Ildefonso Graña: de emigrante a rey de la selva
- La historia de Ildefonso Graña es más que llamativa: emigró a América para acabar siendo el rey de una tribu durante más de una década
- 'Saber y ganar' y 'Cifras y letras', unidos por una 'Calculadora'
En ‘Saber y ganar’ se recuperan historias que, en ocasiones, son altamente desconocidas entre el público. Muchas de ellas parecen verdaderos guiones de cine, como es el caso de la de Ildefonso Graña, el emigrante gallego que, en busca de una vida mejor, acabó convirtiéndose en el rey de los Jíbaros. Dominó parte de la selva peruana y cuidó de los indígenas, ganándose su veneración.
De Galicia a Perú por necesidad
Corrían los últimos años del siglo SXIX y la situación de pobreza en la que se vivía en las poblaciones montañosas de Galicia era insostenible. Como muchas de las personas que se vieron afectadas, no solo por eso sino también por las enfermedades que contraían, Ildefonso Graña, un joven nacido en Avión el 5 de marzo de 1878, puso rumbo a Brasil en busca de una vida mejor.
Un tiempo después, en 1910, se trasladó a Iquitos, ciudad de Perú, donde comenzó a trabajar en el caucho a la vez que buscaba oro. Pero la crisis del caucho que afectó de forma global empujó a Graña a la selva peruana en compañía de un amigo, sin saber que aquella expedición le cambiaría la vida para siempre.
Ildefonso Graña junto a nativos americanos Ministerio de Inclusión, Seguridad social y Migraciones
El nuevo rey de los Jíbaros
Aquella aventura llevó a los dos hombres a tropezarse con la tribu india de los Jíbaros, quienes habitaban en la selva y quienes, al parecer, terminaron con la vida del compañero de Graña. Ahora bien, el gallego corrió diferente suerte ya que la hija del rey tribal se sintió atraída por él.
De esta manera, el gallego pasó a formar parte de ese grupo de nativos y se emparejó con la citada hija del gobernante. Al morir este, Ildefonso Graña pasó a convertirse en el rey de los Jíbaros, dominando un extenso terreno, equivalente Extremadura, Andalucía y Castilla la Nueva juntas.
El gallego fue una persona muy querida por los Jíbaros, a quienes enseñó a cortarse el pelo, a curarse las heridas, a curtir pieles, extraer sal y construir chozas más resistentes, entre otras muchas cosas.
Ildefonso Graña en la selva Ministerio de Inclusión, Seguridad social y Migraciones
Una vida a caballo entre la selva y la civilización
Graña siguió en contacto con la civilización gracias a los viajes que hacía hasta Iquitos, en muchos de los cuales iba acompañado de algunos de sus nuevos compañeros de vida. Allí comían helados o iban al cine, actividades que los nativos disfrutaban muchísimo. Además, se convirtió en el nexo entre ambos mundos y muchas de las personas interesadas en adentrarse en los parajes naturales del país lo hacían tras hablar con él. Es más, se sabe que las empresas americanas que querían inspeccionar el terreno en busca de petróleo tuvieron que pactar con él.
Una de las anécdotas que han trascendido sobre la vida de Ildefonso Graña en la selva peruana tiene relación con un piloto de aviación que se estrelló en el territorio que estaba bajo su dominio: Alfredo Rodríguez Ballón. El nuevo rey no solo recuperó el cadáver, sino que lo embalsamó y lo devolvió a su familia por medio de unas balsas de 10 metros de longitud que construyó junto a su tribu.
Ildefonso Graña falleció en 1934 a la edad de 52 años, víctima de un cáncer de estómago.