Enlaces accesibilidad

Renovables sí, ¿pero así?: el ecologismo se divide entre acelerar o frenar las grandes plantas solares y eólicas

  • En algunos territorios, como en la Comunidad Valenciana, esta disputa ya se ha cobrado sus primeras víctimas políticas
  • Los críticos alertan del impacto de estas plantas en la biodiversidad y sus defensores las ven necesarias en la lucha climática

Por
Aerogeneradores en Villanueva de Huerva (Zaragoza)
Aerogeneradores en Villanueva de Huerva (Zaragoza)

A medida que España avanza en la transición hacia las energías renovables, el debate sobre el impacto en el territorio de los grandes parques eólicos y fotovoltaicos va subiendo de tono. Algunos sectores del ecologismo, partidos y organizaciones ciudadanas piden reducir el ritmo de la implantación de estas plantas en zonas de alto valor ambiental o agrícolas, en un momento en el que la guerra de Ucrania y el impulso europeo a las energías limpias han provocado un aluvión de solicitudes para su instalación.

La tensión que rodea a las renovables ha llegado hasta el punto de que dos de las películas más aclamadas del cine español este año, Alcarràs y As bestas que genera la implantación de la solar, en el primer caso, y de la eólica, en el segundo.

"Nos parece bien que haya energía renovable, no nos gustan los combustibles fósiles ni la nuclear, pero creemos que tienen que estar localizadas en los territorios donde no generen un impacto importante", explica a RTVE.es Alberto Matarán, profesor de Urbanismo y Ordenación del Territorio en la Universidad de Granada y miembro de la Alianza Energía y Territorio (ALIENTE).

Esta coordinadora agrupa a más de 200 asociaciones locales que a lo largo del territorio español advierten de cómo las grandes plantas eólicas y solares, instaladas sin una evaluación ambienta correcta, pueden perjudicar a los ecosistemas y amenazar a especies ya vulnerables. Una reivindicación resumida en el lema "renovables sí, pero no así".

¿Paneles y molinos en ciudades en lugar de en el campo?

Proponen, en lugar de recurrir a zonas naturales o agrícolas, implantar placas fotovoltaicas en núcleos urbanos, sobre todo en los tejados de los edificios -autoconsumo-, y "zonas degradadas", como aquellas de uso industrial, vertederos, minas abandonadas, invernaderos o canales, entre otros.

Un informe publicado esta semana por ALIENTE y el Observatorio de la Sostenibilidad calcula que existen 300.000 hectáreas con estos usos disponibles para instalar placas solares, lo que permitiría instalar 181 GW y producir 272.000 GWh/año, más que el consumo eléctrico de España en 2021. El plan del Gobierno es instalar 60 GW de renovables de aquí a 2030, lo que generaría el 74% de toda la electricidad del país.

Otros grupos ecologistas, como SEO Birdlife, no son contrarios de primeras a las plantas en zonas agrícolas o naturales, aunque consideran que esta debe ser la "última parte" de toda una estrategia de transición y no deben concentrarse en pocas zonas, como está ocurriendo en la actualidad, según señala Ana Carricondo, coordinadora de Conservación en esta organización.

"La solución no puede ser única. Para empezar, tenemos que reducir el consumo de energía, vía ahorro y eficiencia. Después, poner el foco en cuánto se puede generar en en suelo urbano e industrial" y al final, cubrir la parte restante con la generación renovable en suelo rústico, pero eso sí, "con una ordenación del territorio adecuada" y enfocado a las comunidades energéticas y no a "grandes proyectos de grandes compañías", subraya Carricondo.

Placas en tejados: un avance, pero insuficiente en la transición energética

Frente a estos sectores, se sitúan quienes defienden las instalaciones renovables de gran tamaño, necesarias -aseguran- para llevar a cabo una transición energética que evite lo peor del cambio climático. "Los estudios científicos nos dicen que podríamos sacar hasta en torno al 30% de nuestra electricidad con autoconsumo en cubiertas. Es un montón, pero ese potencial es limitado", señala Eloy Sanz, profesor de Ingeniería Energética en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

"Es una baza que no hay que perder y hay que darle todos los beneficios que se pueda, sobre todo en las gestiones de tramitaciones, que son las que lo limitan", apunta, "pero eso no impide que de manera simultánea, y esto es importante, se puedan hacer el resto de avances que tenemos que hacer, porque no podemos esperar diez años a ver cuántos tejados se han cubierto".

Sanz investiga, junto a la Fundación Ecología y Desarrollo (ECODES), proyectos "ejemplares" en los que las renovables conviven con las actividades agrícolas y ganaderas tradicionales o benefician a la biodiversidad. Pone el ejemplo de los parques solares en Murcia que han sustituido a zonas de regadío que contribuían a la asfixia con fertilizantes del Mar Menor. "Entre panel y panel hay huecos, y en esos huecos está todo lleno de naturaleza", reivindica.

En la misma línea se pronuncia José Donoso, director general de la Unión Española Fotovoltaica, principal asociación empresarial del sector. "Nuestra tecnología es positiva para el medio ambiente, no solo porque evitamos la emisión de CO₂, sino porque nuestras plantas, con las medidas que estamos impulsando, se convierten en unas reservas integrales de la naturaleza", subraya.

La UNEF ha presentado un "sello de excelencia" para premiar aquellas instalaciones respetuosas hacia el entorno, como por ejemplo las que creen muros vegetales para evitar el impacto visual, las que potencien la renaturalización "a través de la instalación de nidos para aves u hoteles para insectos" o bien que sean reversibles y una vez termine su vida útil se puedan desmontar. "Con todas estas medidas, la biodiversidad es mayor que fuera", insiste Donoso.

Apiario solar: un nuevo modelo agro voltaico en el que conviven panales de abejas y paneles

Primeras víctimas políticas por apostar por las grandes plantas renovables

El debate ha alcanzado el terreno institucional, con algunos partidos, como Vox, Compromís, la CUP o Teruel Existe, opuestos a la instalación de parques renovables de gran tamaño, e cluso se ha cobrado sus primeras víctimas políticas. Pedro Fresco, director general de Transición Ecológica de la Generalitat Valenciana y firme defensor de la expansión de las energías verdes, fue destituido a principios de este mes por la consellera Isaura Navarro, del partido valencianista.

Compromís había defendido anteriormente un plan de renovables bautizado como "Empecemos por el tejado", en el que primaba la instalación en autoconsumo y rechazaba las macroplantas. Fresco criticó duramente el proyecto tras su destitución: "No se puede hacer la transición energética con solo fotovoltaica en el tejado, es una barbaridad técnica. La postura que defiende Compromís roza la anticiencia", señaló en una entrevista en la Cadena SER.

Precisamente la Comunidad Valenciana es una de las autonomías donde menos energías renovables se han instalado en los últimos años, junto a Cataluña, Madrid y el País Vasco. "Hay un cierto egoísmo", por parte de estas comunidades, denuncia Donoso. Cree que aquellas regiones donde sí se ha avanzado rápidamente en la expansión de la fotovoltaica, como Extremadura o Castilla-La Mancha, tendrían que recibir compensaciones de las que "no están contribuyendo a este esfuerzo común en la descarbonización".

El polémico reglamento de Bruselas para reducir la protección ambiental

En el centro del debate están las evaluaciones de impacto ambiental previas a la instalación de los parques, suficientes para unos y poco rigurosos para otros. En las últimas semanas, los ministros de Energía de la UE han debatido si relajar la protección de la naturaleza para acelerar la implantación de las renovables. Sería "un paso atrás sin precedentes que pondría en riesgo la conservación de la naturaleza", denuncian en un comunicado conjunto Ecologistas en Acción, Greenpeace, WWF, SEO Birdlife y Amigos de la Tierra.

"Entendemos la urgencia de avanzar en las renovables y en la reducción de emisiones, pero no se puede hacer matando moscas a cañonazos. Lo que se pretende es declarar como proyecto de interés público de primer orden cualquier proyecto de energías renovables, y eso deriva en una rebaja de las garantías ambientales", expone Carricondo.

También se han pronunciado en contra más de 450 científicos españoles, que en una carta piden a los ministros europeos dar marcha atrás en la modificación del reglamento que se debate en Bruselas. "No debemos proteger un bien dañando otro. La implantación de las energías renovables puede llevarse a cabo sin poner en peligro la biodiversidad", reclaman. Incluso aquellos partidarios de implantar con velocidad estas energías, como Sanz, defienden que "la evaluación de impacto ambiental que se haga tiene que ser escrupulosa" y no debe rebajarse "ni un milímetro".

El Gobierno español mostró también en un primer momento su oposición a esta medida. "Creemos que es un texto confuso, desequilibrado y que puede llevar a una gran litigiosidad por parte de promotores de renovables y de defensores ambientales", denunció la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera.

Más de 30.000 colisiones de aves contra molinos

Pero incluso sin modificar el reglamento europeo, los críticos con las macroplantas advierten del impacto que ya están teniendo algunas instalaciones. En los últimos 25 años, se han registrado más de 30.000 colisiones de aves contra estos molinos eólicos en aquellas provincias con más aerogeneradores, según los datos recogidos por investigadores de la Universidad Miguel Hernández de Elche y la Estación Biológica de Doñana del CSIC.

Las alas de los molinos afectan sobre todo a rapaces y a especies amenazadas como águilas imperiales ibéricas, alimoches o milanos reales, aunque el animal más afectado es el buitre leonado, registrándose más de 9.000 colisiones. "Está afectando a especies insignia de nuestro territorio", resume Matarán.

En el caso de los grandes parques fotovoltaicos, su mayor afección es sobre el hábitat de aves esteparias, como avutardas, sisones, gangas y ortegas, que encuentran en nuestro país las mayores poblaciones de Europa o incluso de todo el mundo y han visto su población diezmarse a gran velocidad en los últimos años.

Sanz recuerda que "la solar tiene muchísimo margen de maniobra" y si se observa que una planta puede afectar a una zona de especial importancia para las aves, se puede trasladar a otro lugar cercano, "porque más o menos el sol da por igual en toda una provincia".

El problema, continúa, viene con la eólica, porque "moverte un kilómetro puede hacer que dejes de tener absolutamente el recurso que tenías y deje de ser rentable poner el aerogenerador". En ese caso, la solución que se ha demostrado más efectiva para evitar la mortalidad de aves es parar manualmente el funcionamiento de las aspas en cuanto se aproximan estas especies, algo que se hace en el parque eólico más antiguo de España, el de Tarifa, en una zona migratoria de aves al situarse en pleno estrecho de Gibraltar. "Esto se hace y se puede hacer. Lo que pasa es que hacer las cosas bien nos cuesta un poco más de dinero que hacerlas mal", puntualiza.