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'Carne de cañón', un cómic de barrio que homenajea a 'El Víbora'

  • Aroha Travé debuta en la novela gráfica con esta sorprendente historia underground
  • "El Víbora me lo ha dado todo, me ensanchó la mente", asegura la autora

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Fragmento de la portada de 'Carne de Cañón'
Fragmento de la portada de 'Carne de Cañón'

Ya os hemos contado que en diciembre se cumplirá el 40 aniversario de la revista El Víbora, la más importante, influyente y longeva del boom del cómic adulto de los 70 y 80. Y hoy queremos destacar la aparición de un cómic que recupera el espíritu underground de la mejor etapa de esa mítica publicación: Carne de cañon (La Cúpula), de Aroha Travé (Terrassa, 1985), un cómic que parece contemporáneo de Makoki, Anarcoma o Peter Pank y que supone un auténtico soplo de aire fresco en el cómic actual.

Una historia protagonizada por los niños de un "barrio" (como los de antes) y que están curados de espanto. Aroha nos comenta de qué va la historia: "Cuando la empecé a escribir una de las primeras cosas que pensé fue: "tienen que pasar cosas chungas, pero siempre acabar bien desde el punto de vista del crío", porque quería que se viera que estos niños viven cosas muy fuertes día a día, pero lo llevan bien. Para ellos la vida es así y ríen y juegan rodeados de lo peor del ser humano".

"Esto -continúa- lo he vivido yo con mis amigos más cercanos, que fueron auténtica carne de cañón, y sus infancias fueron un desastre pero eran los graciosos del grupo y te venían y te contaban sus desgracias y te morías de risa. Quería contar algo así".

Página de 'Carne de cañón'

Los protagonistas

Una historia que hay quién ha comparaod con un Manolito Gafotas barriobajero. "No, no tenía a Manolito Gafotas en mente cuando escribí el guion -confiesa Aroha-, si tiene algo de Manolito debió de salirme sin querer, una influencia inesperada salida directamente de mi infancia, algo que no me parece mal. La historia nació con los personajes. Tenía claro que serían tres hermanos. Al principio dividí los capítulos por estaciones del año; esto me sirvió bastante para organizar el guion. Cuando tuve claros los personajes, los metí en el escenario que mejor conozco: el barrio".

Aroha nos presenta a los protagonistas: "La Yanira tiene unos 10 u 11 años, es la hermana mayor, pero se lleva sólo 11 meses con Kilian, que es el mediano. Al llevarse tan poco tiempo a veces le cuesta ejercer de hermana mayor y cuidar de él. Es una niña super feliciana y un poco desastre. El Kilian es un crío que ya se debate entre seguir jugando y dibujando o irse a fumar pitis al descampado con los demás niños. Es un poco pupas".

"Los dos -continúa- se pasan el día saltando por el sofá imaginándose que son policías o que están en el Oeste, o a saber. En sus juegos siempre meten a Jose, que es el pequeño. Jose es un niño con una discapacidad importante pero nadie en su familia hace un drama de ello. No habla, lleva audífonos y lo único que hace es tocar un piano cutre de esos de plástico chungo del chino".

Por supuesto, el barrio es otro de los grandes protagonistas del cómic: "Parece un barrio de los noventa porque básicamente las cosas allí siguen igual desde los 90… y desde los 80 y más atrás. Es un barrio donde la gente está estancada en sus vidas. Es un barrio de trapicheos, de padres que llevan a sus hijos al bar hasta que sus hijos tienen hijos demasiado pronto y los llevan también al bar. Un barrio donde los críos crecen rápido, por mucho que haya niños como los protagonistas que siguen queriendo vivir en un mundo de fantasía".

Página de 'Carne de cañón'

Una historia con un punto autobiográfico

La historia es muy dura pero, a la vez, tiene un lado tierno. "Salió así sin pretenderlo -asegura Aroha-. Yo quería que fuera todo muy destroyer pero al final los personajes pillan vida propia y se crean momentos tiernos porque ellos son así. Y bueno, vale, porque yo tengo un lado muy punki pero también otro muy cursi, y al final me acaba saliendo?.

Aroha confiesa que la historia tiene algo de autobiográfico: "Parte sí. Algunas cosillas. He vivido cosas parecidas. Muchas de las barbaridades que grita la madre de los protagonistas nos las gritaba mi madre a mi hermano y a mí (no está orgullosa de ello). Mi hermano se abrió la cabeza jugando a La historia interminable cuando éramos pequeños y se colaba en una fábrica de pinturas abandonada con otros chavales, pero ni él es el Kilian ni yo soy la Yanira".

"Vivo en un barrio que da mucho juego para un cómic -continúa- y a menudo veo en la plazoleta madres jóvenes de moños muy altos gritarles burradas a sus hijos. El que está un rato en mi barrio me mira y me dice "¡es carne de cañon!", pero es sólo inspiración para crear situaciones y personajes inventados, creados a partir de preguntarme "¿cómo será la vida de esta persona?”

Página de 'Carne de cañón'

"El Víbora me lo ha dado todo"

Una historia así solo podía crearla una lectora de El Víbora. "El Víbora me lo ha dado todo -confiesa Aroha-. Me compré mi primer Víbora a los 12 años. Yo venía de leer Mortadelo y Tintín, así que hubo un antes y un después. De pequeña siempre quise tener un hermano/a mayor y El Víbora de alguna manera fue eso para mí: era como tener un hermano macarra que me enseñaba cómics guarros, con violencia o con tacos, me hablaba de películas rarísimas gore, y sobre todo me enseñaba que con los tebeos se podía contar de todo. Me ensanchó la mente y cambió mi manera de ver el cómic para siempre".

Pero El Víbora no es la única influencia de este cómic: "Estoy segura de que tener acceso a Canal + sin supervisión parental durante mi infancia también ha debido marcarme a la hora de crear historias. Me gusta mucho el cine y la música. Puedo ponerme un disco de Mudhoney y traducir todo ese ruido en unas ganas locas de dibujar".

Autorretrato de Aroha Travé ocn el estilo de 'Carne de cañón'

Un estilo de dibujo: "Sucio y recargado"

Destacar su estilo de dibujo, que Aroha define como: "Un estilo sucio, diría yo. Sucio y recargado; tanto, que me obsesionan los detalles. Son mi perdición. Emilio Bernárdez, editor de La Cúpula, lo sabe bien. ¡Tengo páginas de cómic en Photoshop que son casi interactivas del nivel de detalle (la mayoría inútil, porque no se aprecia al imprimirlo)!"

"Puedes hacer zoom a una viñeta donde se ve un bar y al acercarte a un póster diminuto de la pared descubrir que he dibujado a Sabrina Salerno con todos y cada uno de los flecos del chaleco -añade-. Se me iba de las manos, aunque ahora ya no tanto. Con Carne de cañón he aprendido a no hacer todo ese trabajo obsesivo e inútil, porque el tamaño era muy limitado".

Tras este sorprendente debut en la novela gráfica estamos deseando leer más cosas de Aroha, por eso le preguntamos por sus proyectos: "Tengo varios en mente. Falta tirar p’alante con alguno y ya. No puedo adelantar nada pero porque está todo por hacer. Pero sé que voy a disfrutar mucho haciéndolos. Ojalá a la gente le gusten".

Portada de 'Carne de Cañón'