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Novela negra

El misterio extremo de 'La novia gitana'

  • Este potente thriller aborda un crimen ritual y ha sido un éxito en la pasada Feria del Libro
  • RTVE.es entrevista a su autora que escribe bajo el seudónimo de Carmen Mola

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Las novelas negras siguen acaparando la atención de los lectores
Las novelas negras siguen acaparando la atención de los lectores

De Carmen Mola solo se conocen apenas un puñado de datos: escribe bajo seudónimo, es madrileña y su debut literario, La novia gitana (Alfaguara), ha aterrizado con una buena- y atípica- acogida en el panorama de la novela negra.

La novia ya se perfila como una de las recomendaciones imprescindibles del verano para los adeptos al género, salpicada por el misterio que rodea al anonimato de su autora.

La novela abre fuego con el crimen, separado en el tiempo, de dos hermanas gitanas Susana y Lara Macaya. Las jóvenes han sido asesinadas de forma similar en un truculento ritual.

Una brigada de agentes de élite, encabezada por la peculiar inspectora Elena Blanco, se ocupará de una investigación plagada de pistas falsas que enfrenta al lector a varias subtramas, donde las piezas están bien engranadas en un desarrollo fiel al policial clásico.

Una ambientación muy madrileña

Una narración detallista en la que el tratamiento de la violencia recuerda por su crudeza y originalidad al estilo de Pierre Lemaitre o Víctor del Árbol.

El visceral thriller de Mola también se adentra en temas inusuales como las creencias y símbolos ancestrales, los horrores que se agazapan en la deep web o el mundo del pueblo gitano.

Tanto los sospechosos como los policías están bien perfilados, aunque algunos bordean el tópico, en una ambientación muy madrileña y con cierto aire castizo, en la que la escritora ha convertido la ciudad en un personaje más.

Carmen Mola ha enriquecido la historia con numerosos datos históricos y curiosidades sobre los barrios, que componen un retrato muy personal de Madrid que llegará más a los lectores nacidos en la capital.

Un fenómeno entre "la fascinación y el horror"

La novia gitana ha experimentado un ascenso callado y gracias al boca oreja se ha convertido en una de las novelas más demandadas en la pasada Feria del Libro, según señala Maria Fasce, su editora y directora de Alfaguara Negra, que añade que cuando cayó en sus manos la leyó impactada entre “la fascinación y el horror”.

Portada de 'La novia gitana'

Fasce afirma que el libro era ya un “fenómeno” antes de publicarse en España, ya que fue adquirido por cuatro editoriales europeas especializadas.

Un hecho poco común porque “es muy difícil encontrar una novela negra poderosa pues deben funcionar muchos resortes”, apunta la también editora de la escritora italiana Elena Ferrante, una de las máximas exponentes del éxito literario bajo seudónimo en la última década.

Ferrante, autora de la célebre saga “Dos amigas”, opta por el anonimato para centrar al lector en lo único que importa: la historia, en palabras de Roberto Saviano. No es el único caso. El irlandés John Banville se parapeta bajo el seudónimo de Benjamin Black, su alter ego detectivesco, en sus excelentes novelas policiales.

Carmen Mola: "Pensé que el anonimato podría perjudicar a la novela"

La debutante Mola sigue este camino y defiende que no desvela su identidad, no concede entrevistas donde se vea su rostro o se escuche su voz y atiende a RTVE.es por correo electrónico, para preservar con celo su intimidad.

“Al principio pensé que el anonimato podría perjudicar a la novela. Por eso tuve dudas, pero ahora veo que fue una buena decisión y que ha provocado que la gente tenga más interés”, explica en unas respuestas bastante asépticas.

Ante el ascenso de su criatura literaria, la escritora se muestra cautelosa y le resta importancia: “Es verdad que voy a las librerías, de incógnito, y disfruto viendo las pilas de libros o que me llama mi agente para decirme que hay editoriales de otros países que quieren firmar contratos conmigo. Pero todavía no he tenido la suerte de ver a nadie en el metro leyendo La novia gitana, que es mi medida del éxito, así que no estoy segura de tenerlo. Todo el mundo lee Patria y Ordesa, yo la primera”, afirma y reconoce que entre sus referentes se encuentran el francés Lemaitre o el italiano Dazieri, además de los autores españoles Lorenzo Silva, Alicia Giménez Bartlett o Toni Hill, entre otros.

Sobre la construcción de la carismática inspectora Blanco, amante de los karaokes, la grappa y el sexo rápido en los parkings, defiende su “excentricidad” que asimila al género negro que debe estar compuesto por “personajes diferentes”. “Su carácter torturado tiene que ver con una de las tramas de la novela. Esperemos que pueda llegar a superarlo”, aclara la autora.

A falta de más entregas protagonizadas por esta jefa policial, Carmen Mola cree que la novela negra cuenta en la actualidad con el favor del público. Un momento dulce que disfruta sin intención de destapar su identidad real: “Intentaré que no se desvele, me siento cómoda así, pero una nunca sabe lo que va a ocurrir”, concluye la madrileña.