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Memoria viva

Concha Velasco y Tony Leblanc, el otro hombre de su vida

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Concha Velasco y Tony Leblanc, su amistad dentro y fuera de la pantalla
Concha Velasco y Tony Leblanc, el otro hombre de su vida

Con su vestido rojo de lunares, su garbo y sus piernas, meneando la hucha de la cruz roja por las calles de Madrid. Esa fue la primera imagen que muchos vieron de Concha Velasco en la gran pantalla. Era 1958 y aquellos primeros pasos hacia la fama los daba en Las chicas de la Cruz Roja de la mano de quien sería uno de los hombres de su vida: Tony Leblanc.

Desde que iniciara su carrera con tan solo 15 años en la participación de la película La reina mora (1955) y como bailarina en la compañía de Manolo Caracol, Antonio Garisa y Celia Gámez, Concha Velasco no paro de trabajar en el mundo del espectáculo, pero su consagración como artista le llego de la mano de su admirado y querido Leblanc.

"¿Tú te atreverías a sustituir a Naty Mistral?"

Con esa pregunta arrancó la primera conversación que mantuvieron. "Yo me atrevo a todo", le contesto la actriz. Así es como el madrileño consiguió, no solo sustituir a Naty Mistral al frente de la obra musical Ven y ven... al Eslava, que a finales de los años cincuenta era todo un éxito en las carteleras madrileñas, sino lograr que el nombre de Velasco empezará a brillar con luz propia.

"Eso que hago en la película, Pim, pam, pum, ¡fuego! (1975), cantando aquello de Mi sombrero tiene un agujero y remangándome la falda para enseñar pierna, pues eso me lo enseñó Tony Leblanc para que lo hiciera delante de Luis Escobar (director de la obra)", recuerda divertida Concha Velasco en el documental de Imprescindibles que puedes ver en RTVE Play.

Escobar se convirtió entonces en su Pigmalión y junto a él, Tony Leblanc. “Me convertí en su hija queridísima, la que no tuvo, me enseñó todo lo que sé y quién soy, me tenía todo el día estudiando, me llevaba a los mejores modistos”, dijo en el documental. "Y Tony sintió por mí, lo mismo que Luis Escobar".

Amor bajo cero (1960)

Amor bajo cero (1960)

¡Ven, ven... conmigo!

Tras el éxito de Ven, ven… al Eslava, Leblanc le abrió el camino gracias al cual trabajaría, junto a él, en algunos de los títulos más populares del cine español, empezando por aquella película Las chicas de la Cruz Roja (1958), El día de los enamorados (1959), Los tramposos (1959), Vida sin risas (1960), Amor bajo cero (1960) o Mi noche de bodas (1961). “Gracias a Tony pasé de ganar 45 a 3.500 pesetas diarias”, contaba hace unos meses en una entrevista en la revista Pronto.

Nos convertimos en muy buenos amigos, no solo de él, sino de su mujer Isabel, que siempre estaba embarazada, siempre estaba en el camerino de los rodajes y con la que me une, hasta ahora, una grandísima amistad de hermanas”, confesó en el documental.

Tony Leblanc y Concha Velasco en 'Los tramposos' (1959)

Tony Leblanc y Concha Velasco en 'Los tramposos' (1959)

Su relación era tan estrecha que Velasco contó como llegaron a suspender todos sus rodajes cuando en 1983 el coche de Tony Leblanc chocó frontalmente con otro en un terrible accidente. "Lina Morgan y yo fuimos las primeras en entrar a ese hospital, a ver y a abrazar a Isabel. Siempre estuvimos muy cerca. Ellos me han dado todo", dijo la actriz.

Más feliz fue el momento en el que Leblanc recibió el Goya de Honor a toda una vida en 1994. Un premio que recibió de las manos de su amiga Concha Velasco y del director de cine Luis García Berlanga. "Una de las personas a las que es imposible no querer", dijo entonces Concha. Leblanc llevaba entonces 11 años sin hacer cine, a consecuencia de aquel accidente.

“Lo peor de hacerse mayor es despedirse de quien quieres”

En 2012, Tony fue una de esas personas de las que Concha debió despedirse. Aquel 24 de noviembre, cuando la noticia le sobrevino a Concha, ella se encontraba trabajando en la obra de teatro "Yo lo que quiero es bailar", dirigido por Josep María Pou, y en el que la actriz repasaba sus cincuenta años de profesión. Una obra en la que, por supuesto, Tony Leblanc ocupa un lugar muy destacado.

Berlanga y Velasco entregan a Leblanc el Goya de Honor 1994

Berlanga y Velasco entregan a Leblanc el Goya de Honor 1994

Así ocurrió que cuando aquella noche Concha Velasco salió al escenario, y pronunció una de las frases de la obra en la que decía "y me encontré a Tony Leblanc", la actriz no pudo evitar echarse a llorar. El público se puso en pie para arropar el desconsuelo de Concha Velasco. "Si hubiera nacido en Estados Unidos, el país hoy estaría de luto porque es el artista más grande que hemos tenido", dijo sobre Tony el día de su muerte. Desde entonces, no ha parado de agradecerle todo lo que Leblanc hizo por ella. Hoy, sábado 2 de diciembre de 2023, sus compañeros y amigos lloran la muerte de Concha Velasco a causa de una complicación en su enfermedad.