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La generación perdida de la pandemia: jóvenes sin emancipar, en el paro o con empleo temporal

  • Solo un 15,8% de la población entre 16 y 29 años se ha emancipado en 2020, la tasa más baja en dos décadas
  • La recuperación tras la crisis del coronavirus no llega a los jóvenes, con una tasa de paro que dobla la general

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Los jóvenes tienen que dedicar más de un 90% de su sueldo al alquiler para independizarse
Los jóvenes tienen que dedicar más de un 90% de su sueldo al alquiler para independizarse

La población joven en España no partía de buenos datos de emancipación o de empleo en España antes de la pandemia, pero la irrupción del coronavirus y la crisis económica no ha hecho más que empeorar la situación de la franja de edad de entre los 16 y los 29 años. Cada vez son menos los que se pueden permitir vivir fuera de casa de sus padres: la tasa de emancipación ha caído en 2020 casi tres puntos porcentuales, del 18,6% al 15,8%, lo que la sitúa como la más baja desde 1999, y la edad media sube hasta los 29,8 años, una de las más altas de la Unión Europea.

Son datos que se desprenden del último informe del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España, que muestra cómo la población joven fue uno de los colectivos "más afectados por la recesión económica" y que además, está siendo de los menos beneficiados por la recuperación posterior. Una recuperación que tampoco está siendo homogénea por sectores de actividad, clases sociales o territorios.

Uno de los datos más representativos para valorar el impacto de la crisis es la tasa de emancipación, que ya venía cayendo progresivamente desde 2008, con la gran recesión, y que no mejoró a pesar de la recuperación de estos últimos años. Si antes de la explosión de la burbuja inmobiliaria se situaba en el 26,1%, desde 2016 no ha superado el 20% y en el último trimestre se ha desplomado para situarse por debajo del 16%.

Entre las causas, el informe apunta a la precariedad laboral y a un difícil acceso a la vivienda, especialmente la de alquiler, cuyo precio se ha disparado en los últimos años. Con un salario medio de 969,51 euros netos al mes, una persona joven asalariada podría asumir, sin destinar más del 30% de su sueldo, un alquiler de 290,85 euros, muy lejos de la renta media en España, de 888,00 euros al mes.

La situación empeora en las grandes ciudades. El pago de un mes de alquiler en la Comunidad de Madrid "requeriría más de la totalidad del salario de una persona joven (102,6 % de sus ingresos)", advierte el informe. En Cataluña la diferencia es aún mayor: una persona joven que se quiera independizar debería dedicar el 112% del salario al alquiler.

Para la vivienda en propiedad, la situación es algo mejor, pero sigue siendo inasequible. La brecha entre el sueldo de una persona joven y el precio de mercado de la compra es del 83,7% y un 205,3% en caso del alquiler. Esta brecha se ha reducido ligeramente en 2020, en parte por la bajada de los precios, aunque esta última no se ha visto compensada por la situación laboral general.

En general, la gran mayoría de los jóvenes (57,5%) optan por el alquiler a la hora de independizarse, a pesar de tener que dedicar el 91,6% de su sueldo si se mudan en solitario. Un 18,8% lo hicieron mediante la compra de una casa, una opción a priori más económica -destinarían el 55,1% de su salario-, pero también restrictiva por las condiciones de acceso a la hipoteca y el precio de la entrada.

El desempleo entre jóvenes dobla la tasa general

Además de la vivienda, la otra gran causa que dificulta la emancipación es el desempleo juvenil, uno de los más altos de Europa. En 2020 la tasa de empleo entre la población de 16 a 29 años se redujo en casi cinco puntos respecto al año anterior, una caída mucho mayor que la de los mayores de 20, que bajó solo un 1,7%.

Mientras que entre los mayores de 30 la tasa de paro en el último trimestre del año fue del 16,1%, para los menores de esa edad fue del 30,2%. Entre el segundo y el cuarto trimestre, para la primera franja el desempleo aumentó en menos de un punto, pero para los jóvenes el incremento fue de 6,4 puntos porcentuales.

El crecimiento del empleo para los jóvenes es, además, generalmente temporal, una tendencia previa a la pandemia que la crisis del pasado año agudizó. Entre el segundo y el cuarto trimestre del año pasado la tasa de contratos temporales pasó del 49% al 52% entre los jóvenes asalariados, mientras que entre los mayores de 35 años la tasa se situó en el 18,4%.

Esta temporalidad, sin embargo, no ha sido exclusiva de la franja de edad más joven. De entre los nuevos contratos registrados en el último trimestre de 2020, el 92% de los que firmaron los jóvenes eran temporales, mientras que para los mayores de 30 la tasa es del 90,5%.

Una de las novedades de 2020 es que aumentaron los llamados jóvenes potencialmente activos, aquellos que están disponibles para trabajar inmediatamente (en un margen de no más de quince días) pero no buscan empleo. Parte de ellos, las "personas desanimadas", argumentan que no lo hacen porque consideran que no lo van a encontrar. En total, suponen el 3,6% de todas las personas jóvenes inactivas, una tasa reducida, pero que se ha doblado respecto a 2019.

Una emancipación desigual por territorios y por género

Aunque la tasa de jóvenes emancipados es baja en toda España, hay grandes diferencias entre comunidades. Destaca Cataluña, donde a pesar de tener unos de los precios de la vivienda más altos, la tasa de emancipación es del 18,6%, la mayor del país. Le siguen las Islas Baleares, Extremadura y la Comunidad Valenciana, las tres por encima del 17%.

Madrid, también con precios de la vivienda disparados, tiene una tasa mayor que la media, un 16,7%. Cierran la lista Cantabria, Castilla-La Mancha y Andalucía, todas ellas entre el 12% y el 13%. En el caso de la comunidad manchega, el informe destaca que, a pesar de tener un coste de la vivienda asequible para los jóvenes, la tasa de abandono del territorio es muy alta: un 14,3% trasladó su residencia a otra autonomía el año pasado.

Algo que apenas ha cambiado en los últimos años es la brecha entre las mujeres y los hombres jóvenes que se van de casa de sus padres. Mientras que en el mejor momento, previo a la crisis de 2008, casi un 31% de las mujeres se independizaba, solo lo hacía un 21,5% de los hombres. Los últimos datos, del cuarto trimestre de 2020, muestran que casi un 20% de las jóvenes viven por su cuenta, lejos del 12% de los hombres.