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Cuando la barca se hundió

Remedios Amaya, el monstruo del flamenco devorado por Eurovisión

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Remedios Amaya en Eurovisión (Múnich, 1983)
Remedios Amaya en Eurovisión (Múnich, 1983)

Sobre un frío escenario, despojada de su cuadro flamenco, con un vestido y una canción que no quería y con los pies descalzos. El certamen de Eurovisión, celebrado en Munich en 1983, puso las cosas muy complicadas para que Remedios Amaya pudiese defender Quién maneja mi barca con el duende y la jondura propia del folclore gitano que llevaba en la sangre. Aún así, la trianera salió sin miramientos, con la verdad por delante y con su actuación arrancó una enorme ovación en Munich.

Por desgracia, los aplausos no daban votos y España se volvió a casa con las manos vacías, cero puntos y un último puesto que compartía con Turquía. Eran principios de los 80 y Europa aún no entendía ni los códigos, ni el valor del flamenco, y muchos no entendieron aquella canción vanguardista, compuesta por Isidro Muñoz y José Miguel Évora, que fundía, mucha antes que Rosalía, el flamenco pop.

Europa no estaba lista para el desgarro flamenco

Primera actuación realizada por una mujer gitana en la historia del certamen, algunos comentaristas la definieron como “demasiado étnica” y hablaron de “choque cultural”. Remedios Amaya lo zanjaba así en una entrevista ofrecida aquel mismo año en el diario El País: “Yo creo que esta gente no tiene ni puñetera idea de lo que es el flamenco".

Para su amiga Lola Flores el error fue despellejar el alma gitana a aquella canción. “Remedios es una mujer que canta muy bonito y tenían que haberla rodeado de diez guitarristas y diez palmeros, y así esa mujer sale ahí preparada. Pero salió como si hubiese salido de la cueva y con una orquesta sin ritmo”, contaba La Faraona en 1984 en el programa La clave dedicada a las folclóricas.

Remedios Amaya:

Remedios Amaya: "Yo decidí salir descalza"

La desaparición de La Camarona de Triana

Tras su paso por el Festival de Eurovisión, La Camarona de Triana, como se la conocía entonces, vio caer sobre ella una pesada losa que amenazó con echar por tierra todo su trabajo previo. Antes de irse a Alemania, Amaya despuntaba ya en los tablaos flamencos, había publicado su primer disco homónimo, en 1978, y se había ganado la admiración de grandes como Camarón de la Isla. Sin embargo, tras el fracaso en Munich, la cantaora se apartó, mantenido un perfil bajo.

Varios años después de su ausencia en la escena flamenca, Remedios Amaya reapareció con uno de sus discos más memorables, Me voy contigo (1997). Recuperando su gracia y gitanería a raudales, la cantaora volvió con este álbum a sus festeros -tangos, bulerías, jaleos...-, pero lo hizo con un lenguaje más cercano y amplio, que dejó temas tan queridos como Turu Turai.

El disco con el que logró "tapar al barco"

En Caminos del Flamenco, a espaldas de la calle Betis que la vio nacer, recuerda aquel regreso. “Me llevó a mucha gente, con la guitarra de Vicente Amigo, fue un disco para todo tipo de público y eché en él todo mi corazón”, confiesa. En esa misma entrevista, Amaya reconoce que con aquel disco consiguió tapar “el asunto de la barca”, un suceso que parece como si no se atreviese a nombrar, como si sobre ello hubiese un mal fario del que prefiere no recordar nada. Ella se queda con lo bueno, con discos como ese, que tan enamorada tienen a su nieta. “A mi nieta le canto otra cosa que no sea el Turu turai y se enfada”, confiesa la artista.

Con los años, Remedios Amaya pudo olvidarse del hundimiento de la barca, volvió a conquistar los tablaos del Casa Patas y los grandes festivales del flamenco como el Festival del Cante de las Minas, la Cumbre Flamenca de Murcia. En el año 2000, con la producción de Juan Carmona, de Ketama, realizaría otro de sus álbumes más populares Gitana soy. En total, más de cuarenta años de trayectoria y ocho discos -el último Rompiendo el silencio (2016)- que la consagran como una de las grandes voces del flamenco.

Remedios Amaya cantó "¿Quién maneja mi barca?" en 1983