Ricardo DarÃn: "Está muy bien exigir, es lo que deberÃamos hacer todos los ciudadanos" | La Revuelta, completo
Ricardo Darín ya había visitado La Revuelta en el mes de abril y conocía tanto las preguntas de David Broncano como las exigencias del público en cuanto a entradas se refiere. En esta ocasión, el actor argentino, acompañado de su compañera Andrea Pietra, volvía para presentar la obra Escenas de la vida conyugal, que representan en varias ciudades españolas a lo largo de este otoño. Y, como no podía ser de otro modo, los espectadores del teatro han proclamado su cántico ya habitual reclamando entradas.
Aunque se trataba de “una demanda conflictiva” y no ha podido confirmar que pueda verse satisfecha, el actor no ha dudado en mostrar su apoyo a la gente: “Está muy bien que exijan, es lo que tendríamos que hacer todos los ciudadanos, teniendo en cuenta los impuestos que pagamos”, ha manifestado Darín, medio en serio medio en broma.
El amor a flor de piel
Ricardo Darín y Andrea Pietra son Juan y Marina en la obra escrita por Ingmar Bergman y dirigida por Norma Aleandro, Escenas de una vida conyugal, en la que se narran, a lo largo de siete escenas, los momentos claves de la relación amorosa de una pareja a lo largo de los años. Y el amor romántico ha sido, precisamente, uno de los temas de conversación a su paso por La Revuelta, ya que los intérpretes han revivido sus historias de amor recordando con todo detalle cómo conocieron a sus respectivas parejas. En el caso de la actriz, ha recordado que su marido, el empresario y productor Daniel Grinbank, se fijó en ella por sus apariciones en televisión, fue invitándola a los eventos y conciertos que organizaba, incluido el de The Rolling Stones en Buenos Aires, y terminaron conociéndose, aunque tardaron varios meses en enamorarse: “le conocía todo el país menos yo y eso le gustó un poco”, comentaba la actriz.
Por su parte, Ricardo Darín ha rememorado con todo lujo de detalles cómo se enamoró a primera vista de Florencia, su mujer. “Recuerdo el primer momento, el día, la hora y el lugar exacto”, aseguraba el actor, y así lo ha precisado: en una pizzería entre las calles Corrientes y Talcahuano de Buenos Aires. Allí la vio pasar “entre las vidrieras, hicimos contacto visual” y no dudó en abandonar a sus amigos en la mesa para salir a la calle con ella, incapaz de articular palabra más allá de una invitación: “¿Bailamos?”, le preguntó “haciendo uso de la creatividad que me caracteriza”. Una sola palabra le bastó para conquistarla ya que “nos reímos un poco” y al día siguiente volvieron a encontrarse. “A ella le causó gracia, fue un buen acercamiento”, celebraba Darín.