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Cumbre de la OTAN

Jill Biden, la discreta primera dama de EEUU

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Jill BIden y la reina Letizia
Jill BIden y la reina Letizia

La última vez que la primera dama de EEUU visitó España fue en 2016 con Michelle Obama. Ahora es Jill Biden, la esposa del actual presidente, quien se pasea por las calles de Madrid con motivo de la celebración de la cumbre de la OTAN. Con una agenda social paralela a la de su marido, Jill visitó ayer a la reina Letizia en la Zarzuela. La educación, la lucha contra el cáncer o la salud mental son algunos de los asuntos en los que más volcada está la primera dama estadounidense y que coinciden con las áreas en las que también trabaja la reina. Juntas han visitado la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) para conocer de primera mano su labor. También ha tenido un encuentro con Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez.

Obligaciones a parte, Jill Biden también ha tenido tiempo para disfrutar de la capital en compañía de sus nietas, acompañadas en todo momento por un séquito de guardaespaldas. La primera dama se tomó la tarde del lunes libre para irse de compras por las tiendas de Madrid y colapsó el barrio de Salamanca, donde encontró una conocida marca de alpargatas made in Spain.

Jill BIden y la reina Letizia

SJill BIden y la reina Letizia GTRES

Su estilo nada tiene que ver con su predecesora, Melania Trump, una mujer enigmática y reservada que hizo del silencio una forma de vida. De la esposa de Joe Biden, que ejerce como profesora desde 2009, se conocen más detalles, tanto de su vida como de su carrera profesional. Ser profesora es su pasión. Por eso anunció que si llegaba a la Casa Blanca no dejaría su empleo. Jill Biden, que siempre ha preferido mantener un perfil bajo, es la primera Primera Dama de EEUU que trabaja. Todo lo que sabemos sobre su vida.

¿Quién es Jill Biden?

Jill Tracy Jacobs nació el 3 de junio de 1951, en Hammonton (Nueva Jersey) pero se crió en Willow Grove (Pennsylvania) con sus padres y sus cuatro hermanas menores. Se graduó de la Escuela Superior de alta Moreland en el Condado de Montgomery en 1969 y luego se sacó un título de licenciatura en Inglés de la Universidad de Delaware en 1975. Ejerce como profesora de inglés en el centro de formación profesional Northern Virginia Community College y su intención es seguir trabajando.

Su primer matrimonio fue en 1973 con Bill Stevenson y duró tres años. Tras el divorcio, Biden se tomó un año sabático y llegó a hacer de modelo en una agencia pequeña. Pero el entonces senador Joe Biden vio su foto en un anuncio publicado en una parada de autobús y se enamoró de ella. La buscó, y los dos tuvieron una cita a ciegas organizada por el hermano de él en 1975. Se casaron dos años más tarde y tuvieron tres hijos. Era el segundo matrimonio para ambos: la primera esposa de Joe había muerto en 1972 en un accidente de tráfico (un camión embustió su coche durante las compras de navidad). La hija pequeña, Naomi, también murió. "Yo era reacia a casarme debido a la trágica muerte de su esposa y al impacto emocional que sufrieron sus hijos y le dije que había que esperar y estar muy seguros porque esos niños no podían perder a otra madre", recordaba años más tarde. Después de casarse tuvieron un hijo en común, una niña llamada Ashley que nació en 1981.

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De negro, en señal de respeto, en la ofrenda floral en el Delaware Memorial Bridge Veterans Memorial Park,

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De negro, pero con detalles en blanco, en el entierro de John Lewis (2020).

Hijos y tragedias

La muerte de su esposa Neilia Hunter y su hija pequeña fue un duro golpe para Joe Biden que, hasta que conoció a Jill, tuvo que hacerse cargo de los hijos mayores, Beau y Hunter que solo resultaron heridos. Cuando se casaron, en 1977, dos años después de conocerse, ella le ayudó en la educación de los niños y la llegada de Ashley ayudó a todos a superar la pérdida de Naomi. Pero la tragedia volvió a golpear a la familia. En 2015 Beau falleció a causa de un tumor cerebral. Tenía solo 46 años. "Mi vida cambió en un instante. Durante su enfermedad realmente creí que iba a vivir, hasta el momento en que cerró los ojos, y nunca perdí la esperanza", dijo ella sobre la pérdida de su hijastro. Contó más tarde que dejó de rezar y asistir a la iglesia durante cuatro años, aunque luego recuperó su fe.

Su otro hijo, Hunter, ha tenido serios problemas con las drogas y el alcohol. Estuvo en un centro de desintoxicación y llegó a salir con la viuda de su hermano. Es carne de la prensa sensacionalista y la diana de los dardos envenenados que intentan debilitar a Joe Biden. Jill siempre ha estado a su lado, apoyándolo en los buenos y malos momentos. Igual que ahora hace su nieta, Naomi, la mayor de las tres hijas de Hunter. La joven lleva el nombre de la hija que Joe Biden perdió en aquel accidente de tráfico.

Los Biden con los Obama, la relación de Jill y Michelle es excelente y comparten gustos en moda.

Jill Biden y su hija Ashley en la gala de los Oscar.

Acusaciones de acoso

Ocho mujeres han acusado a Joe Biden de tocamientos inapropiados, entre ellas la política demócrata Lucy Flores. Se le ha señalado también por su actitud con las niñas durante los actos públicos, tocamientos que a ellas les hacía sentir incómodas. La condena social fue enorme y Biden, durante las semanas del #MeToo, publicó un video en el que dice “ “Lo entiendo, lo he entendido. Las normas sociales están cambiando. Lo entiendo, y he escuchado lo que esas mujeres están diciendo".

Tara Reade, una mujer que trabajó como parte de su equipo entre 1992 y 1993, le denunció por acoso sexual. “Me susurraba a la vez que intentaba besarme y me preguntaba si no prefería ir a otro lugar. Recuerdo querer decirle que parara, pero no sé si llegué a decirlo en alto o solo lo pensé. Me quedé paralizada”, dijo Reade, que es la única que asegura haber sufrido una agresión de este tipo. Las otras siete mujeres describen lo sucedido como "momentos de incomodidad". Jill se ha mantenido al margen pero siempre ha mostrado su apoyo y confianza por su marido que en mayo de 2020 rompió su silencio con un escueto "Nunca sucedió".

Jill Biden es profesora y ejerce desde 2009. AFP

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En los jardines de la Casa Blanca con vestido morado, uno de los más llamativos que ha llevado.

Segunda Dama de los Estados Unidos

En 2009 Barack Obama ganó las elecciones presidenciales y Joe Biden juró como vicepresidente de los Estados Unidos. Fue entonces cuando Jill Biden se convirtió en la Segunda Dama. Desde entonces ha intentado sacar provecho a este `título’. En 2010, por ejemplo, fue anfitriona de la primera Cumbre de la Casa Blanca sobre Colegios Comunitarios. Además, ha trabajado en actividades de divulgación relacionadas con la administración, como se vio más tarde con la gira en autobús del Colegio Comunitario a la Carrera de 2012. Ha escrito un libro para niños, 'Don't Forget, God Bless Our Troops' (2012), basado en la historia de su nieta, la hija de Beau Hunter. Es la fundadora de la organización sin fines de lucro Biden Breast Health Initiative, cofundó el programa Book Buddies, y está activa en la organización sin fines de lucro Delaware Boots on the Ground. Todo para ayudar a la comunidad, para poner su granito de arena en la lucha contra las desigualdades sociales.

En 2019 publicó sus memorias 'Where the Light Entra: Building a Family, Discovering Myself', un libro centrado en su vida familiar en el que dice: "me siento agradecida por haber sido la Segunda Dama aunque el papel con el que siempre me he sentido más a gusto es el de la profesora Biden".

Jill Biden con vestido estampado de Dolce&Gabbana para el último debate previo a las elecciones.

Jill Biden suele llevar prendas lisas pero adora las flores y las rayas.

Una incansable luchadora

Jill Biden ha dicho en varias entrevistas que uno de sus referentes es Eleanor Roosevelt. Y como ella es una ferviente defensora de los Derechos Humano. Sus campos de batalla son los derechos de las mujeres, sobre todo en las zonas más difíciles de África, como Zambia, República Democrática del Congo y Sierra Leona, y Asia, viajando a Japón, Corea y Vietnam. Otra de sus acciones ha sido como representante de los Estados Unidos anunciando la ayuda alimentaria para Malawi.

En 2017 la nombraron presidenta de la junta directiva de Save the Children. "Creo que la energía que poenen en la educación encaja con el trabajo de mi vida", dijo. Su perfil implicado y su activismo gozan de muy buena reputación. Cuando hizo de presentadora en la 71ª edición de los premios Tony recibió una gran ovación nada más pisar el escenario.

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Jill Biden no suele llevar estampados, pero sí le gustan las rayas horizontales. Así la vimos en Filadelfia en 2016.

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Con vestido y rebeca, un look que suele llevar Michelle Obama.

Claves de un estilo

Vanessa Friedman, directora de moda en The New York Times, Vanessa Friedman, ha dicho de Jill Biden que no es un trofeo para tener en una vitrina, en clara alusión a Melania Trump. "Ella nunca usará la moda como un escudo ni se 'bañará' en glamour ni se vestirá con firmas europeas". La señora Biden tiene un estupendo fondo de armario con un estilo muy marcado, tirando a sobrio pero con detalles de coquetería. Le gustan los vestidos ajustados y huye de los volúmenes en las faldas y mangas, para tener una silueta muy controlada. Le gustan casi todos los colores, especialmente los oscuros y suele llevar tejidos lisos. No siempre. En cuanto a estampados la hemos visto con lunares, rayas y sobre todo flores. Viste de diseñadores y firmas norteamericanos, como Vera Wang y Ralph Lauren, pero también europeos. Su vestido de flores de Dolce&Gabanna llamó poderosamente la atención, tanto como el rojo que llevó en el baile para festejar el triunfo de Barack Obama, un diseño de la libanesa Reem Acra.

Jill Biden con vestido de Christian Siriano.

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Los Biden en un evento en Nueva York (2017). Jill lleva un vestido con flecos que ha utilizado varias veces.

Hay que cree que cada elección de vestuario es una declaración de intenciones, o un mensaje. Cuando llevó el vestido malva empolvado de Christian Siriano se aplaudió su elección al tratarse de un modista muy implicado en los derechos del colectivo LGBTIQ+ y también en el movimiento Black Lives Matter. Cuando se puso el vestido verde de la diseñadora uruguaya Gabriela Hearst muchos vieron en este gesto un guiño a la comunidad latina y una manera de 'pescar' votos.

La prensa especializada valora casi todas sus decisiones, sobre todo cuando repite vestido, algo que suele hacer a menudo. Jill Biden no duda en ponerse ropa de otras temporadas e incluso de otros años. Deja claro así dos cosas: comulga con la filosofía sostenible y no cambia de talla.