Raphael vive su "gran noche" en su vuelta al escenario del teatro romano de Mérida
- El cantante ha terminado su concierto de regreso con 'Como yo te amo'
- El público ha dedicado a Raphael una ovación de diez minutos
Elegante, de negro, Raphael volvió anoche a dominar el escenario, tras seis meses apartado por motivos de salud, en un concierto en el teatro romano de Mérida que ha resonado como un canto a la vida y una auténtica muestra de amor a la música.
El artista de Linares siempre ha sabido combatir las adversidades. Tras ser diagnosticado de un linfoma cerebral primario a finales del pasado año, ha vuelto a pisar un escenario en una prueba exigente. Ha interpretado 30 canciones, ante su público, que se ha puesto en pie para aplaudirle al final de cada tema.
Los 2.000 años del teatro emeritense han vibrado con el jienense, que ha salido al escenario para seguir siendo aquel que cada noche se sitúa como un eterno icono de la música.
Ovación inicial y apoteosis final
Raphael ha vuelto y las caveas del teatro romano -en las que no cabía un alma más- han sido testigos de su eterno retorno junto a un público entregado y agradecido, que le ha regalado casi cinco minutos de aplausos antes de iniciarse el concierto.
La gran noche de Raphael ha acabado con una apoteósica ovación de diez minutos y su nombre ya forma parte de la memoria milenaria del teatro.
El caluroso recibimiento inicial podría haberse alargado mucho más de cinco minutos, pero ha sido el propio Raphael quien ha dado orden de empezar el concierto; con los del final no ha podido mandar... el público del Stone & Music Festival de Mérida se lo ha impedido.
La Noche
Con una voz abrumadora, el artista ha iniciado su esperado concierto con 'La Noche', una canción que tiene 58 años y a la que le ha dado sus característicos requiebros de ímpetu, esos vibratos que hacen que la melodía y la voz se muevan como una marea en los oídos del espectador.
Ha acompañado las canciones con sus pasos y sus habituales gestos desafiantes. No son tan enérgicos como los de antes, pero cada uno es una página de la historia de la música.
En algunas canciones, las más íntimas de su repertorio, como 'Si no estuvieras tú', 'Amo' y 'Volveré a nacer', Raphael ha cantado sentado. Diez músicos -un excelente pianista- le han arropado en este regreso.
'Yo sigo siendo aquel', 'Cierro mis ojos', Mi gran noche', 'A veces llegan cartas' y 'Hablemos del amor', entre otras, han permitido al público subirse a ese barco de antaño cuyas velas siguen casi intactas.
Guiños a la chanson
Su guiño más sentido ha sido para la gran dama de la chanson Édith Piaf al interpretar himnos franceses inmortales como 'Padam padam', 'La vie en rose', 'Ja ne regrete rien' e 'Hymn a l'amour'.
Ha cruzado el Atlántico para poner en pie al público con 'Que nadie sepa mi sufrir', de los argentinos Ángel Cabral y Enrique Diezo, y 'Gracias a la vida', de la chilena Violeta Parra.
Cuando parecía que ponía fin con dos clásicos, 'Estar enamorado' y 'Ámame', la sonrisa de Raphael, presente en toda la noche, se ha agigantado aún más para regalar cinco iconos: 'En carne viva', 'Qué sabe nadie', 'Yo soy aquel', 'Escándalo' y 'Como yo te amo'.
"Nadie te amará", ha cantado Raphael y el público lo sabe. Por eso, sigue arropándole a sus 82 años, y el artista responde y seguirá haciéndolo hasta que el cuerpo aguante.