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Cómic

'Warburg & Beach', dos visionarios que reimaginaron las librerías y bibliotecas

  • Dos vidas dedicadas a los libros que protagonizan el nuevo cómic de Jorge Carrión y Javier Olivares
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Detalle de la portada de 'Warburg & Beach'
Detalle de la portada de 'Warburg & Beach'

En las primeras décadas del Siglo XX la librera estadounidense Sylvia Beach (1887-1962) y el historiador alemán Aby Warburg (1866-1929) crearon dos revolucionarios proyectos intelectuales: la librería Shakespeare & Company en París y la biblioteca Warburg en Hamburgo, que cambiarían la relación entre los escritores y sus lectores, entre la literatura y el arte. Por eso el escritor, guionista de cómics y crítico literario Jorge Carrión (Los vagabundos de la chatarra, Los muertos) y el Premio Nacional de Cómic Javier Olivares (Las meninas, La Cólera) les han dedicado un bellísimo homenaje con la novela gráfica Warburg & Beach (Salamandra Graphic)

Jorge Carrión confiesa que este libro surgió “como una especie de conjunción entre haber leído Las Meninas, que es una novela gráfica histórica extraordinaria, proponer a Javier hacer un proyecto sobre Shakespeare y Cervantes, que se convirtió en un librito de Nórdica, y mi interés desde hace muchos años en las librerías que, en los últimos años, se ha ampliado a las bibliotecas”.

“Estudiando esos elementos -añade el guionista- me dí cuenta de que los proyectos literarios de Sylvia Beach y Aby Warburg eran complementarios, porque lo que crean son nuevas formas de hacer visibles los libros y de crear diálogos entre los libros, los autores, y el público”.

Un interés, por unos proyectos que fueron revolucionarios, que comparte el dibujante Javier Olivares: “A mí me parece un proyecto fascinante en todos los sentidos, empezando por los personajes. También me interesó mucho poder jugar con el formato (es un libro-acordeón), porque la reivindicación de los libros no es solo por su importancia cultural sino también porque son un elemento que sigue sobreviviendo en el Siglo XXI. Y la idea de usar el objeto como parte del discurso. El libro en sí es tan importante como lo que contiene y por eso lo hemos desarrollado de esta manera tan especial. Es una forma de narrar que sólo se podía conseguir con un libro muy especial”.

Páginas de 'Warburg & Beach' en las que vemos el efecto acordeón

“La historia de las librerías es la historia de las grandes libreras”

El libro no solo se centra en estos dos personajes sino que habla sobre muchísimos escritores e intelectuales y también del movimiento feminista. Por ejemplo, el prólogo está protagonizado por la escritora Mary Wollstonecraft (1759-1797), pionera del feminismo, una de las primeras críticas literarias, autora del libro Vindicación de los derechos de la mujer (1792) y madre de la escritora Mary Shelley (Frankenstein). Y nos descubre la importancia que tuvo en su carrera su editor, Joseph Johnson (1738-1809).

“La primera idea fue trabajar en paralelo las vidas de Beach y Warburg –asegura Jorge-, pero luego nos dimos cuenta de que el diálogo entre lo femenino y lo masculino de esa época se podía enriquecer con otras historias sobre hombres y mujeres unidos por los libros. Yo ya conocía la historia de la gran librera de Nueva York, Frances Steloff (1887-1989) y su colaboración con el artista Marcel Duchamp (1887-1968) y completamos el cómic con Mary Wollstonecraft y Joseph Johnson”.

“De ahí que el proyecto, que había nacido como una investigación sobre la forma en la que Beach y Warburg creaban nuevas relaciones entre los libros y los lectores, se enriqueció con un discurso más profundo sobre las relaciones entre hombres y mujeres en el mundo de la cultura. Y con esa especie como de genealogía de la mujer de letras moderna, que podía empezar con Mary Wollstonecraft y seguir con la librera y poeta Adrienne Monnier (1892-1955), continuar con Sylvia Beach, Frances Steloff y con guiños a Virgina Wolf y a otras escritoras, artistas e intelectuales. Queríamos hacer visible el talento femenino y su importancia en la historia de la cultura. Algo que ya hice en mi libro Librerías (Anagrama), hace ocho años, en donde dejaba claro que la historia de las librerías es la de las grandes libreras del Siglo XX. Aunque en este libro ampliamos el foco a escritoras, artístas…”.

Páginas de 'Warburg & Beach'

Sylvia Beach editó un solo libro: El ‘Ulises’ de Joyce

Sylvia Beach también ha pasado a la historia por editar un solo libro, pero qué libro: el Ulises, de James Joyce. “Por un lado está el mito y por otro la realidad –asegura Jorge-. El mito es que fue maravilloso y una experiencia histórica publicar la novela más famosa del Siglo XX. Pero la realidad es que Joyce era muy pesado, insoportable y difícil. Y en algún momento confundió a su editora con su secretaria, por lo que debió acabar bastante harta del ego de los supuestos genios. Y ahí decidió ser la editora de un solo libro”.

Lo de hacer firmas, conciertos o presentaciones en librerías parece algo muy de esta época pero ya lo hacía Sylvia Beach (que fue la segunda librera de París), como nos cuenta Javier Olivares: “Conocía la historia de la librería Sakespeare & Company, pero sobre todo a partir de la segunda etapa, cuando la cogió un norteamericano y usó el mismo nombre. Pero yo creo que la época de Sylvia coincidió con un gran movimiento de escritores alrededor de París, que acabaron confluyendo en su librería y a los que casi acogió como una madre. Me parece una época maravillosa”.

Era como una especie de librería-museo –añade- Jorge. Prestaba libros, hacía exposiciones… era lo que ahora se llama un centro cultural o transcultural y polifacético. Algo que deja ya claro Irene Vallejo en El infinito en un junco, cuando explica que la Biblioteca de Alejandría era un museo, academia, centro de estudios, lugar de rituales… La cultura siempre ha sido polisémica, abierta, multicultural, inclusiva… y hay que recordar que no hay esencias culturales, sino que todos los proyectos culturales han sido transgénero y múltiples”.

Páginas de 'Warburg & Beach'

Sylvia acabó en un campo de concentración por no vender un libro a los nazis

Hay dos escenas de la historia de Sylvia realmente emocionantes. La primera cuando, en el París ocupado, no quiso vender a un nazi su último libro de Finnegans Wake, de Joyce. Una anécdota que terminó con Sylvia en el campo de internamiento de Vittel (aunque antes consiguió ocultar toda su librería para que no la expoliaran los nazis). “Me parece muy heroico plantarse, en el París ocupado, delante de un oficial nazi y no venderle un libro diciéndole que le daba igual lo que le pasase -asegura Javier-. Y lo que pasó es que acabó seis meses en el campo de concentración. ¡Me parece realmente impresionante!

“Creo que es el punto en el que la biografía de Sylvia cambia –continúa el artista-. Pero Sylvia consiguió salvar su librería de una forma parecida a como Warburg logró salvar la suya, también de los nazis. Ambos vieron como el nazismo truncó sus estupendas trayectorias pero, de alguna forma ambos también se salvan”.

La otra escena que nos ha maravillado del cómic es cuando Hemingway liberó la librería de los nazis y luego hizo lo propio con el bar del hotel. “Es una de las pocas escenas que repito de Librerías –asegura Jorge-. Me gusta tanto que no he podido evitar repetirla. Hemingway es un personaje fundamental en la historia de Sylvia Beach y, como decía Javier, entre los puntos de conexión entre los dos proyectos de Beach y Warburg es que ambos son clausurados por culpa de los nazis. Pero dentro de lo que cabe, ambas historias tuvieron un final feliz, en el caso de Beach gracias a Hemingway”.

Páginas de 'Warburg & Beach'

El lenguaje contemporáneo de Aby Warburg

Aby Warburg fue un historiador alemán y fundador de la Biblioteca de Estudios Culturales de Warburg. Pero… ¿por qué fue tan revolucionaria esa biblioteca? “Creo que las figuras de Aby Warburg y Walter Benjamin (1892-1940) son afines -asegura Jorge-. Y son los dos pensadores más leídos y reivindicados de estos últimos años. Benjamín porque era un gran escritor, y no solo un gran filósofo y Warburg porque creó su propio lenguaje artístico, no tanto a través de sus textos, sino a través de su famoso Atlas Mnemosyne (desdoblamiento visual de su biblioteca)”.

“Lo que hemos querido hacer –añade el guionista- es un homenaje a ese Atlas y dialogar con él a través del lenguaje del collage, del cómic… El modo en que él nos enseñó a mirar las relaciones entre las imágenes… desde los ecos, la metáfora, las afinidades… es un sistema de lectura visual muy parecido al que propone Google Imágenes o el Visual Thinking. Es un lenguaje totalmente contemporáneo, muy visionario. Por eso hacemos un homenaje a ese método, porque sus posibilidades son infinitas”.

Páginas de 'Warburg & Beach'

Una obra de arte

Destacar el excelente trabajo de Javier Olivares que sabe adaptar su estilo a cada libro, como ya nos demostró en Las Meninas o La Cólera. “El formato acordeón fue idea de Jorge -confiesa-, que entendió que esta historia debía ir más allá de la reivindicación de los personajes y reivindicar el propio objeto. Yo nunca había hecho algo así. Alguna vez había usado esa idea de friso narrativo, pero nunca había trabajado este formato tan peculiar e interesante, que te cambia la cabeza a nivel narrativo. Dejas de estar supeditado a la página encuadernada por el mismo lugar y las páginas se relacionan de forma diferente porque están juntas de verdad. Y eso también cambia la manera de dibujar”.

No es una relación intuida entre las páginas sino una relación física real -añade el dibujante-. Lo que me permitió jugar con compartir momentos y gráficas. Cuando despliegas el libro ves que hay espacios y personajes interrumpidos por cómo está doblado, pero que al desplegarse se muestran. Por eso las dos partes del libro, la de Sylvia y la de Warburg, exploramos esa narrativa continua, como de friso”

“La parte de Beach es mucho más rígida -continúa- porque tenemos una zona central que es una especie de panorama de edificios y fachadas, porque la fachada de las librerías es fundamental, los espacios… Pero la historia de Warburg, es muy diferente porque me influyó esa forma que tuvo de organizar su librería y de colocar los libros, que no tenía una lógica alfabética sino de ecos, relaciones… algo que tiene que ver con la iconografía. Por lo que yo imité o seguí su forma de organizar para contar la historia de una forma mucho más libre. La narración se desarrolla a partir del propio formato. Y se forma una música narrativa muy diferente. La narrativa de Beach es más cuadriculada, mientras que la de Warburg es más fluida. Pero eso tiene mucho que ver con cómo eran los dos”.

“Los libros son siempre los que me dicen qué tengo que hacer -continúa-. Beach para mí era París en los años en los que transcurre la historia y esas fachadas de librerías de la época condicionan la historia. Para Beach tenía que desarrollar una narrativa y una plástica más convencional. Esa parte es más convencional, desde la forma de las viñetas al uso del color. La audacia narrativa es la de la estructura, la del friso, pero los dibujos son más convencionales, para que no haya una colisión entre una narrativa difícil y un dibujo complicado”

“En cambio la parte de Warburg, al ser más libre, me permití trabajar de una forma más libre e incluso sin lápiz, como si fuera un collage. Trabajando todo por trozos y luego conjugando esos pedazos en una imagen. Trabajando con los distintos elementos visuales y viendo cómo se relacionaban entre ellos. Son dos formas de trabajar completamente diferentes porque cuando dibujas a lápiz fijas el dibujo, ya no hay sorpresas, pero con el collage hay un punto de peligro, porque hasta que no acabas la imagen no sabes lo que estás haciendo. Me ha gustado mucho y pienso seguir con esta técnica, porque tu propio trabajo te va sorprendiendo”.

Jorge Carrión y Javier Olivares posan con el maestro del suspense

El futuro de las librerías

Para acabar preguntamos a Jorge Carrión cómo cree que podrían reinventarse las librerías, siguiendo el ejemplo de Sylvia Beach. “Lo interesante de esta crisis es que casi no ha afectado a las librerías, que han tenido un apoyo masivo. Y que el mercado de los libros no se ha visto tan afectado como otros e incluso ha salido fortalecido”.

“Pero la lección que saco de esas pioneras de las librerías es que el camino de Beach, Steloff o Monier sigue siendo el bueno -añade Carrión-. Estoy convencido de que ellas harían presentaciones por zoom (como esta entrevista) e inventarían nuevas formas de cohesionar a su comunidad”.

“Lo que sí que creo que nos enseñaron, y muchas librerías no hacen, es a apoyar a sus creadores más radicales, atrevidos, vanguardistas… si nos fijamos en sus librerías, vemos que apoyaron la poesía y la novela más experimental de su época. Y eso es algo que deberían recordar las librerías de ahora. Aunque hay algunas excepciones que apoyan la literatura que inventa futuros. La literatura bestseller no tiene capacidad de inventar futuros y si queremos que dentro de cincuenta años alguien haga proyectos sobre las librerías de esta época, tenemos que pensar en futuros tan innovadores como los de Beach o Warburg” -concluye-.

Portada de 'Warburg & Beach'