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Crimen de Pioz

Una compañera de piso del asesino de Pioz asegura que estaba obsesionado con su tío y hablaba "mal" de él

  • Testigos aseguran que el asesinado en el cuádruple crimen pensaba que su sobrino era amante de su mujer
  • Segunda jornada del juicio al asesino confeso de su tío, de la mujer de este y de sus dos hijos en Pioz (Guadalajara)

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El tío del asesino confeso de Pioz asegura desconocer que su sobrino hubiera tenido una infancia difícil

Una compañera de piso de Patrick Nogueira, el asesino confeso de sus tíos y sus primos de 1 y 4 años en 2016 en una vivienda de Pioz (Guadalajara), ha subrayado en su declaración en el segundo día del juicio con jurado popular en la Audiencia Provincial de Guadalajara, que el acusado estaba obsesionado con su tío, Marcos Campos, una de sus víctimas.

Esta testigo ha declarado en el juicio que compartió piso con Nogueira entre mediados de junio y finales de agosto de 2016, se llevaba muy bien, salían a tomar algo y compartían las tareas de la casa sin problema alguno.

Pilar R. ha reconocido que en varias ocasiones Nogueira, que tenía 19 años entonces, se refería a su tío Marcos, del que hablaba "mal", aunque no recuerda lo que decía exactamente, pero "era muy obsesivo" y le "insultaba" y que incluso cuando iba a alguien nuevo a la casa, Nogueira les hablaba de su tío y ella entonces intentaba calmarle.

De todos modos, la testigo ha dicho que nunca observó en él un comportamiento agresivo, pero que le notó raro el 18 de agosto, supuestamente dos días después de cometer el crimen, cuando observó desorden en la casa, con botellas de alcohol por las mesas, vómitos en el baño, platos sin fregar y el acusado encerrado en su habitación.

Según ha relatado la testigo, de su infancia Nogueira solo le comentó que había tenido problemas con la bebida, aunque ella no observó que tomara alcohol más de la cuenta cuando salían.

Compañeros de trabajo del asesinado dicen que desconfiaba

También ha declarado como testigo Walfran Campos, tío del acusado y hermano del asesinado, que ha afirmado que nunca creyó que su sobrino fuera el responsable de las muertes y que siempre lo defendió hasta que la Guardia Civil le enseñó las pruebas. Asimismo, ha manifestado desconocer que su sobrino tuviera una infancia difícil ni de ningún problema hasta que ocurrió la agresión a su profesor.

Tras la agresión al docente en 2013, según le informó su hermana Soraya -madre del presunto asesino-, Patrick recibió tratamiento psicológico y psiquiátrico y ha apuntado que cree que "tomaba pastillas", pero luego la madre de Patrick le dijo que "no tenía nada, que le habían dado de alta y estaba bien" y nunca refirió que tuviera una enfermedad mental.

Compañeros de trabajo del tío de Patrick Nogueira también han declarado como testigos y han asegurado que la víctima, Marcos Campos, les manifestó en alguna ocasión que desconfiaba de su sobrino, de quien llegó a sentir celos, pues sospechaba que era amante de su mujer.

En concreto, uno de sus compañeros, Antonio Miguel O.M, ha explicado que Marcos estuvo trabajando con él unos meses en 2015 y que un día le notó preocupado y al interesarse le comentó que sospechaba que su sobrino "estaba de amante con su mujer" porque había encontrado un mensaje en el móvil de su esposa a una amiga diciendo que Patrick tenía "un cuerpo bastante agradable". Desde entonces, ha señalado que Marcos "quiso separarse de su sobrino", y mudarse lejos de él, con quien en ese momento convivía en Torrejón de Ardoz.

Esta versión ha sido compartida por otra compañera de trabajo de Marcos que ha asegurado que también le habló a ella de su desconfianza y del mensaje que había visto a su mujer. Además, esta testigo ha declarado que Marcos le dijo que "su sobrino tenía visiones y oía voces por lo que su hija tenía miedo de él".

Alertaron al propietario de la vivienda del mal olor

En esta segunda sesión del juicio también ha declarado José Pedro L., el propietario de la vivienda donde se cometieron los crímenes, quien ha señalado que alquiló la vivienda a las víctimas a través de una inmobiliaria.

Según ha declarado, recibió el pago de la mensualidad de julio, pero al no recibirlo en agosto, envió varios mensajes de WhatsApp a Marcos, a los que recibió respuesta el día 30 de ese mes excusándose por el retraso. Sin embargo, este mensaje, según las investigaciones, pudo haberlo mandado Nogueira, ya que se quedó con el teléfono de su tío después de asesinarle.

El propietario de la vivienda no volvió a tener noticias, pero sí de sus vecinos (él estaba en Galicia), que le alertaron del mal olor que salía de la casa y de que podían denunciarle. Cuando finalmente entraron en la casa tras el aviso de los vigilantes de seguridad a la Guardia Civil, José Pedro L. sufrió ansiedad depresiva y, dado su estado, no le dejaron entrar en principio a la casa. Desde entonces, ha indicado que tiene que tomar tranquilizantes, que sufre depresión y que todo ha afectado a su vida cotidiana.

La forma de pago me pareció rara. Todo en efectivo. Tenía mucha prisa en alquilar

Por la sesión de este jueves también ha pasado un representante de la inmobiliaria con la que la familia gestionó el alquiler de la vivienda, quien ha explicado que los inquilinos tenían un "perfil apto" para formalizar un contrato. Sí bien, ha reconocido que le preocupaba que el cliente "no tenía vehículo", por lo que no entendía la intención de mudarse a un municipio aislado y sin transporte público como Pioz.

"La forma de pago me pareció rara. Todo en efectivo. Tenía mucha prisa en alquilar", ha relatado. "No me cuadraba lo que me decía. Insistía en que necesitaba una vivienda. Parecía que quería estar aislado".

Solicitan prisión permanente revisable

Tanto el Ministerio Fiscal como acusaciones particulares solicitan para el acusado prisión permanente revisable, mientras que la defensa pide 7 años y seis meses por cada uno de los asesinatos de los dos niños y 5 años por los homicidios de sus tíos.

Los hechos que se juzgan ocurrieron el 17 de agosto de 2016, cuando Patrick Nogueira acudió al chalé de Pioz donde vivía su tío, Marcos Campos, la mujer de este, Janaina Santos, ambos de 39 años y procedentes de Brasil, y sus dos hijos, de 1 y 4 años, y acabó con la vida de todos ellos. A los dos adultos los mató, descuartizó y metió en bolsas de plástico y a los dos niños, tras asesinarlos, los guardó también en bolsas de plástico.

Los cuerpos sin vida de los cuatro miembros de la familia no fueron descubiertos hasta un mes después, en concreto el 17 de septiembre de 2016, cuando un empleado de mantenimiento alertó a los vigilantes de seguridad de la urbanización del mal olor que procedía de la vivienda.