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¿Es posible una reunión navideña segura? Calcula el riesgo de contagio

El riesgo cero no existe desde el momento en que decidimos pasar las fiestas navideñas con familiares o allegados con los que no convivimos. A continuación, se pueden calcular las probabilidades de infección por coronavirus durante una reunión en un espacio cerrado si en el grupo hay una persona contagiada de COVID-19 sin saberlo.

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Reuniones navideñas: cómo afrontarlas de forma segura
Las mascarillas, la ventilación y otras medidas son claves para afrontar las reuniones navideñas de forma más segura.

Las comidas y cenas que los españoles estamos deseando compartir estas Navidades en un año tan duro como este 2020 son un escenario peligroso en pleno recrudecimiento de la pandemia. Si decidimos pasar la Nochebuena o la Nochevieja con personas diferentes a aquellas con las que vivimos el resto del tiempo, los típicos encuentros con familiares o amigos en una casa son un riesgo real, aunque estén reducidos por los criterios establecidos por las administraciones y se adopten medidas de protección.

Elige entre las opciones

Personas
Mascarillas
Ventanas
Tiempo hablando
Volumen de voz
  • 6 personas 20m2

  • 10 personas 40m2

  • 15 personas 40m2

  • Con mascarillas
  • Sin mascarillas
  • Ventana cerrada
  • Ventana entreabierta
  • Ventilación 10 min. cada hora
  • Corto (2:30 h)
  • Largo (4:30 h)
  • Voz normal
  • Voz alta (gritar, cantar)
personas infectadas

probabilidad de ser infectado por aerosoles

  • Personas:
  • Mascarillas:
  • Ventanas:
  • Tiempo hablando:
  • Volumen al hablar:

La herramienta interactiva que acompaña a esta información permite comprobar cómo se propaga por aerosoles el coronavirus en una habitación cuando hay una persona portadora de la enfermedad que interactúa con otras.

El simulador muestra tres tipos de reuniones: una de seis personas, otra de diez -que coinciden con las horquillas que han establecido las administraciones españolas en sus recomendaciones y restricciones- y una hipotética celebración con 15 personas, algo que está prohibido en España, pero que sirve para mostrar el riesgo mucho mayor que se corre en esta situación.

Se pueden manipular distintas variables y ver sus efectos: ¿Los familiares llevan mascarilla quirúrgica todo el tiempo? ¿Qué ventilación habrá en la estancia: se dejan las ventanas un poco abiertas todo el rato, de vez en cuando o están cerradas? ¿Se habla todo el tiempo que dura la reunión? ¿En un volumen de voz normal, o el tono se eleva frecuentemente en discusiones o cantando villancicos?

Los cálculos de este simulador se realizan siguiendo el modelo desarrollado por un grupo de investigadores del Instituto Max Planck de Química, en Alemania (ver metodología al final de este texto), y la herramienta publicada a partir de su algoritmo por el periódico alemán Die Zeit. Este simulador realiza una estimación del riesgo de contagio a partir de la emisión y circulación de aerosoles en espacios interiores. No es un cálculo exacto ni una predicción de lo que puede pasar en un escenario real, sino una estimación de probabilidades controlando una serie de variables, pero no todas las posibles. Al final de este texto se puede conocer más información sobre la metodología, fuentes y limitaciones de la versión del modelo que publicamos en RTVE.es.

Todos los escenarios y combinaciones posibles parten de dos supuestos comunes: 1) en la sala siempre hay una persona contagiada, y solo una; 2) la interacción entre las personas en la sala se desarrolla respetando las normas de distancia social, higiene de manos, etcétera, porque de lo contrario se podría producir la transmisión del virus por contacto u otras vías distintas a los aerosoles.

Este ejercicio sirve para tener una idea aproximada de la magnitud del riesgo que corremos en una reunión familiar estas Navidades, aunque no es posible determinar con exactitud cuántas personas se infectarían en una situación determinada y los resultados que se muestran son estimaciones de probabilidad.

El factor decisivo en el resultado final es la cantidad de aerosoles, las pequeñas partículas que flotan en el aire, gotas minúsculas de menos de cinco micras de diámetro (0,005 milímetros). Los aerosoles aumentan con el volumen e intensidad de la voz de una persona. Si se habla en voz alta, la habitación se llena de aerosoles con más rapidez y, si esa persona está contagiada, se esparcen entre los aerosoles partículas del virus que pueden ser inhaladas por otras personas y traducirse en un contagio.

La conclusión principal es que la ventilación de la habitación y el uso permanente de mascarillas marcan la diferencia y reducen el riesgo de infección individual en una proporción similar al de sistemas de filtrado de aire de alta calidad, tipo HEPA, según los investigadores autores del simulador.

Sin mascarilla y en voz alta, contagio total

No hay duda. Independientemente del número de personas, la ventilación o lo largas que sean las conversaciones, si hay una persona contagiada en el grupo el riesgo de contagio es del 100 % si no se usa mascarilla y si se habla a gritos o se canta.

¿Por qué esa insistencia en el volumen de la voz? Aunque en España sean habituales las conversaciones en voz alta e incluso las discusiones sean un lugar común de algunas reuniones familiares, este año hay que ser muy cautos. Y aunque no se hable fuerte, si se canta, el peligro de contagio es alto.

La lección se aprendió después de constatar un evento de supercontagio en un coro en Estados Unidos, donde en un ensayo de dos horas y media un solo individuo contagió a 52 personas de 61 y dos de ellas murieron. En España, también se notificó el caso de 30 de 41 miembros de un coro góspel de Sallent (Barcelona) tras un ensayo en un local cerrado insuficientemente ventilado.

No hay escapatoria. Sin mascarilla y sin ventilación, la probabilidad de un contagio es de 100 % siempre que no se controle el volumen de la conversación. Y aunque el tono de voz fuera el de una charla normal y la persona que llegó contagiada no hablara durante la mitad de la velada, la probabilidad de un contagio individual no bajaría del 36 % y de tres contagiados en una reunión de diez personas, además del previamente infectado.

No hay cena segura sin mascarilla

Sin mascarilla, no hay comida o cena segura. En una celebración navideña, es imposible estar todo el rato con la mascarilla puesta, ya que gran parte del encuentro transcurrirá alrededor de una mesa en un banquete opíparo y prolongado. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja a los europeos su uso en las reuniones familiares de estos días para reducir el impacto de una tercera ola en el continente.

Si se prescinde de ella todo el tiempo, en uno de cada dos casos se contagiarán todos los asistentes sin excepción. Y aunque se tuviera la ventana abierta a ratos y se hablase de forma moderada, siempre se contagiaría al menos una persona más. Por tanto, habría que tomarse en serio la recomendación de no quitarse la mascarilla a no ser que se esté comiendo y bebiendo.

Las opciones más seguras

De esta manera, ¿cuáles son las opciones más seguras para cada tipo de reunión? En el caso de una reunión de seis personas, aunque hubiera una persona contagiada, no se transmitiría la COVID-19 a ningún otro de los comensales si se usa mascarilla todo el tiempo posible, se ventila la estancia diez minutos en cada hora y el tiempo de conversación y el volumen de la voz son contenidos, según este modelo.

La correcta 'etiqueta' en lo que a la pandemia se refiere surte el mismo efecto aunque la reunión sea de diez personas. En una celebración con diez participantes, tampoco se producirían más contagios si se observan las medidas de la mascarilla, la ventilación y la moderación en el hablar.

Eso sí, insistiendo una vez más en que se han de respetar el resto de prevenciones que las autoridades y los expertos en salud pública han repetido en los últimos meses.

¿Y es bueno hacerse algún test de coronavirus antes de acudir a otra casa en estas fiestas? Los expertos recomiendan precaución al respecto, porque una prueba negativa en un momento determinado no impide que nos podamos contagiar tras ella y antes de la reunión familiar. Un test negativo no nos libera de tomar todas las precauciones aquí mencionadas.

Además, entre los test PCR y los de antígenos hay que señalar que estos, aunque se realizan más rápido y son más baratos, son menos fiables en las personas que no tienen síntomas.

Puestos a hacer simulaciones, en el vídeo que se muestra a continuación se explica cómo habría que montar una comida o cena en casa de otro núcleo familiar diferente al nuestro.

Teniendo en cuenta algunas advertencias que hace sanidad, tras la situación crítica que estamos llevando, en la Hora de La 1 aportamos algunos consejos para prepararse de cara a la celebración de la Navidad. Es necesario que nuestras familias puedan pasar la festividad con responsabilidad y poder tomar precauciones frente a la epidemia. Vamos a tener que hacer sacrificios y seguir teniendo en cuenta la protección y cuidados a los mayores.

Nada de saludos ni abrazos, lavarse las manos o gel hidroalcohólico para todos al llegar, limpiarse los zapatos y mantener corriente con ventanas abiertas.

Una vez en la mesa, mantener la distancia de 1,5 metros, sentarse en frente de las personas con las que convivimos y tener al lado a las personas no convivientes, separadas por el espacio equivalente a una mesa vacía.

Respecto a la mascarilla, cuando nos la quitemos para comer, guardarla en un sobre o bolsa hasta el final de los postres; no compartir la comida y encomendar la tarea de servir y retirar los platos a una sola persona. Cuidado en los brindis, es mejor no chocar las copas, y con el alcohol en general es mejor no excederse, para que no nos haga bajar la guardia.

Metodología, limitaciones y fuentes

Los cálculos de este simulador se realizan según el modelo desarrollado por un grupo de investigadores del Instituto Max Planck de Química, en Alemania, y The Cyprus Institute Climate and Atmosphere Research Center, en Chipre, dirigido por Jos Lelieveld y titulado "Cálculos de modelos de transmisión de aerosoles y riesgo de infección de COVID-19 en ambientes interiores", publicado en la International Journal of Environmental Research and Public Health, en 2020.

El modelo es el siguiente, y puede consultarse en su fuente original en alemán y en inglés. El algoritmo original es más amplio que la versión aplicada por RTVE.es y fue concebido por sus autores no solo para el entorno típico de una celebración, sino también para otros espacios cerrados donde coinciden personas no convivientes: un aula, una oficina y un coro.

La herramienta original también proporciona otras variables manipulables, como el tipo de tejido de la mascarilla (que, en los cálculos realizados aquí, se ha fijado como quirúrgica), la altura del techo (cuya altura se ha considerado fija, de 2,40 metros), la inclusión de un sistema de ventilación que filtre el aire.

A efectos de simplificar el manejo del simulador, y aunque reduzca la posibilidad de ajustar los escenarios a situaciones más concretas, la duración de la reunión también se ha considerado fija (cinco horas) y se han dado solo dos posibilidades respecto al tiempo que habla la persona contagiada: un tiempo medio, de 2:30 horas, equivalente a la mitad de la reunión, y un tiempo alto, de 4:30 horas, el 90 % del total. Del mismo modo, se ha partido de un volumen de la conversación elevado, reservando la opción más extrema para acciones como cantar o gritar.

En las habitaciones que se muestran en esta simulación, se entiende que las personas mantienen una distancia mínima de 1,5 metros, para descartar la infección a través de gotículas mayores que los aerosoles y que no contagian vía aérea, sino por contacto directo. Por eso, la simulación también limita el número de personas que en la vida real podrían congregarse en celebraciones navideñas en España dentro de estancias como las propuestas, de 20 y 40 metros cuadrados.

El modelo desarrollado por los científicos del Instituto Max Planck no tiene en cuenta los distintos niveles de carga viral que puede tener la persona que acude contagiada, y que pueden influir en su capacidad de transmitir el virus a más personas. Los investigadores usaron un valor promedio en su algoritmo y tomaron como referente a un sujeto infectado que aún no ha desarrollado síntomas y que, por lo tanto, no es consciente de estar enfermo aunque sí está en condiciones de contagiar a otros.

Del mismo modo, los investigadores asumen un valor promedio para la cantidad de virus que debe inhalar una persona para contagiarse de COVID, que calculan a partir de dos estudios que examinaron la carga viral promedio en hisopos (un artículo de junio en prepublicación y otro publicado en la revista Microbes and Infection). Modelos similares desarrollados por otros investigadores, como el de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, que también han sido publicados como herramientas interactivas en medios de comunicación españoles, estiman valores mayores de carga infecciosa y pueden arrojar otros resultados en simulaciones similares.