Enlaces accesibilidad
'La cocina', de Arnold Wesker

Carta de Hettie, camarera de Marango's

  • Como parte del proceso de construcción de sus personajes, los miembros del reparto de La cocina, en versión de Sergio Peris Mencheta, imaginaron una carta de su personaje. Esta es la de Fátima Baeza.

Por

Mamá, sé que eres la hija de una violación, sé que tu madre se casó sin amor con el hombre al que no le importó su embarazo.

Sé que la decencia y la honra han sido siempre lo mas importante para ti.

Sé que para acallar el dolor de tu madre y su deshonra (pobre mujer) has ido a misa todos los días de tu vida.

Sé que sufres todavía por aquello y sé que yo al quedarme embarazada, a la misma edad que tu madre y fuera del matrimonio te causó un duro golpe.

Sé mamá que no lo superas y que no lo has superado pero también me hubiera gustado podido explicarte que yo no hice nada malo.

Que era casi una niña.

Mamá, nunca he sido la mas bonita, ni siquiera guapa, he sido la niña bizca, soy bizca mamá, y siempre se han reído de mi, nunca nadie me ha querido bien o así yo lo he sentido.

Y aquel chico fue el primero que me miro a la cara, y me dijo que estaba enamorado de mí.

Y yo me lo creí mama, quería creérmelo, necesitaba créerlo.

Cuando fui a hacer la comunión me hiciste el vestido mas feo del pueblo.

¿Era la tela mas horrible y mas barata que encontraste?

Te oí como le dijiste a la vecina: - Total para que me voy a gastar el dinero y el tiempo, si la niña con lo fea que es no lo va a lucir.

Esa noche lloré, lloré tanto por no ser bonita, por no merecer tu amor, por haberte decepcionado, por haber hecho algo mal sin saber muy bien el qué.

Noté en tus palabras tanto desprecio, tanta rabia, casi odio contra mí, y yo no sabía que hubiera hecho nada malo.

Llevo toda la vida intentando merecerte, intentando demostrarte que soy buena, que siempre he sido buena.

Pues bien ya que para ti soy mala déjame que te cuente la verdad sobre mí misma.

Ese chico que me dijo que me amaba, me lo dijo para sobarme a oscuras, para saciar sus necesidades, yo lo hacía todo por amor, aquello no me gustaba pero yo notaba que a el le gustaba, así que me dejaba hacer.

Cuando él notó que ya estaba gorda, que tenia las tetas hinchadas (él si que sabia lo que era eso), me dijo, después de abusar de mí en un callejón, ahora lo puedo decir abusaba de mi en un callejón. Me dijo: - Estas gorda, Hettie mirate, eres tan tonta que te has quedado embarazada.

Te crees que un tipo como yo se iba a enamorar de una bizca como tú.

Se subió los pantalones y se fue. Yo me quede allí tumbada chorreando semen.

Sin saber qué hacer, entre el pavor del embarazo y el dolor del abandono, del engaño.

Llegué a casa llorando, me preguntaste que me pasaba, cuando te lo dije me pegaste histerica, histérica.

Golpes golpes llamandome puta, puta.

Esos golpe me calmaban, papá gritaba babeando recordando el trauma de su guerra.

Fui a mi cuarto sangrando por la boca.

Me prohibiste salir.

Y me obligaste a abortar.

Pero la mujer que vino a practicarme el aborto, la que me tenia que meter las agujas de punto se apiadó de mi.

Te dijo que era demasiado joven, que el embarazo estaba muy avanzado, que era demasiado peligroso y que tenía toda la vida por delante.

Cuando nació el bebé, me dijiste que en tres días dejara al niño y que me fuera, que si no mandaba dinero para mantenerlos a los tres, llevaría al bebé a un orfanato.

No sé que dijiste en el pueblo, que había muerto en el parto,supongo.

La deshonra cayó otra vez sobre ti como una losa.

Solo la idea de que yo hubiera muerto te aliviaba.

Así que esa madrugada cuando cogí el autobus para Londres morí para vosotros.

Papa lloraba, pequeñas lagrimas.

- Solo los fuertes sobreviven, me dijo cuando se fue a la guerra, y tu papá, Hettie, es el mas fuerte.

Tres años después volvió medio loco afectado por los gases químicos, hechando baba por la boca y meándose y cagándose encima.

Despedi a mi padre con 4 años como un héroe y a los 7 recibí un despojo al que limpiaba y cuidaba.

Con amor, siempre fue mi papito.

Me fui con la advertencia de mandaros dinero.

Dejé a mi bebe dormido después de haber mamado, mi amor, calentito.

Tan dulce tan tierno, que se dejaba amar y que me miraba con amor o con hambre, no sé, pero con una ternura que nunca más me he vuelto a encontrar.

Y me fui con el alma partida, avergonzada, triste, con miedo, con dolores del parto, con el dolor de abandonar a mi bebe, que lloraría al despertarse.

Abandonaba a mi amor, a mi verdadero amor.

Fui al barrio mas barato, al de las putas, me dijo el conductor del autobus muy amable.

Busqué trabajo en una taberna y me contrataron para limpiar con agua fría durante 12h.

Pero lo peor de todo es que no ganaba dinero suficiente para mandarte.

Entonces mamá un dia que volvia del trabajo, eran las once de la noche, en un callejón un hombre mayor, me confundio con una puta.

Me dijo:- Tengo 4 chelines, y yo le dije vale. - Donde vamos me pregunto, yo le dije:- Aquí en el callejón. Y allí se corrio dentro de mi.

4 chelines mas los 9 que ganaba limpiando todo el dia, 2 que pagaba por la habitación.

A ti te tenia que mandar 25.

Al dia siguiente volvió, me alegre, no olía mal, 4 chelines más.

Al dia siguiente vino con un amigo, 8, y asi me hice una clintela de hombres mayores.

Le pregunté a una puta de la calle cómo hacia para no quedarse embarazada y no coger enfermedades, lavate con una pera de agua con jabón me dijo lavate todos los dias después de la cosa, y también me explico lo de las reglas.

Solo tuve que abortar una vez y lo hice metiendo una pera de desinfectante y veneno para ratas, estuve muy mal pero aun así, seguí atendiendo a mis clientes.

Cada mes eran 25 chelines que tenia que mandarte.

Tenía pánico de que mi hijo acabara en un orfanato, abandonado, solo.

Tenía también la esperanza de que algun dia te apiadarias de mí y me dejarías verlo, abrazarlo. Nunca.

Ya he perdido la esperanza. Ya es un hombre y su madre murió, yo ya me siento también muerta para él.

Te sigo mandando dinero para redimir una culpa que no podré redimir.

Papa ya murió, no pude ir al funeral.

Tu telegrama: Tu padre muerto, ni se te ocurra venir.

Aun me sorprendio y agradecí que me lo comunicaras.

Durante la guerra entré a trabajar en un hospital.

Entré de chica para limpiar a los heridos.

Limpiar las partes intimas de los soldados lo había hecho con mi padre durante años. Sabía hacerlo.

Vaciaba 200 bacinillas con orína y mierda de los soldados, limpiaba 200 culos todos los días.

Alli conoci a Katy ella era enfermera titulada, se dio cuenta de que yo trabajaba a destajo, me pidió que la ayudara.

Me enseñó a limpiar heridas a vendar, y ella se cogía ratos de descanso.

Luego me daba algo de dinero extra por hacerle el trabajo.

Me pidió que la ayudara con los abortos y luego llegaron las pastillas.

Katy es muy espabilada, sé que me engaña, siempre lo ha hecho, pero me compensa, yo también gano.

Un dia paseando agotada al salir del Hospital, vi un cartel en un restaurante, el Marango.

Entré, dije que sabia trabajar de camarera era mentira pero conocia como funcionaba una cocina.

No quería que se me pelaran las manos fregando otra vez.

Aprendi rapido, mirando. El maitre se apiado de mi bajo el pago fisico correspondiente.

Ahora la gente del Marango es como mi familia, vivo mi vida a través de sus historias y entre las pastillas y lo que gano

aquí, vives tú y puedo ayudar a mi hijo con el pago del falso subsidio de orfandad que me inventé.

Y vivo yo. Como como y ceno en el Marango no gasto casi dinero, sigo viviendo en la misma habitación donde las putas.

Ya estoy acostumbrada, la habitación es muy barata y ademas estoy cerca de mis mejores clientas.

Esto es lo que soy mamá, esto es lo que he hecho durante todos estos años.

No hice lo que hice por vicio sino por amor, por pura inocencia.

Me engañaron y creo que ya he pagado el precio de aquel engaño.

Llevo toda mi vida pagando.

Ahora mamá ya siento que puedo empezar a rehacer mi vida.

Espero poder encontrar a alguien que me ame o que por lo menos me aprecie.

Y poder vivir unos pocos pocos años feliz, tranquila, acompañada, perdonada.

Ya casi no soy bizca, solo bizqueo un poco cuando me pongo nerviosa y como llevo gafas casi no se nota.

Te quiero mama por haber cuidado a mi hijo, y espero que un dia me puedas perdonar y quiza quien sabe quererme.

Tu Hettie.

RTVE

anterior siguiente