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La madrugada del 17 de septiembre de 1987, a eso de la 1 y media, un 600 se salió de la carretera que une Valladolid con Tordesillas. Fue todavía cerca de la ciudad, así que por allí circulaba un vehículo de la Policía Municipal que se paró a socorrer a los ocupantes. El agente Manuel Prieto, de 35 años, murió a consecuencia de los disparos que recibió con una escopeta del calibre 12. A su compañero, Miguel Mongil, le destrozaron la cara. Un vecino que pasaba por allí con su coche, Jesus Ignacio Ortiz, se detuvo a ayudar y también fue tiroteado y muerto. En ese momento, comenzó la mayor caza a un hombre que se ha vivido en la historia de nuestro país. Había que atrapar a Juan José Garfia.

Pedro Águeda recuerda esta historia en el 24 horas de RNE.

El presunto autor del asesinato de un enfermero de 41 años en el hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares permanece detenido. Se trata de un conductor de ambulancia fuera de servicio. La víctima fue atendida en el mismo centro. La policía investiga las causas de este suceso. Informa Juan Urra.

Un enfermero del hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, en Madrid, ha muerto tras ser agredido con un arma blanca por un conductor de ambulancia. El atacante ha entrado a primera hora de la tarde en el interior del centro vestido con su uniforme y ha apuñalado al enfermero por causas que se investigan.

Los análisis realizados de los restos del cementerio de Fuendejalón (Zaragoza) confirman que se trata de la alcaldesa María Domínguez, fusilada por el ejército franquista el 7 de enero de 1936. El estudio muestra una fiabilidad del 94 % por lo que se puede certificar que se trata del cuerpo de la primera alcaldesa democrática de España. El Gobierno de Aragón ha apuntado en un comunicado que la Dirección General de Patrimonio Cultural, que trabaja con las asociaciones memorialistas para impulsar labores de exhumación en fosas de la Guerra Civil, complementará en próximos días la información obtenida con un análisis histórico y antropológico de Domínguez. Foto: EFE

La Movida madrileña pasó por delante del local de Santiago San José Pardo sin detenerse. Exlegionario, fortachón y bigotudo, su madre había conseguido que un subcomisario de Policía le alquilara a él y a su hermano un antiguo prostíbulo que pusieron a funcionar como bar. Santiago era un tipo hosco aficionado a la bebida.

La noche del 22 de diciembre de 1987, se encaminó a la calle Cruz y ofreció 5.000 pesetas y el taxi a una prostituta para que se fuera con él al Mesón del Lobo Feroz. Cuando Araceli se había desnudado de cintura para abajo, San José Pardo apareció con un cuchillo jamonero e intentó clavárselo con decisión, pero ella interpuso su mano, se libró de la puñalada mortal y acertó a golpear a su agresor. El hombre se repuso y le dio otra cuchillada antes de comenzar a estrangularla. El ruido había alertado a una vecina que llamó a la Policía.

El juez de guardia decretó el ingreso en prisión provisional del agresor, que terminó saliendo en libertad al poco tiempo. Hasta que se hicieron obras en el Mesón del Lobo en 1987 nadie sospechaba que en una pared del sótano del mesón había restos de dos mujeres momificadas. María Luiz Varela Alonso tenía 22 años, dos hijos y se ganaba la vida prostituyéndose en la calle Cruz. Hasta el 22 de agosto de 1987. Ese día reclamó sus servicios Santiago San José. Seis días después, su madre puso una denuncia por desaparición. El forense determinó que a ella pertenecían uno de los dos restos encontrados en la pared del Mesón del Lobo Feroz, el otro, todavía se desconoce.

Un repaso por la crónica negra española, desde el 24 horas de RNE, con Pedro Águeda.

Uno de los criminales más completos de la historia de nuestro país. Quizá reúna todas las características para proclamarse el ser más despreciable de nuestra crónica negra. Su historia acabó con un asesinato y posterior descuartizamiento del cadáver. Pero quizá su peor crimen lo cometiera con la que fue condenada como cómplice, su hija. Es Manuel Sánchez López, en la primera mitad del siglo XX.

Primera condena por el asesinato de la periodista maltesa Daphne CaruanaUno de los tres imputados se ha declarado culpable y cumplirá 15 años de prisión. A Caruana la mataron cuando investigaba sobre la corrupción en Malta. El primer ministro, salpicado por las investigaciones, tuvo que dimitir. El asesinato en octubre de 2017 de la periodista de investigación conmocionó el país. Una bomba hizo explotar su coche muy cerca de su casa.

Caruana había publicado varios reportajes que vinculaban la trama de corrupción conocida como los Papeles de Panamá con varios miembros del gobierno maltés, incluido el entonces Primer Ministro. Hay tres imputados como autores materiales. El caso, que parecía enquistado, ha dado un vuelco al confesarse culpable uno de los detenidos, que ha sido condenado a 15 años de cárcel.

El embajador de Italia en la República Democrática del Congo, Luca Attanasio, ha sido asesinado en una emboscada a un convoy de la ONU. Ocurrió en el nordeste del país, una zona que lleva 25 años sumida en la violencia, con decenas de grupos armados rebeldes. Iban en un convoy del Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas cuando se produjo la emboscada.

"Ha muerto intentando salvar las vidas de congoleños", ha lamentado Benjamin, amigo del embajador. Attanasio, de 43 años, estaba casado y tenía tres hijas pequeñas. Llevaba más de tres años en Kinshasa. El asesinato se produjo cerca de Goma, al noreste del país, una zona considerada de riesgo extremo. Allí operan decenas de milicias armadas que tratan de controlar la inmensa riqueza en minerales y piedras preciosas de la región.

El Congo fue el centro de la llamada Gran Guerra Africana, en la que murieron cinco millones de personas. Terminó en 2003, pero la violencia continúa. Decenas de grupos rebeldes siguen aún hoy matando en el noreste del país. Solo el pasado año y medio este conflicto olvidado se llevó la vida de más de 2.000 personas.

Por quitarnos, el franquismo nos arrebató hasta la posibilidad de tener un asesino en serie en el podium mundial de los criminales. La chapuza de las instituciones en la dictadura, incluso en la dictadura ya agonizante, hizo que se perdiera el expediente judicial de Manuel Delgado Villegas. Solución: declararlo loco y encerrarlo de por vida, en lugar de investigar sus crímenes y juzgarlo.

Hasta 44 asesintatos confesó Delgado Villegas, pero nunca se tendrá la certeza de si todo era cierto. Acreditados están algunos de ellos: paisanos con los que se cruzaba, mujeres a las que violaba después de matarlas, hombres con los que se prostituía… Escucha su historia con Pedro Águeda en esta sección del 24 horas de RNE.

El Gobierno mexicano ofrece becas pero lo que faltan, aswguran las ONG, son programas de desmovilización. Unos 300.000 niños y niñas en todo el mundo ejercen como combatientes en algún conflicto armado. Son los niños soldado el 12 de febrero es el Día Internacional que denuncia esta realidad. Algunos están en primera línea de fuego y otros son obligados a servir como cocineros, mensajeros o esclavas sexuales. Otros, son utilizados en ataques suicidas. La experiencia de la guerra deja en ellos un trauma emocional que les acompaña el resto de su vida. Foto: Getty Images

El catedrático de Criminología Vicente Garrido nos ha presentado su libro True crime: la fascinación del mal. Se trata del primer ensayo que se hace en España sobre el fenómeno de los libros, películas, series de televisión y documentales sobre crímenes reales. En las páginas de su libro analiza un total de 60 obras literarias y audiovisuales que forman parte del género true crimen y nos desvela qué nos dicen todas ellas de un crimen, de su autor, de las víctimas y de la sociedad en la que se producen. ¿Por qué nos fascina la violencia y en particular el asesinato?