cientifico del Gobierno británico, Patrick Vallance, ha llamado a la calma porque señala que no hay pruebas de que sea más letal.

Johnson ha señalado que ha tomado esa decisión "con mucha tristeza" apenas 3 días después de comunicar que las restricciones sociales se relajarían durante la Navidad. El confinamiento, que entra en vigor desde este domingo y durará, previsiblemente, 2 semanas, obliga a los residentes a quedarse en sus domicilios salvo limitadas excepciones. Cierran las instalaciones de ocio y servicios no esenciales y se impone el teletrabajo salvo circunstancias inapelables. En el resto del pais la flexibilidad de las limitaciones será solo para el día 25 de diciembre.

Informa Luis de Benito.

El primer ministro británico, Boris Johnson, acaba de anunciar un nuevo confinamiento de Londres y del sureste de Inglaterra, con el cierre de todas las actividades no esenciales, desde este domingo por un aumento de la propagación del virus. Johnson asegura que se trataría de una nueva variante del virus que es un 70 por ciento más contagiosa, aunque nada indica, ha dicho, que sea más mortal o que cause una enfermedad más severa.

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En la imagen, Boris Johnson anuncia en ruedad de prensa nuevas restricciones. FOTO: Toby Melville / REUTERS

Macron dice que ha sido muy cuidadoso, pero las imágenes más bien dicen que ha sido afectuoso. Quizá se dejó llevar por el espíritu navideño o por el sentido de Estado, en una cumbre europea crucial. En cualquier caso, el presidente de Francia no es el primer dirigente infectado. Su colega británico Boris Johnson, al que por cierto, ha copiado la idea de grabarse durante la cuarentena, fue uno de los primeros. El premier británico anunció en un vídeo en sus redes sociales su intención de seguir trabajando en casa. Pero su estado empeoró y acabó en la UCI. Jair Bolsonaro, hoy también noticia por renegar de la vacuna, renegó en su día del virus hasta que lo cogió, en julio. Aunque eso no impidió que, en plena infección, saliera a saludar a sus seguidores y se apartara la mascarilla de la boca. La gran escenificación del negacionismo la hizo DonaldTrump. Tres días después de infectarse y nada más salir del hospital se quitó teatralmente la mascarilla. Esa misma mañana, escribió en su Twitter: "no dejen que el virus domine sus vidas". Vodka y sauna es el antídoto que recetó el presidente de Bielorrusia, Alezsander Lukashenko. Él no debió tomar suficiente, porque también dio positivo, en coronavirus. Y hay más líderes. En Croacia, Guatemala u Honduras, el virus afecta también a la sangre azul: Carlos de Inglaterra o Alberto II de Mónaco pueden dar fe.

La Unión Europea sospecha que el primer ministro británico, Boris Johnson, no quiere un acuerdo sobre la futura relación tras el Brexit, sino que está presionando para que haya una ruptura dura a final de mes, según ha podido saber RTVE por fuentes comunitarias. El Parlamento Europeo ha aprobado este viernes la legislación que permite los planes de contingencia para este escenario, mientras los equipos negociadores tratan de resolver el escollo de la pesca que impide sellar un acuerdo comercial. Foto: Ben Stansall / REUTERS

El 27 de mayo de 2015, Isabel II plasmó en su discurso -como viene siendo tradición- las líneas maestras de gobierno de David Cameron y, entre ellas, fue incluida la convocatoria de referéndum de separación de la UE

La consulta se llevaría a cabo un año después, el 23 de junio de 2016. Entonces,el 52% de la población votó a favor de abandonar el club europeo. Al día siguiente, Cameron -que había apostado por permanecer en la Unión Europea- presentó su dimisión y abandonó Downing Street, dejando paso a Theresa May.

Sería ella la encargada, a partir de entonces, de liderar la negociación de salida y fue un camino lleno de obstáculos, tanto dentro como dentro de las fronteras británicas.

Ese mismo año, el 7 de diciembre, Londres aprobó invocar el artículo 50 del Tratado Europeo, que establece el procedimiento por el que un Estado miembro se puede retirar si así desea hacerlo.

El 29 de marzo de 2017, Bruselas iniciaría oficialmente el proceso de salida, prevista inicialmente para dos años después. Apenas tres meses después, Theresa May se sometió a las urnas en un intento de reforzar su posición. Y ganó las elecciones, pero en minoría, una posición que la situaría al frente de una larga travesía a través de innumerables sesiones parlamentarias en el Palacio de Werstminster.

El 29 de marzo de 2019 no fue posible y hasta en totras dos ocasiones se tendrían que ampliar los plazos. En un contexto político complejo, May sufriría en primera persona la derrota conservadora en las elecciones europeas del 23 de mayo, unos comicios a los que -en principio- Reino Unido no tenía previsto presentarse. El llamado "Partido del Brexit", de Nigel Farage, se alzó con la victoria.

Theresa May, sentenciada por el voto popular, puso entonces fecha a su propia salida de Downing Street, que hizo efectiva el 24 de julio de 2019. Es Boris Johnson, férreo defensor del Brexit, su sustituto y, como hiciera su predecesora, él se sometería a la decisión de las urnas. El 12 de diciembre de ese mismo año, consigue lo que no había logrado May: lograr la mayoría parlamentaria de los tories, un respiro para poder llevar a término el divorcio de la UE.

Oficialmente, Londres abandona la UE el 31 de enero de 2020, con un período de transición de 11 meses: el 31 de diciembre ha sido el del adiós definitivo, con un acuerdo comercial con los 27 alcanzado "in extremis" y con un futuro común aún por explorar..

A 18 días del 31 de diciembre, la fecha que cambiará la relación de Londres con Bruselas, nadie quiere tirar la toalla. Tras un fin de semana de intensos contactos, las delegaciones seguirán negociando un posible acuerdo. Desde que los británicos dijeron sí a la salida de la UE en 2016, ya ni nos acordamos de las semanas decisivas que ha habido, de los plazos que se han incumplido, y del hartazgo que esto ha provocado entre los ciudadanos.

En la imagen, un ciudadano pasea con una bandera de la UE por el centro de Londres. FOTO: Hollie Adams / AFP.

El Reino Unido no se pone plazos para la negociación con Bruselas y el Ejecutivo de Boris Johson al menos debe de intentarlo, al menos así se expresan, porque como el primer ministro dice es lo que la gente espera y propone como solución hablar con otros países como Francia o Alemania. Lo que no puede hacer, dice, es comprometer la naturaleza del Brexit, que es recuperar la soberanía y dictar sus propias leyes y controlar sus propias aguas. Así que con las navidades por medio y con la nueva fecha tope a 1 de enero Johnson afirma que hay que estar preparados para regirse por las reglas de la Organización Mundial del Comercio. Informa Sara Alonso

La presidenta de la Comision Europea, Ursula von der Leyen, ha anunciado que siguen las conversaciones para ver si es posible un acuerdo con el Reino Unido sobe el Brexit. Lo han acordado las dos partes, en un fin de semana de intensos contactos, y amplían así el plazo que se habían impuesto, y que terminaba hoy. Sin embargo, el primer ministro británico, Boris Johnson, asegura que las dificultades se mantienen en los puntos clave y que se preparan para que no haya acuerdo.

En la imagen, un hombre porta dos banderas de la UE y del Reino Unido frente al Parlamento británico.

FOTO: JUSTIN TALLIS / AFP

La Unión Europea y el Reino Unido seguirán negociando la relación entre ambos a partir del 1 de enero. Así lo ha confirmado la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, que ha señalado que ambos equipos tienen que seguir intentándolo hasta el último momento por "responsabilidad". A pesar de ello, las diferencias continúan en pesca y en condiciones para las empresas. En Bruselas muchos dan por hecho que las negociaciones podrían seguir durante el próximo año. Informa María Carou, corresponsal.

La transición post-Brexit llega a su fin. Reino Unido y Bruselas están aún negociando pero el primer ministro británico, Boris Johnson, se inclina por el 'no acuerdo', lo que implicaría que a partir del 1 de enero se regirían por las normas que fija la Organización Mundial del Comercio (OMC). Desde Reino Unido señalan que el objetivo del Brexit es recuperar su soberanía y que no se van a plegar, por lo tanto, a las normas comunitarias. Eso implica recuperan el control de sus aguas pesqueras, uno de los puntos conflictivos, y ya han previsto la movilización de barcos de la Royal Navy para protegerlas. Informa Sara Alonso, corresponsal.