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AC/DC: 50 años de rock and roll entre rumores de retirada

  • La banda australiana llenará dos días el Estadio de la Cartuja de Sevilla
  • AC/DC vuelve a los escenarios ocho años después de su última gira

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La banda australiana se despedirá de España con un concierto en Sevilla

Después de 8 años de ausencia sobre los escenarios, AC/DC ha vuelto. La banda australiana recorre Europa con una gira que llega con años de retraso para presentar a la antigua usanza el disco Power Up que sacaron a la venta a finales de 2020. Ajenos a las tendencias actuales de la industria musical y con su sonido tradicional, AC/DC siguen llenando estadios con su estilo ruidoso, sus ritmos de guitarra basados en un blues distorsionado y acelerado, estribillos pegadizos y unas agudamente inimitables líneas vocales.

Según sus representantes, vendieron un millón de entradas en apenas un día para los 24 conciertos que harán en varios países, con Sevilla como única parada en España. Y es que tanto tiempo sin subirse a las tablas no ha hecho más que amplificar los rumores de que esta puede ser su última gira. Algo que no es descabellado por los 76 años de su cantante Brian Johnson o los 69 del emblemático guitarrista Angus Young. Porque, aunque sus seguidores van a disfrutar de un nuevo concierto como si fuera el primero, darán sentido estricto al término "fanático" y les perdonarán todo: el paso del tiempo ha sido duro para AC/DC.

Ya en la anterior gira, Malcolm Young no pudo tocar afectado de una demencia que después se llevaría su vida en 2017 y una sordera sobrevenida de Johnson por un accidente de coche acabó con el vocalista de Guns N’ Roses, Axl Rose, haciéndose cargo de forma excéntrica de la voz en un recorrido mundial que precisamente había sido el último hasta el pasado mes de octubre cuando regresaron a los escenarios en California. Ciertamente, AC/DC no se podía acabar sin Johnson, el cantante que desde el fallecimiento repentino de Bon Scott en 1980 ha sido la voz de un grupo que ha vendido decenas de millones de discos, incluido el Back in black, considerado el segundo más comprado de la historia tras el Thriller de Michael Jackson.

La banda australiana de rock AC/DC. Patrick Jones

La banda australiana de rock AC/DC. Patrick Jones

Solo dos miembros clásicos sobre el escenario

Recuperado el oído de Brian Johnson gracias a unos dispositivos tecnológicos desarrollados expresamente para él, Angus ha reclutado de nuevo a su sobrino Stevie (otro Young) para hacer el papel del fallecido Malcolm y toda la base rítmica es nueva. El batería Matt Laug (Alice Cooper, Slash's Snakepit o Alanis Morissette) sustituye a su clásico percusionista Phil Rudd y el bajista Chris Chaney (Jane’s Addiction, Slash) asume las cuatro cuerdas tras la jubilación de Cliff Williams, que marcó el ritmo de AC/DC desde 1977 y que ya no tiene ganas de pasarse meses fuera de casa.

Precisamente Williams fue el sustituto de Mark Evans, que publica estos días en España su libro Dirty Deeds - Actas profanas (Libros del Kultrum) en el que repasa su vida y, sobre todo, su paso como miembro de unos iniciales AC/DC. Fue su primer bajista estable y estuvo en la grabación de grandes clásicos como Dirty Deeds Done Dirt Cheap y Let there be Rock, con canciones que son imprescindibles aún hoy en los repertorios del grupo en vivo.

En conversación con el programa El vuelo del Fénix de Radio 3, Evans recuerda que desde el primer ensayo tuvo muy claro que aquella era una banda especial: “Desde el primer día, cuando tenía 19 años, tenía muy claro que quería estar ahí. Era una banda de rock and roll. Se notaba esa energía con las guitarras de Malcolm Young y Angus Young y, sobre todo, con Bon Scott, que le daba una gran fuerza sobre el escenario”. Recuerda Mark Evans que, “aunque no se puede comparar a un grupo de veinteañeros con lo que es hoy AC/DC, la energía sigue ahí". "He buscado los vídeos de sus primeros conciertos de la gira en Alemania y lo que hacen es realmente magnífico. Suenan de maravilla. Solo tengo respeto por lo que han conseguido y lo que hacen hoy”, asegura. 

Y aunque no ahorra la mueca cuando le preguntamos si le hubiese querido hacer esta gira, sí que tiene claro que “como muchos fans viejos me habría gustado que estuvieran Phil en la batería y Cliff al bajo, aunque los nuevos músicos hacen un gran trabajo y sigue siendo una gran banda que hay que respetar”. Y cuando se le cuestiona cómo era ser parte de un grupo como AC/DC recuerda que "era puro rock and roll". "Nos fuimos a vivir a Londres para poder entrar en los mercados británico y europeo, vivíamos juntos y era una banda bastante justa en lo salarial. Todos cobrábamos lo mismo, pero las canciones las escribían Malcolm y Angus, a veces Bon también. Pero como me dijo un técnico del grupo,'esta es la banda de Malcolm y él decide'.

Después de varias discusiones con Angus, a Mark Evans le despidieron el día de su cumpleaños en 1977 y asegura que, aunque le dolió mucho, con el paso de las décadas ha entendido que "si no era la persona adecuada para ellos, no tenía que estar ahí dentro. No me gustó que cuestionaran entonces mi compromiso con el grupo y es verdad que yo podría haber hecho las cosas mejor, pero ya está. Aquello se acabó y hoy sigo siendo un gran fan. Realmente espero que sigan muchos años más, ¡que los bendigan!".

Hasta Sevilla llegarán miles de seguidores del grupo australiano que saben a lo que van. Aunque quedan algunas entradas a la venta para las dos fecha, el estadio de la Cartuja se va a llenar de veteranos y probablemente de sus descendientes también. A pesar del elevado precio de las entradas, todos esperan ver esa muralla de pantallas amplificadoras que dan un volumen ensordecedor a auténticos clásicos del rock and roll. Una noche que será para disfrutar de esa energía que AC/DC lleva por bandera desde hace medio siglo sin saber si será la última con un repertorio lleno de himnos como Highway to hell, Back in black, Thunderstruck o You shook me all night long.

Todos saben que serán dos horas intensas, casi sin pausa; que Angus saldrá con su uniforme de colegial y no parará de tocar y de recorrer el escenario para quedarse prácticamente desnudo; que una campana gigante descenderá del cielo para introducir Hells Bells y que todo acabará con una salva de cañones de pirotecnia en For those about to Rock. Una noche de la que, a pesar de saberse el guion de memoria, todos van a disfrutar como si fuese el primer día.