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Mozambique, 500 años después

Mozambique, 500 años después NOTICIA
Santi Riesco

En la Isla de Mozambique el tiempo parece haberse detenido. Aquí llegó Vasco de Gama en 1498, hace más de 500 años. De esa época son muchas de las construcciones que aún se conservan. En su mayoría edificios religiosos construidos por los colonos portugueses. Hoy, cinco siglos después, la comunidad cristiana sigue muy viva en Mozambique. La Isla de Mozambique fue la primera capital y la que dio su nombre a todo el país. En 1991, la UNESCO declaró “Patrimonio de la Humanidad” el conjunto arquitectónico de la isla con el fin de protegerlo. El padre Atanasio, párroco de la Isla de Mozambique, nos muestra los lugares de mayor afluencia turística: la antigua iglesia de san Pablo hoy convertida en museo de la ciudad y la estatua de Vasco de Gama mirando el antiguo puerto en el que desembarcaron los portugueses hace más de quinientos años. Un puente, de casi tres kilómetros, construido en los años 60, une la Isla con el continente. Muy cerca se levanta el árbol donde la leyenda sitúa la primera misa celebrada por san Francisco Javier. A menos de 50 metros los cristianos levantaron una capilla para recordar los seis meses que pasó el apóstol de las Indias en estas tierras. El 22 de septiembre llegaba el navarro a Mozambique en su camino hacia Goa. Durante su estancia constató el trato desigual que se daba a los negros. Esto fue motivo de enfrentamiento con las autoridades coloniales. La comunidad cristiana de la Isla de Mozambique es muy familiar. Está formada, sobre todo, por los chicos y chicas que han venido a estudiar aquí y que viven en los dos hogares de la iglesia católica. El resto de los integrantes de la comunidad, los que participan en la misa dominical, son funcionarios que también han venido de fuera.

Población musulmana

En Mozambique el 35 por ciento de la población se declara católica. Los musulmanes se sitúan en el 30 por ciento. La realidad de la Isla es muy diferente. Aquí todos son musulmanes. La parroquia también atiende algunas comunidades cristianas del continente. Si en la pequeña ciudad insular hay muchas capillas sin culto por la falta de cristianos, las cinco mezquitas del lugar no son suficientes para albergar a todos los fieles mahometanos. Su cementerio también está completo. Han tenido que comprar un vehículo para trasladar y enterrar a sus difuntos en el continente. El responsable de la comunidad musulmana de la Isla, Momade, es un buen amigo del padre Atanasio. No es raro verles juntos charlando en la calle o rezando en cualquiera de sus recintos sagrados. Hoy en la mezquita y el domingo en la iglesia.

Monjas españolas

En la Isla de Mozambique también vive una comunidad de religiosas: Las Franciscanas de la Purísima Concepción. Una congregación fundada por la española Paula de Jesús, en Murcia, a finales del siglo XIX. La comunidad está compuesta por tres religiosas. La hermana Antonia es la primera española que llegó al país. Eso fue hace 18 años, después de toda una vida trabajando como enfermera en hospitales, casas sacerdotales y programas de protección a menores. Desde que llegó a Mozambique ha construido dos hospitales que ha dejado funcionando en manos del gobierno. Aunque está a punto de cumplir 70 años, un día a la semana lo dedica a trabajar gratis en uno de los hospitales. El resto del tiempo lo pasa levantando obras sociales y a atendiendo a las niñas del hogar.

Escuela Femenina de Nacala

Nacala es el puerto natural más grande del oriente africano. Tiene una profundidad de 60 metros y una bocana de 800. El crecimiento económico del país está resultando decisivo para la inversión en infraestructuras. En las obras del nuevo puerto el gobierno y las grandes multinacionales se van a gastar 1.500 millones de dólares. La riqueza mineral que guarda el subsuelo de Mozambique tiene mucho que ver en todo ello. La Escuela Femenina de Nacala es una iniciativa de las Misioneras Combonianas que cuenta con el apoyo de las autoridades eclesiásticas y civiles pero, sobre todo, con el de las familias de la región que querían una escuela secundaria más completa para sus hijas. Aquí se imparten los cursos que van desde séptimo hasta décimo. Las alumnas tienen entre doce y dieciséis años. Una vez que acaban pueden seguir estudiando durante otros tres años el curso de Técnico Profesional en Contabilidad y Gestión. Las chicas, en este caso, están entre los 17 y 20 años. Este año la Escuela acoge 231 alumnas en lo que sería la secundaria y 131 en el curso técnico. En total son 262 jóvenes matriculadas de las que 200 residen como internas en el hogar. La educación en Mozambique, más que un derecho, es un auténtico reto. No todos los pueblos tienen escuela primaria y la secundaria sólo existe en las grandes poblaciones. A esto hay que sumar la escasa formación de los maestros y las desigualdades entre niños y niñas.

Mujeres y pobres

Para ellas es doblemente complicado. Además de superar la pobreza también tienen que salvar el obstáculo del machismo. El esfuerzo que tienen que hacer las jóvenes en Mozambique para estudiar es una auténtica carrera de fondo. Las misioneras combonianas se han tomado muy en serio la promoción de la mujer. En casi todas sus casas han habilitado un hogar donde acoger a las niñas que no podían estudiar porque en su aldea no hay colegio. La escuela femenina de Nacala es la última etapa antes de ir a la Universidad o de insertarse en el mundo laboral.