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Ocho curiosidades de la historia que tal vez no sabías

  • Descubre las singularidades que albergan las distintas etapas históricas
  • ¿Por qué el cuadro de Las Meninas de Velázquez se llama así? ¿Cómo nació "La Marsellesa"?

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Ocho curiosidades de la historia que tal vez no sabías
Ocho curiosidades de la historia que tal vez no sabías

La historia alberga anécdotas, datos extraños y rarezas que son desconocidas en la actualidad. Este tipo de curiosidades abarcan un sinfín de temáticas. ¿Sabías cuál fue la primera receta culinaria? ¿Qué color estaba de moda en el Madrid de los Austrias? Descubre algunos de estos hechos llamativos.

¿Por qué el cuadro de Las Meninas se llama así?

El cuadro de Las Meninas empezó a llamarse así en el catálogo del Museo del Prado de 1843. Antes de esa fecha se le describía como La familia de Felipe IV, y hoy se le cataloga con ambos títulos. En la composición se encuentra, como la figura principal de la obra, la pequeña infanta Margarita está acompañada de su pequeña corte, de la que forman parte Las Meninas. La palabra "menina" significa "niña" en portugués, y por aquel entonces se empleaba en España para referirse a las damas que se encargaban de cuidar de los niños de la familia real.

“Las figuras perfectamente identificadas gracias a Palomino, tratadista, que en el siglo XVIII describió la obra dando el nombre de los retratados: María Agustina Sarmiento, que arrodillada le ofrece un pequeño búcaro de barro e Isabel de Velasco que mirando hacia el exterior inicia una reverencia. Los grises, los verdes, los toques de rojo y todos los colores de las dos meninas enmarcan la luminosidad de la pequeña infanta. La importancia compositiva de estas dos figuras, una concentrada en la infanta y la otra mirando al espacio del espectador, justifica que esta obra se llame Las Meninas”, explica Alicia Cámara, Catedrática de Historia del Arte de la UNED.

¿Cómo nació el belicoso himno francés?

“Allons enfant de la patrie/ Le jour de gloire (le jour de gloire) est arrivé (est arrivé) / Contre nous de la tyrannie / L'étendart sanglant est levé”, así suena el himno más famoso del mundo, “La Marsellesa”. Sin embargo, nació lejos de la ciudad del sur de Francia y con otro nombre.

“Fue compuesto por Claude-Joseph Rouget de Lisle, a petición del alcalde de Estrasburgo en 1792, cuando la Revolución Francesa era asediada por una coalición de monarquías encabezada por Austria. Con el nombre de "Canto de guerra" para el ejército del Rin llegó a Marsella donde lo hicieron suyo los voluntarios republicanos que después marcharían a París, en julio de ese año”, afirma Mauro Hernández, profesor de Historia Económica. Este canto fue interpretado en el asalto a las Tullerías, en agosto, que llevó a la proclamación de la República. Durante el transcurso de esas jornadas “caló en las masas parisinas como el himno de los marselleses o "La Marsellesa"”.

La sopa, la primera receta culinaria

Este plato, que genera una buena aceptación en la geografía española, es una de las primeras recetas de cocina que el hombre primitivo puso en marcha: “Hacían un hueco en la propia tierra y calentaban con piedras incandescentes el agua donde se sumergía carnes, hueso, raíces, granos y hierbas que al recibir el calor se cocinaban y transmitía su sabor, aroma y algunos de sus nutrientes solubles al líquido de cocción”, comenta Coral Calvo, profesora de nutrición y dietética en la UNED.

El negro, el color de moda del Madrid de los Austrias

“El negro se convirtió en una seña de identidad y un signo de autoridad y poder no sólo para el rey, sino para los consejeros y, en general, para todos los cortesanos”, Diana Carrio Invernizzi, profesora del Departamento de Historia del Arte de la UNED. Se asocia el uso de este color con el rigor y la severidad, unos valores que el rey Felipe II quería transmitir en su reinado.

Sin embargo, la adopción de este tono en las vestimentas viene influenciado por otros motivos ¿Cuáles? “La influencia de la corte Borgoñona, por una parte. Y a la llegada de nuevas materias tinturas desde América, por otra. Este empleo de las indumentarias oscuras permitía a los españoles distinguirse e implantar una moda que no se apagó hasta bien entrado el siglo XVII”.

¿El aburrimiento es un estado de ánimo propio de los tiempos actuales?

En palabras de Francisco Claro, profesor de Psicobiología de la UNED, “estudios de la antigüedad clásica muestran en los textos clásicos las referencias a lo que hoy entendemos por aburrimiento, son raras y muchísimo menos frecuentes que en la literatura moderna y contemporánea”.

A lo largo de la historia, están recogidos en distintos textos las referencias a este estado de ánimo. “Hay fragmentos que indican que los griegos de la época clásica podían aburrirse en sentido trivial en un espectáculo o en un discurso. Pero en I d.C, Séneca o Plutarco utilizan palabras como tedium o fastidium referidas a un estado de ánimo que podía afectar a las personas esporádicamente, pero también en todas sus acciones y convertirse en una enfermedad espiritual. Evagrio Póntico escribe sobre la acedia, un pecado entre la tristeza, la pereza y el aburrimiento”.

¿Cuál fue la primera utopía?

“La utopía se alimenta de ambos sueños reconstruir un mundo perfecto para salvarnos de la tempestad de una realidad que nos abruma”, así es la definición de este vocablo. Y aunque Tomás Moro es el padre de la utopía moderna, ya existieron desde la antigüedad. Rafael Herrera Guillén, profesor de Filosofía de la UNED, explica que la Biblia contiene las dos utopías fundamentales la historia del Edén y la historia de Noé.

Las perras gordas y las perras chicas

Se denomina así a las monedas de 10 y cinco céntimos de pesetas ¿Por qué? “Luis Marconi, grabador general de la Casa de la Moneda de Madrid, diseñó los bronces . En su reverso mostraban a un león rampante apoyado sobre el escudo de España, de pie, con la cabeza girada hacia arriba y la cara de espalda al escudo en un extraño escorzo. Aquel dibujo más que un fiero león parecía un perro”, de ahí nace esa designación.

Sobre los orígenes del dicho “poner una pica en Flandes”

La expresión procede de las guerras que se libraron en los siglos XVI y XVII en la región belga en los tiempos de Felipe IV, “cuando la crisis generalizada de la monarquía hacía cada vez más inviable el mantenimiento del ejército de Flandes”, afirma Antonio José Rodríguez Hernández del Departamento de Historia Moderna UNED.