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La justicia no ve delito en las condiciones de los migrantes en Arguineguín, aunque reconoce que son "deplorables"

  • La denuncia archivada la había interpuesto la alcaldesa de Mogán, que criticaba la vulneración de los derechos humanos

Este lunes han llegado otros 170 migrantes, varios de los cuales han tenido que ser hospitalizados

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La justicia no ve delito en las condiciones de los migrantes en Arguineguín

La juez que se hizo cargo de la denuncia de la alcaldesa de Mogán por el trato que reciben los inmigrantes en el muelle de Arguineguínal considerar que la situación del campamento es "efectivamente deplorable", pero no incurre en delito alguno.

La alcaldesa, Onalia Bueno, no señalaba formalmente en su denuncia ningún responsable concreto de la vulneración de los derechos humanos que, a su entender, se estaba produciendo en el campamento de primera acogida del puerto de Arguineguín, donde han llegado a pernoctar 2.500 personas, cinco veces su capacidad. Sin embargo, sí manifestó ante la prensa que esperaba que se depurasen "responsabilidades penales" en el Gobierno al registrar dicha denuncia.

"El examen de las diligencias de investigación practicadas, así como de la presente denuncia, debe llevar necesariamente a su archivo, por entender esta instructora que los hechos denunciados no son presuntamente constitutivos de infracción criminal", argumenta la jueza Yanira del Carmen González, del juzgado de Instrucción Número 2 de San Bartolomé de Tirajana. La magistrada inspeccionó el campamento el pasado viernes, cuando había más de un millar de personas en su interior, para conocer en persona cuál era la situación.

Incumplimiento de las medidas sanitarias

Cuando la alcaldesa de Mogán, municipio donde se encuentra el muelle de Arguineguín, interpuso su denuncia, el pasado 28 de octubre, había en el interior del campamento 915 personas, de las que 495 dormían al raso, al no haber tiendas para todos. El campamento ha llegado a acoger a más de 2.500 personas en los peores días, alrededor del 10 de noviembre.

Bueno denunciaba que se incumplían las normas de obligado cumplimiento para la prevención de la COVID-19, que no había camas para ninguno de los inmigrantes, que solo se habían dispuesto 12 duchas, con lo que el acceso a la higiene era muy difícil, y que los cientos de personas allí congregadas compartían 25 baños químicos.

También cuestionaba que los inmigrantes solo recibieran bocadillos como alimentación o que no se les facilitara lavar la ropa y denunciaba que muchas de esas personas habían tenido que soportar "esas durísimas condiciones hasta más de 15 días" en el muelle.

Vuelven a llegar pateras

Tras unos días en los que se ha reducido el número de llegadas, este lunes han arribado a las costas canarias seis embarcaciones con 170 migrantes a bordo. En una de las pateras, en la que viajaban 30 personas, ocho de ellas necesitaron que los trasladaran a centros sanitarios y dos se encontraban en estado grave. Se trata de cinco menores de edad y tres adultos, según ha precisado el 112.

En el resto de embarcaciones, no fue preciso evacuar a nadie a los hospitales de la isla. Una barcaza ha llegado a Tenerife y otra lo ha hecho a Fuerteventura, mientras que las demás han alcanzado la costa de Gran Canaria. La primera de estas embarcaciones irregulares llegó por sus propios medios hasta la costa del municipio de Santa Lucía con 21 personas, todas en aparente buen estado de salud.

Posteriormente, llegó al Muelle de Arguineguín una patera rescatada por Salvamento Marítimo en aguas al sur de la isla con 30 migrantes. Fue aquí donde hubo que evacuar a ocho personas hasta un hospital, por diversas patologías, dos de ellos graves. Por último, una tercera embarcación con 45 personas fue trasladada también hasta el mismo recinto portuario tras ser interceptada a unas cinco millas al sur de Gran Canaria, estando todos en buen estado de salud.