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Este gesto de Javier Bardem obligó a censurar la película 'Huevos de oro'

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Javier Bardem en 'Huevos de oro' (1993)
Javier Bardem en 'Huevos de oro' (1993)

Nadie ha sabido retratar al macho ibérico con la estampa icónica, fálica y testicular con que lo hizo Bigas Luna en su famosa trilogía de los 90. Con un pletórico Javier Bardem copando la gran pantalla, su mejor representación se plasmó en Huevos de oro (1993), donde aquel hombre venido a más (y luego a menos), ambicioso y sin escrúpulos, que derrochaba una estética kitsch de latin lover desgastado representaba mejor que nadie el muchas veces falso esplendor de una España que comenzaba a transitar la oscura senda de la especulación inmobiliaria.

Si en Jamóm, jamón (1992) el director catalán intentaba plasmar un retrato de la España más árida, en Huevos de oro, rodada un año después, delinea la caricatura de un sujeto que intenta ascender a costa de su no menos ibérico poder fálico sobre las mujeres. De los huevos del toro de Osborne a los del macho ibérico, Bardem se mete en la piel de dos personajes proclives a servirse del sexo para lograr sus metas, que proyecta su poder en esos rascacielos de simbología fálica que comenzaron a conquistar Benidorm, uno de los lugares en los que fue rodada la película, lugar distintivo del boom turístico de aquellos años y al mismo tiempo espacio donde cristaliza, el imaginario nacional del desarrollismo sin frenos que ya se venía implantando en España desde los últimos años del franquismo.

Javier Bardem en 'Huevos de oro' (1993)

Javier Bardem en 'Huevos de oro' (1993)

Un Bigas Luna muy carnal

Huevos de oro está considerada una de las películas que mejor engloba todo el ideario de Bigas Luna. Entre ellas, es aspecto carnal, tal y como apunta el crítico de cine Luis Martínez en Historia de nuestro cine. “Todos los personajes se mueven en un registro arquetípico, pero la buena mano de Bigas Luna es que los acerca hasta la carnalidad más próxima y parece que respiran con la mirada del espectador. Por supuesto Javier Bardem está inconmensurable, pero también Maribel Verdú o Benicio del Toro, otro actor que destaca por su papel de macho”, comenta.

Un edificio, "como una polla"

El miembro masculino también se prodiga de forma constante en los diálogos de la película. Su trasfondo fálico es irrebatible (“¿Sabes lo que haré cuando tenga mucha pasta?”, le comentaba a Miguel en el servicio militar: “un edificio que va a subir como una polla”), del mismo modo que los planos de la boda se articulan en un decoupage con los de la construcción de las torres y, un poco más adelante, un elocuente primer plano fotografiaba los dos Rolex junto al porta-anillos con forma de torso masculino. Polla, huevos, cojones, son palabras que se repiten una y otra vez sobre el guion.

La polémica con el cartel

El protagonista, Benito González, era una especie de Hugh Hefner costumbrista, con sus batas de estampados de leopardo, camisas de colores y exceso de oro. Un hombre que representaba la ostensión más primitiva, que parecía concentrar la fuerza en sus genitales, como se evidencia de igual modo en el cartel promocional de la película en el que su intérprete, Javier Bardem, fotografiado de plano entero, mira retadoramente a la cámara mientras sujeta con una mano su miembro viril.

El poster no podía ejemplificar mejor lo que se veía en pantalla. Sin embargo, no paso los filtros de todo el mundo. Su presentación generó polémica e incluso prohibiciones en la prensa –el diario ABC se negó a publicarla–. Acusaciones que cuestionaban la moralidad pública fueron asimismo contrarrestadas por el propio director, quien afirmó preferir esa imagen a la de Sylvester Stallone con una ametralladora. En países como Estados Unidos o Reino Unido, directamente se optó por el diseño de un nuevo cartel.

Cartel censurado y original de 'Huevos de oro'

Cartel censurado y original de 'Huevos de oro'

Desgracidamente, más de 30 años después, seguimos asistiendo a la censura de muchas imágenes cuyo contenido se considera "inapropiado", generalmente con temáticas relacionadas con sexo o terror. Ocurrió con Saw II o en 2012 con el cartel de Shame, de que la MPAA (Motion Picture Association of America) categorizó como de tono "pegajoso". No dijeron nada del miembro de Michael Fassbender.