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VIRAL

Cómo petarlo en redes sin ser nadie

  • El caso de Rafel Cabaliere, el último ganador del premio Espasa de poesía, ha levantado muchas sospechas
  • ¿Se puede premiar a alguien por sus seguidores antes que por la calidad de su trabajo?
  • ¿Es ético comprar seguidores para conseguir tus objetivos?

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Comprar seguidores no es tan sencillo
Comprar seguidores no es tan sencillo

El año 2020 nos está dando cosas muy locas. Una de las últimas es la polémica con el premio 'EspasaEsPoesía' que acaba de galardonar al venezolano Rafael Cabaliere, hasta el momento un total desconocido para el público consumidor de poesía, pero que misteriosamente cuenta con 900.000 seguidores en Twitter y 715 K en Instagram. ¿Estamos ante un maestro del marketing?, ¿El autor en realidad no existe y es un bot?, ¿O simplemente se ha hecho una buena campaña de compra de bots?

La obra de Cabalieri es todo un misterio, casi más que sus seguidores. Pues no se conocía ni en España, ni en Venezuela. Tampoco se sabe si su nombre es un seudónimo o no. Y la editorial dice que el susodicho no concede entrevistas. Todo muy turbio. Además, parte del jurado del premio reconoce que la decisión no fue unánime.

Entonces, ¿de dónde saca su séquito de followers?

Twitter se echó encima de la editorial por otorgar premios en relación al número de seguidores que el autor o autora tenga en redes sociales. ¿Desde cuándo se valora más la repercusión social que tenga un autor en lugar de su calidad, ingenio o creatividad? Muchos se manifestaron en contra de los criterios de selección que en los últimos años parece estar siguiendo la editorial.

Estrategias para conseguir seguidores

La realidad de los influencers a veces no es la que parece o la que nos quieren vender. Se ha demostrado que muchos artistas, equipos de fútbol, políticos o empresas han recurrido a la compra de bots para engordar sus cuentas. Pero, ¿cómo reconocerlo?

Por ejemplo, cuando una cuenta que acumula más de un millón de seguidores y que luego tiene muy poca proporción de likes o muy pocas interacciones en sus publicaciones. Esto no ocurre solo con Instagram. También es común en Youtube, donde es sabido que algunas discográficas compran el número de reproducciones para colar sus lanzamientos en tendencias. Ya lo dice Bad Gyal; “hoy en día lo que venden son los streams.”

Siempre se ha sospechado que Tekashi69,  el rapero antes apoyado por la mafia neoyorkina, conseguía estar en el top con cada tema que lanzaba gracias a la compra de reproducciones. Cierto o no el rumor, el artista recién salido de prisión ha conseguido batir dos records dentro del mundo del hip hop. El primero con ‘GOOBA’, su tema post carcelario, con 43 millones de visualizaciones en 24 horas. El vídeo de hip hop más visto en la plataforma en ese plazo. Y el segundo, el streaming en directo de Tekashi en su Instagram para presentar la canción fue visto por más de 2 millones de personas.

Instagram ya ha tomado medidas anti bots y ha hecho una profunda limpieza eliminando millones de cuentas falsas, de forma que muchos influencers han tenido que ver como adelgazaba estrepitosamente su número de followers.

¿Es tan sencillo comprar bots?

Aunque a priori pueda parecer algo sencillo, lo cierto es que no lo es. Elaborar una campaña de compra de bots es algo complejo, sobre todo si esta es buena. Se necesitan conocimientos informáticos para desarrollar un software que realice dichas acciones. La otra opción es recurrir a servicios de terceros que ya lo tienen montado como negocio. A esto, hay que sumarle que los algoritmos actuales están diseñados para descubrir este tipo de acciones. Son capaces por ejemplo de detectar que un usuario no tiene contactos. Por lo que cada vez es más complicado engañar al algoritmo.

Como usuario seguro te has encontrado en redes y en internet un montón de páginas como Amedia Social que ofrecen este tipo de servicios.

¿Porque hay esta adicción a conseguir seguidores?

La respuesta es simple. Igual que la editorial Espasa habrá visto el negocio en publicar un libro de un autor con tantos seguidores, también lo ven muchas marcas que buscan dar a conocer sus productos a través de perfiles cuyo mérito es el simple hecho de acumular follows. Por eso el tener seguidores es un negocio tan lucrativo. Para muchos en una forma de vida, ya sea por posicionamiento, por prestigio o por negocio. Y para otros incluso, una obsesión.