El laúd también es un instrumento
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El laudista neoyorkino Hopkinson Smith, nacido en 1946, es el anfitrión perfecto para recordarnos, a lo largo de esta semana, que el laúd "también es un instrumento", y no sólo un instrumento barroco.
Con conciertos del Clasicismo, la época en que el laúd entona su canto del cisne, don Hopkinson nos adentrará en terrenos que nos llevarán a temas tan diversos pero tan estimulantes como el difícil arte de la transcripción, el género de la casación, el circuito profesional de los instrumentistas de música antigua o la Corte de Bayreuth, en la que la marquesa Guillermina de Prusia protegió a los últimos grandes del instrumento: Weiss, Falkenhagen y Hagen.
Hopkinson Smith, uno de los tres o cuatro grandes laudistas de las últimas décadas, se graduó por la Universidad de Harvard y se trasladó a Europa en 1973 para estudiar con Emilio Pujol, un gran pedagogo español. A mediados de 1970, participó en la fundación del conjunto Hespèrion XX, donde colaboró durante diez años con Jordi Savall.
Desde mediados de los 80, Hopkinson Smith se ha centrado principalmente en la música como solista en antiguos instrumentos de cuerda pulsada. Actualmente vive en Basilea, Suiza, donde enseña en la Schola Cantorum Basiliensis.
